¿Repetir o pasar con asignaturas pendientes?
España, según el informe anual de la OCDE ‘Education at a Glance 2021‘, es el país con más repetidores en la Educación Secundaria Obligatoria. ¿Fallo del alumno? No siempre, en opinión de Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE, quien señala que el hecho de que los escolares repitan «es un fallo del sistema, no de los estudiantes». Pero, ¿puede ser beneficioso pasar de curso sin tener todo aprobado?
🔹 Pasar al curso siguiente «puede ser visto como un logro, aunque no se hayan superado todas las asignaturas», explica Cristina Revilla, miembro de la comisión de PROCOLPED (proyecto constitución del Colegio Oficial de Pedagogía y Psicopedagogía de Madrid). Un estudiante que se ha esforzado al máximo, aunque no se le den bien una o dos asignaturas, probablemente merezca promocionar.
🔹 Del mismo modo que no es negativo pasar sin todo aprobado, suspender y repetir tampoco debería ser un problema ni debilitar la autoestima del alumno, pues «todas las personas a lo largo de la vida estamos en continuo aprendizaje y debemos comprender cuáles son nuestras habilidades para seguir avanzando», argumenta Revilla.
En realidad, lo importante es ver los aprobados y suspensos como un reflejo de nuestras debilidades y nuestras fortalezas. Así, la experta considera que es relevante matizar qué implica un aprobado o un suspenso, el logro o no de unos objetivos establecidos previamente.
- Suspenso: es un claro indicativo de aquello en lo que debemos mejorar, nos muestra nuestras debilidades.
- Aprobado: nos señala cuáles son nuestras fortalezas.
¿Por qué suspende un alumno?
Como en casi cualquier circunstancia de la vida, ningún caso es igual a otro, y que un estudiante suspenda puede obedecer a distintas causas:
✅ Falta de esfuerzo
Cuando un alumno suspende puede ser por no haber estudiado suficiente, «un claro caso de falta de esfuerzo». En esta situación, el escolar es consciente de su error y sabe que es capaz de superarlo, como asegura Revilla.
✅ Inmadurez
Es importante tener en cuenta que el cerebro tiene un desarrollo y alcanza su máximo de madurez sobre los 21 o 22 años. ¿Por qué es significativo? Porque en una misma clase «podemos encontrar chavales que han nacido el 1 de enero o el 31 de diciembre, es decir, se llevan un año en cuanto a desarrollo madurativo», y esto es importante, indica Clara García-Sandoval, encargada de Cribecca Psicología.
✅ Problemas de aprendizaje
Hay alumnos que se esfuerzan al máximo y aun así no superan el objetivo, porque no debemos olvidar que «cada persona tiene un ritmo de desarrollo que es necesario respetar», aclara la pedagoga Natalia Cucalón.
En este caso, cuando el estudiante no ve reconocimiento en su esfuerzo, se corre el riesgo de que «aumente su frustración y su desmotivación», y es también en esta situación donde hay que prestar especial atención. ¿Por qué? Porque cabe la posibilidad de estar ante un caso de dificultades o trastornos de aprendizaje, ante lo cual se debe actuar de la forma más temprana posible «para evitar que el alumno caiga en el pensamiento de que no es capaz de conseguir las cosas por sí mismo», apunta.
✅ Circunstancias académicas
Existen más circunstancias para suspender. ¿Hay más chicos en clase que han suspendido después de estudiar mucho? ¿Tenía más exámenes? ¿Está estudiando bien o puede mejorar sus métodos de estudio? Todas estas preguntas debe hacerse también el docente antes de evaluar al alumno. Como siempre, hay que personalizar cada caso.
✅ Capacidades personales
No todos somos buenos en todo. Cada escolar tiene sus circunstancias personales y también sus propias capacidades. Hay quien posee una memoria prodigiosa, pero a la hora de realizar trabajos o ante una creación artística encuentra más dificultades. También hay chicos a quienes les cuesta memorizar pero son altamente resolutivos. Sin embargo, «en muchas ocasiones lo que se valora no es la capacidad de adaptación y de resolución como puede ser un trabajo, sino la capacidad de retener un temario y plasmarlo en un examen«, señala Clara García-Sandoval.
Por ello, es esencial ir más allá de un examen. Aprobar o no «debería depender de un conjunto de variables entre las que también habría que contar la implicación, la motivación, la conducta, etc.», añade.
¿Repetir curso señala al alumno ante los demás?
La repetición repercute directamente en el abandono escolar, y diversos estudios confirman que repetir curso desmotiva y genera pensamientos negativos sobre la propia capacidad. Por ello, lo importante es saber que, en el caso de repeticiones, «no se trata de señalar, sino de enseñar», apunta García-Sandoval.
Para evitar mostrar al alumno como un fracasado, la actuación correcta sería:
🔸 Respecto al profesorado. La forma de enseñar es crucial «porque puedes señalar y hacerlo sentir mal o puedes enseñarle sus puntos débiles para que los mejore». Lo importante es saber enseñar al alumno a mejorar sin que se sienta mal. Hablar con él, indagar en sus formas de estudio y ver en qué podemos ayudarle a mejorar.
🔸 Respecto al alumno. ¿Por qué debería considerarse inferior por no sacar una o dos asignaturas? Un deportista necesita un entrenador que le ayude a mejorar. Por ejemplo, «si un jugador de tenis pierde un partido, no significa que sea un mal jugador. Hasta los mejores del mundo pierden», manifiesta García-Sandoval. El examen es solo un pequeño reflejo de lo que ese alumno puede hacer.
Además, es importante enseñar a los jóvenes que su valor personal no depende de una nota, y si se esfuerzan en estudiar y suspenden un examen, no es más que una caída de la que pueden recuperarse.
Personalización frente a repetición
La ley señala que los docentes, en último caso, serán quienes decidan si un escolar promociona o no, teniendo en cuenta las peculiaridades de cada uno, para lo que hay que «adentrarse en el suspenso». Así debe ser, según las expertas: cada caso debe de ser estudiado de forma personalizada para conocer y entender por qué el alumno no está alcanzando el objetivo. Y es que generalizar a los estudiantes puede suponer un gran error, «ya que cada uno tiene sus capacidades y motivaciones», insiste García-Sandoval.
Por ejemplo, hay un chico que se esfuerza en todas las materias, que es responsable y aplicado, pero matemáticas e inglés se le dan bastante mal, y las suspende. Ahora tenemos otro chico que no hace casi nada y suspende las mismas. Si tuviéramos que elegir, ¿cuál creemos que se ha ganado pasar de curso? Es posible que, en el primer caso, si al chico se le pasa de curso se le refuerce su actitud de estudio y se comprometa más con las materias que se le dan peor.
Aun así, habría que hablar con el alumno al que se promociona y explicarle lo que se espera de él en el siguiente curso.