Desde este año, los hombres que tienen hijos pueden gozar de cuatro semanas de permiso por paternidad, el doble de tiempo que tenían hasta el año pasado. A pesar de que es un paso en busca de la igualdad de género, los organismos especializados en el tema afirman que la decisión es insuficiente y está mal diseñada, por lo que promueven otra iniciativa que acabaría con una igualdad real en los permisos de paternidad y maternidad en 2022. Este artículo ofrece detalles sobre el reciente incremento en la duración del permiso por paternidad, cuáles son las principales críticas que recibe y la propuesta planteada desde los organismos en contra, además de por qué es importante que los días del permiso por paternidad sean intransferibles.
Desde este año, cuatro semanas de permiso por paternidad
Desde el primer día de este año, el permiso por paternidad en España se amplió de dos a cuatro semanas. Esta medida favorece la conciliación de la vida laboral y familiar en los hombres y, sobre todo, a que la realidad se aproxime a una situación un poco más igualitaria entre madres y padres. Sin embargo, los organismos especializados en la cuestión, reunidos en la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPIINA), opinan que la medida es «muy insuficiente» y está «mal diseñada», por lo cual reclaman su modificación.
La que entró en vigor el 1 de enero fue la Ley 9/2009, de 6 de octubre, que extiende el permiso de paternidad a cuatro semanas «en aras a una política positiva hacia la figura del padre, que permita incentivar la implicación de los hombres en las responsabilidades familiares«.
Han tenido que pasar seis años desde su aprobación para que la medida se hiciera efectiva, a fin de que los 15 días de permiso de los cuales los padres podían gozar hasta ahora (dos correspondientes al Estatuto de Trabajadores, más 13 de permiso) se convirtieran en 28. La medida fue una de las cláusulas que la agrupación Ciudadanos acordó con el Partido Popular para apoyar el año pasado la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
Críticas a la medida por «insuficiente» y «mal diseñada»
Esas cuatro semanas, intransferibles e ininterrumpidas a partir del momento del nacimiento del bebé, o bien de la acogida del niño en adopción, son bastante más que la media europea de permiso para el segundo progenitor (menos de dos semanas, unos 12,5 días), pero siguen muy por debajo de las 16 semanas que constituye el permiso por maternidad en nuestro país. Ese es el principal motivo de protesta por parte de las organizaciones involucradas: una «inaceptable desigualdad de derechos», en palabras de la PPIINA.
Por otra parte, el hecho de que las dos semanas «ganadas» a partir de este año para el permiso por paternidad deban tomarse de manera ininterrumpida también es señalado como un aspecto negativo. ¿Por qué motivo? Porque impiden que el padre pueda decantarse por «guardar» esas dos semanas adicionales para hacerse cargo del bebé cuando la madre termine su propio permiso y deba reincorporarse al trabajo. De este modo, no se otorga a los padres la opción de quedarse a cargo del bebé y, en consecuencia, no se aligera «la presión sobre las madres para que prolonguen su permiso por maternidad con excedencias o reducciones de jornada que les penalizarán en el empleo».
Una propuesta más ambiciosa en camino de la igualdad
El planteamiento de la PPIINA -plataforma a la que están adheridas casi un centenar de entidades– es mucho más ambicioso: permisos de 16 semanas tanto para la madre como para el padre, intransferibles y con una remuneración equivalente al total del sueldo de cada persona.
Esta iniciativa fue tomada por Unidos Podemos y, en octubre del año pasado -antes del anuncio de que, desde el primer día de este año, el permiso por paternidad se ampliaría a cuatro semanas- obtuvo la aprobación del Pleno del Congreso, con 173 votos a favor, dos en contra y la abstención del Partido Popular, Ciudadanos y Foro Asturias. Sin embargo, tal aprobación implicaba solo que el Gobierno trabajara en esa dirección.
En los últimos días de enero, Unidos Podemos presentó otra vez la propuesta en el Congreso como proyecto de ley. La iniciativa prevé que se añadan dos semanas más al permiso por paternidad durante 2017 y, luego, dos semanas más cada año, hasta alcanzar las 16 semanas intransferibles en 2022. Si el proyecto se convierte en ley -algo probable, dado que las fuerzas políticas que votaron a su favor en octubre han expresado ya su intención de ratificar esa aprobación-, al Gobierno le quedaría la posibilidad de intentar vetarlo con el argumento de falta de presupuesto para sostenerlo. Esta situación plantearía una importante confrontación entre el poder legislativo y el ejecutivo, dada la amplitud del apoyo a la medida por parte de los legisladores.
Las solicitudes de ampliación del permiso por paternidad incluyen la exigencia de que el tiempo que se añada sea intransferible. ¿Por qué es tan importante? Para evitar que, en muchas situaciones, sea la madre la que al final termine por coger el permiso, lo que profundizaría la situación de desigualdad.
Desde 1989 los padres estuvieron habilitados para gozar de hasta cuatro semanas de permiso cedidas por la madre, cifra que se amplió hasta las 10 semanas una década después. Sin embargo, en 2015, los padres que pidieron ejercer ese derecho fueron apenas el 1,9% del total.
Las 16 semanas de duración del permiso por maternidad en España está por debajo de la media europea, que es de 23 semanas, tal como indica el informe ‘Licencias de maternidad y paternidad: Datos relativos a la duración y niveles de compensación en la Unión Europea‘, publicado por el área de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento Europeo. Esta entidad aconseja que la duración mínima del permiso por maternidad sea de 14 semanas, pero no expresa ninguna cifra en lo relacionado con el padre o segundo progenitor.