Para los bebés, el llanto es la principal forma de comunicar a los adultos sus necesidades y emociones. En este artículo se explican las siete razones más frecuentes por las que llora un niño pequeño: tiene hambre, está cansado o con mucho sueño, siente frío o calor, está incómodo, padece cólico del lactante, se encuentra inseguro o tiene un exceso de estimulación.
El llanto es la principal herramienta de comunicación del bebé, por lo que conviene saber qué hay detrás del sollozo
El llanto y el lenguaje corporal son las principales armas de comunicación del bebé antes de adquirir la capacidad de poder expresarse de forma verbal. La tarea de los padres consiste en identificar qué es lo que provoca el lamento para buscar, así, las soluciones que calmen y consuelen a su hijo. Pero, ¿es posible saber en cada momento por qué llora el bebé?
Las razones del llanto del niño pueden ser muy diversas, entre ellas, siete son las más frecuentes.
1. Tiene hambre
El llanto por hambre es uno de los más habituales en el bebé y así lo suelen entender, además, los padres. Ana Isabel Fraga, autora de ‘El manual de instrucciones que perdiste cuando nació tu hijo. Casos reales’ (Mandala Ediciones, 2009) y bloguera en Susurradora de bebés, apunta que las ganas de comer del bebé «son fáciles de identificar con un poco de práctica».
Sirve de orientación calcular cuándo fue la última toma de leche materna (o biberón), pero también hay que tener en cuenta si tomó la cantidad adecuada o si regurgitó mucha leche después. Estos factores inciden en que el bebé sienta hambre «antes de tiempo». Como apunta Fraga, «es esencial estar atentos a otras posibles señales», como si se lleva las manos a la boca, saca la lengua o se lame los labios.
2. Está cansado o tiene sueño
El cansancio y el sueño provocan en muchas ocasiones el llanto del bebé. Llorar por esta razón es su forma de decir a los adultos «déjame tranquilo» o «proporcióname un ambiente relajado» para que pueda dormir.
Cuando el bebé está tan cansado que le cuesta conciliar el sueño se desencadena lo que Fraga denomina «llanto por agotamiento», que comienza de un modo leve (como una protesta) y «sube de forma paulatina hasta un tono más agudo».
Otras veces, el pequeño produce un tipo de llanto plano (que ni sube, ni baja de intensidad) que en realidad es una forma de «bloquear los estímulos auditivos que le impiden relajarse y descansar». Este tipo de sollozo se llama «llanto mantra», matiza Fraga.
3. Siente frío o calor
El calor o el frío extremo también provoca que el bebé arranque a llorar
Los factores ambientales adversos también provocan el llanto del bebé. Se puede reconocer si el pequeño tiene calor por el sudor de su cuerpo o por la temperatura corporal que presenta. En el caso del frío, es importante observar si tiene los labios azulados, o los pies, punta de la nariz y manos excesivamente fríos.
4. Está incómodo
El bebé expresa también su falta de comodidad a través del llanto. Puede estar provocada, entre otros aspectos, por una mala postura al cogerlo en brazos que le impida moverse libremente. En otras ocasiones es una etiqueta de la ropa que le roza en la piel (y le molesta) o una posición en la cuna o en su carro que le irrita. En este sentido, conviene recordar que el llanto se puede desencadenar, asimismo, por la necesidad de que le cambien el pañal cuando está sucio.
5. Padece cólico del lactante
Es un llanto intenso y continuo, que se repite con frecuencia a las mismas horas del día y está acompañado de movimientos repetitivos de las piernas hacia el vientre. Estos signos evidencian el llamado cólico del lactante que, a pesar de su nombre, no está relacionado con un problema intestinal, sino que se produce por causa desconocida. No lo padecen todos los bebés y, en general, desaparece a partir de los tres o cuatro meses de vida. Una vez que se conoce, es muy fácil de identificar por los padres.
6. Se encuentra inseguro
Después de nueve meses en el útero materno, el bebé debe enfrentarse a un nuevo entorno carente del recogimiento del que disfrutaba en el vientre de su madre y en el que, como consecuencia, se siente más inseguro. Esta falta de seguridad provoca en ocasiones el llanto del pequeño.La forma de calmarle es ofrecerle las mismas sensaciones que experimentaba antes de nacer. Para frenar el llanto, los padres deben coger al niño en sus brazos muy cerca de su cuerpo, arrullarle y mecerle de forma rítmica y acompasada, hasta devolverle la tranquilidad que necesita.
7. Tiene un exceso de estimulación
En ocasiones, los bebés pueden sentirse sobreestimulados y necesitan un poco de calma y quietud a su alrededor para relajarse. Su respuesta a esta situación es, con frecuencia, el llanto. Un ambiente demasiado ruidoso, un exceso de actividad a su alrededor, demasiadas visitas e, incluso, un juego demasiado largo con el pequeño son algunas de las situaciones que pueden irritarle hasta el punto de que necesite llorar.
Es su modo de expresar su hartazgo y malestar y de que los adultos reaccionen para remediarlo.
La primera pista para identificar la razón de cada sollozo es saber que “todos los llantos no son iguales”, apunta Ana Isabel Fraga, autora de ‘El manual de instrucciones que perdiste cuando nació tu hijo’. El sonido, la intensidad o el ritmo del llanto puede variar en función de la causa que lo provoca. Y conocer cómo suena cada tipo de lamento ayuda en gran medida.
Pero además, para identificar el llanto, es preciso atender a las expresiones corporales y a otros factores externos, como “la situación en la que estaba el bebé antes de empezar a llorar, cómo ha sido su día u otros aspectos ambientales como la temperatura, el ruido o las luces”, añade Fraga.