Por qué no debes dejar que tus hijos usen pantallas en el coche

Entre las recomendaciones generales que incluye el Plan Digital Familiar de la Asociación Española de Pediatría (AEP) destaca que es necesario evitar los soportes de pantallas para el carrito del bebé, ya que para los peques de menos de tres años no hay un tiempo seguro de uso de dispositivos digitales. Pero también advierten de que este consejo se extiende a otros medios de transporte como el coche y a más edades. ¿Por qué?

Como ocurre en cualquier espacio, también en el automóvil, el uso de pantallas hace que los menores se aíslen y se pierdan todo lo que ocurre a su alrededor. Los especialistas en la salud infantil señalan que esta práctica “aumenta el tiempo de pantalla y les impide ser conscientes del entorno que les rodea y poder relacionarse con él”.  

En un coche (o barco, tren, avión) al fijar la vista en un objeto cercano que no se está moviendo mientras el oído interno percibe que sí hay desplazamiento, se puede dar en niños y mayores lo que se llama cinetosis.

¿Qué es la cinetosis? El conjunto de trastornos producidos en el organismo a causa del movimiento en un medio de transporte: sensación de mareos y sudores fríos que pueden originar dolor de cabeza, bostezos, palidez, sensación de estómago revuelto, náuseas, vértigo y vómitos. Además, el calor típico del verano y los olores fuertes favorecen este mareo en el coche.

Es raro que este mareo por movimiento se produzca en menores de dos años; es más probable que suceda a partir de los 2 años y hasta los 12 o 13. Pero especialmente ocurre al usar pantallas. ¿Por qué? Como no se es consciente de que se está en movimiento, al levantar la vista del teléfono o la tableta y notar la velocidad de los objetos que rodean al vehículo, aparece rápidamente el mareo.  

Llevar en la mano la tableta para ir viendo en el coche los dibujos animados resulta una práctica nada segura, y no solo para tus hijos. ¿El motivo? Si hay una frenada brusca o un accidente, un objeto suelto dentro del vehículo puede salir proyectado contra cualquiera de los ocupantes, incrementado su peso hasta por 40 veces a tan solo 50 km/h. Es lo que se conoce como efecto elefante.

La Dirección General de Tráfico (DGT) hizo en 2018 el cálculo con seis objetos, cuatro de ellos pantallas:

El impacto de cualquiera de estos objetos contra una persona, y más en el caso de un niño pequeño, puede resultar fatídico. Como comentan desde el Real Automóvil Club de España (RACE), son “auténticos proyectiles en caso de accidente, lo que aumenta el riesgo de sufrir lesiones e, incluso, la muerte”.

Aun así, tampoco es recomendable colocar las pantallas en los soportes destinados para ello. Son más seguros, sí (sobre todo los monitores de techo), pero hay que cerciorarse de que los dispositivos están bien anclados y evitar que el cuerpo o la cabeza del menor impacte contra ellos.

Y es que es muy habitual instalar estos monitores en el reposacabezas de los asientos traseros en su parte delantera o en el de los asientos delanteros en su parte trasera (cuando los peques van en sentido contrario a la marcha). Pero integrar la pantalla al coche supone un peligro añadido, pues en el caso de colisión, en un principio, el niño con sillita no debería impactar contra el respaldo, pero, si ocurriera, es preferible que lo haga contra algo acolchado que contra una pantalla rígida.

Tanto la Asociación Española de Pediatría como otros expertos comentan que hay distintas formas de prevenir en los más pequeños el uso de pantallas en los trayectos en coche:

• Dormir: intenta hacer los viajes en horas que tus hijos puedan echar una cabezada (primera hora de la mañana, siesta…).
• Jugar a juegos de palabras y de memoria (palabras encadenadas, contar un cuento con errores, frases con las letras de las matrículas) y otros juegos para viajes en coche.
• Oír música: antes del viaje, preparad juntos una lista de canciones preferidas.
• Escuchar juntos un podcast o audiocuentos.
• Ver el paisaje.
• Explicar lo que vemos en el viaje o hablar de lo que haréis en el destino.