Dormir bien durante el embarazo puede ser un reto para muchas mujeres. Los dolores lumbares, la acidez, los movimientos del bebé y el tamaño de la tripa son algunas de las causas que provocan que la mayoría de las gestantes sufran trastornos del sueño durante el embarazo. Para conseguir dormir mejor es recomendable, como se aconseja a continuación, adoptar posturas que favorezcan el sueño de la embarazada y usar la almohada como aliada con el fin de reducir las molestias.
Posturas que favorecen el sueño de la embarazada
La mujer embarazada necesita adaptar su postura en la cama a los cambios que experimenta su cuerpoDe lado, boca arriba, boca abajo. Cada persona tiene su particular forma de dormir, pero en el caso de las mujeres embarazadas, elegir la postura para conciliar el sueño no es una cuestión de gustos, sino más bien de adaptación a sus «nuevas formas».
El 78% de las mujeres presenta más disturbios del sueño durante su embarazo que en cualquier otra época de su vida, según una encuesta realizada en EE. UU. por la Fundación Nacional del Sueño (NSF, por sus siglas en inglés), en 1998. En España, la investigación ‘Trastornos del sueño durante el embarazo’, llevada a cabo por un equipo de matronas del Hospital Virgen de la Luz, de Cuenca, revela que más del 86% de las gestantes españolas sufre cambios en la calidad de su sueño desde que se inicia su embarazo.
Además, los especialistas señalan que cada etapa del embarazo tiene una postura para dormir apropiada; en ocasiones, hay posiciones que pueden perjudicar a la mujer o al feto, según en qué momento de la gestación se encuentre la futura madre.
Dormir boca abajo: esta postura no implica ningún riesgo para la mamá ni para el bebé. Pero puede resultar bastante incómoda para la mujer cuando su embarazo está ya avanzado; por eso es probable que ella misma decida, de forma natural, adoptar otra posición.
Dormir boca arriba: esta posición tampoco está contraindicada en la gestación, pero es recomendable evitarla durante el último periodo del embarazo, para evitar que todo el peso del útero recaiga sobre la vena cava inferior, que es la que transporta la sangre desde las extremidades inferiores al corazón. Si se comprime esta vena con frecuencia, la mujer puede experimentar mareos, problemas respiratorios y digestivos y desarrollar lo que se denomina síndrome de hipotensión supina.
Dormir de lado: esta postura mantiene el útero alejado de la vena cava inferior y facilita la circulación de la sangre; por tanto, es la más recomendable para las gestantes. Los especialistas aconsejan, además, dormir sobre el costado izquierdo porque así se evita, también, que el peso del útero recaiga sobre el hígado.
La almohada como aliada de la gestante
La embarazada puede usar almohadas para hacer el sueño más reparador
A medida que avanza el embarazo, el incremento del peso del útero suele provocar dolores en la espalda y la pelvis de la futura mamá. Para estar más cómoda durante el sueño y evitar la excesiva presión sobre estas zonas, es recomendable dormir de lado. Pero además, se puede recurrir a las almohadas para hacer que el sueño de la embarazada sea aún más reparador.
La opción más económica es optar por una almohada normal, que sobre en casa, y colocarla entre las piernas (con las rodillas dobladas), debajo de la barriga para soportar su peso; o detrás, en la espalda, para que actúe como soporte.
La alternativa es adquirir algunas de las denominadas almohadas de maternidad. Estas almohadas especiales tienen diferentes formas y tamaños, en función de la molestia que se pretenda mitigar.
El Instituto de Investigaciones del Sueño apunta que los frecuentes problemas para dormir que sufren las mujeres embarazadas son debidos a algunos de los cambios hormonales y físicos que se producen durante la gestación, como el aumento de la frecuencia urinaria, la acidez estomacal, las molestias musculares y los movimientos fetales.
Pero además, los trastornos para dormir se incrementan a medida que avanza la gestación. El aumento del volumen de la tripa y los cambios que suceden en el cuerpo hacen cada vez más difícil encontrar una postura cómoda que ayude a conciliar el sueño.