Prepárate para celebrar un Halloween con calabazas y disfraces, y sin purpurina

No hay fiesta de Halloween sin disfraz ni dulces. ¿O sí? Hay dulces saludables y recetas sanas para los niños, pero sin disfraz, fijo que no encontrarás ni truco ni trato.

Así que puedes comprar un disfraz infantil en tiendas especializadas o puedes hacer uno tú mismo. Mira estas ideas de disfraces exprés para Halloween (vampiro, fantasma, bruja, momia, zombi, Frankestein…) o estas sugerencias muy sencillas.

Para este disfraz tan aterrador tendrás que comprar medio metro de tela peluda de color marrón, una dentadura postiza con grandes colmillos y, si quieres, unas garras de lobo. Una camisa de manga larga vieja que puedas romper y unos vaqueros rotos servirán para vestirte.

En los agujeros que tengan (y hagas), además de en el pecho y los brazos, coloca la tela peluda. Despéinate todo lo que puedas, y píntate la nariz y las patillas por lo menos para dar ese aire espeluznante que caracteriza al hombre lobo.

Solo es necesario que te hagas con dos prendas para el disfraz de esqueleto: una camiseta negra vieja y un legging. Sobre ellas pegarás con pegamento la tela blanca (o la goma EVA o, si no, el papel adhesivo blanco) que hayas recortado con las tijeras siguiendo el diseño que plantea el blog Sitting at the airport.

La tradicional calavera mexicana para el Día de muertos se ha hecho muy popular en nuestro país a raíz de la película ‘Coco’. ¿Quieres que tu hija se convierta en Catrina? El disfraz no tiene mucha complicación.

Coge una falda negra, a poder ser con vuelo, (o un tutú negro sin coser) unos leggins negros y una camiseta o camisa más ajustada. Aprovecha la idea que planteamos en el esqueleto para poner huesitos en las piernas o en los brazos y pecho. En la cabeza, sobre el pelo suelto, colócale una diadema u horquillas con grandes flores rojas y, si tienes, un trozo de tul o encaje negro.

Y aunque hay muchas variantes en torno al maquillaje de Catrina, sí o sí, debe contener lo siguiente: toda la cara es blanca; la nariz, negra; la boca, cicatrizada; y los ojos, bien resaltados marcando su cavidad de color negro.

Así como es posible hacer disfraces sin plásticos, también se puede celebrar un Halloween sin purpurina (un microplástico). Y más ahora que, desde el pasado 17 de octubre, está prohibida su distribución en la Unión Europea, con el fin de proteger el medio ambiente. Y es que estos microplásticos de menos de cinco milímetros, que se añaden a cosméticos, ropas y pinturas, entre otros productos, es fácil que acaben en el entorno acuático y su población, con todo lo que ello implica para los peces que lo ingieren y para los humanos que luego los comemos, además de que son imposibles de eliminar y duran miles de años.

¿Cómo evitar la brillantina en Halloween? Intenta que no estén en los disfraces, y sobre todo, no los uses en los maquillajes infantiles. Y no solo por la salud del planeta y sus océanos, también por los peques de la casa: si la inhalan, puede causar asfixia; si se ingiere, vómitos y diarrea; en contacto con los ojos, irritación o conjuntivitis; y en personas sensibles, lesiones en la piel. Eso sí, puedes utilizar otro brilli-brilli.

Desde hace varios años puedes encontrar en el mercado distintos tipos de brillantina biodegradable, elaborada a partir de material polimérico natural y plantas, algas marinas y pigmentos naturales. Eso sí, algo menos económica que la purpurina de siempre.

También está la posibilidad de emplear lentejuelas pequeñas o pegatinas brillantes para la cara, siempre que estén diseñadas para usar en la piel.

Y puedes hacer una purpurina respetuosa con el medio ambiente de forma casera. Es muy sencillo de elaborar: usa sal y colorante alimentario o témpera y mézclalos en un tarro de cristal.

Entre las manualidades para hacer con niños por Halloween destaca decorar una calabaza redonda con la cara tallada e iluminada.

 ¿Te atreves a hacer el clásico diseño de la calabaza de Halloween? Reúne los materiales necesarios:

• Elige una calabaza de la especie Cucurbita Maxima, la típica naranja y redondita que se cultiva para su distribución durante esta fiesta. Escoge una (o varias) que tenga buen color y del tamaño que desees (de dos kilos es la más demandada en esta época).
• Utensilios: un cuchillo de cocina; rotuladores y punzón para marcar; cucharas para eliminar las semillas y la pulpa; y sábana vieja (o periódicos) para no manchar.
• Luces LED para iluminar la calabaza desde el interior.

Y sigue estos pasos:

• Lava la calabaza y sécala bien.
• Coloca una sábana vieja para evitar mancharlo todo.
• Con ayuda de un rotulador, marca el círculo que será la tapa de la calabaza, y con un punzón haz la línea de precorte.
• Con la punta del cuchillo, corta muy despacio la tapa superior de la calabaza.
• Coge la cuchara y vacía la calabaza con mucho cuidado, dejándola lo más limpia posible de carne, pulpa y semillas. Aprovecha la carne de esta hortaliza en estas recetas.
• Escoge una plantilla con el diseño de calabaza favoritos, como estas caras de Pinterest.
• Marca con un punzón en la calabaza el diseño elegido y córtalo con cuidado con un cuchillo.
• Mete en el interior de la calabaza la luz LED para dar un efecto más aterrador y pon la tapa.

Después de limpiar, secar y vaciar la calabaza, puedes optar por hacer otro tipo de calabazas de Halloween:

• Imprime o recorta el diseño de los ojos, nariz y boca cara en papel negro y pégalo con cinta adhesiva sobre la calabaza.
• Hazte con espray para pintar calabazas, rotulador grueso y dale el toque de color y de mensaje que quieras: blanca, negra, con dibujos geométricos, con la técnica de littering (parecido a la caligrafía), con puntitos a lo Yayoi Kusama…

La palabra Halloween es la contracción de All Hallow’s Eve, es decir, víspera de Todos los Santos. Y si bien su origen está muy relacionado con esta tradición cristiana, hoy en día es una mezcla de calabazas, consumo de dulces y disfraces monstruosos que recuerdan a los malos espíritus que por una noche dejan su lado terrorífico para unirse a la fiesta.

Sin embargo, cada vez más familias dejan de festejar Halloween el 31 de octubre y prefieren el Holywins (“la santidad vence”), una iniciativa que nació en París en 2002 para reforzar la fiesta cristiana de Todos los Santos. Por Holywins se anima a los niños y adolescentes a disfrazarse de sus santos favoritos, cocinar en familia y preparar postres alusivos al oficio o actividad del santo elegido para poder compartirlas con otros y disfrutar la tarde-noche con juegos y canciones .