El riesgo de contraer diabetes gestacional es mayor en mujeres que reúnan algunos de los factores que favorecen la diabetes: hipertensión, sobrepeso y altos niveles de azúcar en la sangre. Un estudio ha demostrado que un simple control puede permitir prever este problema y tomar medidas preventivas o hacer una gestión temprana de sus complicaciones. A continuación se detallan algunas claves para prevenir la diabetes gestacional y se explica en qué consiste el problema, qué riesgos supone y cómo se realiza su diagnóstico y tratamiento.
Claves para predecir la diabetes gestacional
La diabetes gestacional se puede predecir hasta siete años antes del embarazo. Un estudio realizado por expertos estadounidenses, publicado en la revista científica ‘American Journal of Obstetrics and Gynecology‘, revela además que los riesgos de desarrollar ese problema son mayores para una mujer que reúna factores asociados con la diabetes y con problemas del corazón: hipertensión, sobrepeso y altos niveles de azúcar en la sangre.
En las mujeres con exceso de peso y de azúcar en la sangre, las probabilidades de desarrollar diabetes gestacional son 4,6 veces mayores que en las mujeres con niveles normales.
Uno de los rasgos más importantes de este trabajo ha sido buscar una relación entre factores de riesgo cardiacos antes del embarazo y el desarrollo posterior de diabetes gestacional.
Por eso, su principal conclusión es que el perfil de riesgo cardiaco en las mujeres antes de quedar embarazadas podría ayudar a los médicos a identificar a las mujeres más propensas a contraer la enfermedad. De esa manera, también se podrían aplicar medidas de prevención primaria o una gestión temprana del problema. El trabajo se ha basado en el análisis de 580 mujeres, con datos recogidos a lo largo de 12 años.
¿Qué es la diabetes gestacional y qué riesgos supone?
«La diabetes gestacional es la que se reconoce por primera vez durante la gestación», según la Asociación Española de Pediatría. Puede generar complicaciones, entre las cuales figuran la amenaza de parto prematuro, preeclampsia, polidramnios (exceso de líquido amniótico alrededor del feto), infecciones y aumento de tamaño del feto. Estas dificultades incrementan la necesidad de un parto más instrumentalizado o cesárea y de traumatismos en el momento del nacimiento.
En la mayoría de los casos, las mujeres que han padecido diabetes gestacional vuelven a su normalidad metabólica después del embarazo. Sin embargo, sus probabilidades de contraer diabetes en las siguientes dos décadas de vida aumentarán hasta un 50%, así como las de volver a sufrir diabetes gestacional (60%) en embarazos posteriores.
Diagnóstico y tratamiento de la diabetes gestacional
En España, el diagnóstico de la diabetes gestacional se realiza en dos pasos. El primero es el llamado test de O’ Sullivan, que consiste en medir el nivel de glucemia en sangre una hora después de haber administrado una sobrecarga oral de 50 gramos de glucosa.
Si el resultado es igual o superior a 140 miligramos por decilitro (mg/dL), se considera positivo y se pasa a la segunda prueba, la curva de glucemia. En esta se miden los niveles de glucemia durante tres horas con 100 gramos de glucosa oral. Estas pruebas se realizan entre las semanas 24ª y 28ª del embarazo.
La dieta es fundamental en el tratamiento de las embarazadas con diabetes gestacional: debe ser equilibrada y consistir, afirman los expertos, en un 50% de carbohidratos, un 30% de grasas y un 20% de proteínas.
También el ejercicio, sobre todo caminar y nadar, que ayuda a bajar el nivel de glucosa en la sangre. Sólo cuando sea inevitable se aconseja el uso de insulina u otros fármacos hipoglucemiantes: tendentes a bajar los niveles sanguíneos de glucosa.