Son pequeños, pero ocupan mucho espacio por aquello del “por si acaso”. No obstante, como apenas se mueven o acaban de empezar a andar, los bebés que este año pasarán su primer verano no podrán perderse en la playa, ni ahogarse nadando en la piscina, ni hay que organizar excursiones o planes especiales para ellos, ni escuchar el temido “me aburro”. Sus padres pueden estar más que tranquilos estas vacaciones. ¡Hasta podrán echar una siesta de vez en cuando! Si has tenido un hijo en el último año, ten en cuenta que este verano deberás ocuparte de muchas cosas. ¿Agobio? Con esta guía lo tendrás más fácil.
Dos consejos antes de empezar las primeras vacaciones con el bebé: aunque sean vacaciones, intenta en la medida de lo posible seguir con su rutina de alimentación y siesta y de baño, alimentación y sueño —así no estará tan irritable— y ten al día el calendario vacunal infantil.
Dónde ir con el bebé: ¿playa, montaña o ciudad?
Esta última recomendación es precisamente la más importante de todas en el caso de que se quiera ir a un destino tropical, es decir, la mayoría de los países de África, sudeste de Asia, Centroamérica y Sudamérica. Los menores de un año, por su edad, no pueden recibir ciertas vacunas que sí son necesarias para viajar de manera segura a estos lugares.
Por eso, la Asociación Española de Pediatría (AEP) advierte de los riesgos que para la salud de los bebés puede tener viajar a estas regiones y «apela al sentido común de los padres a la hora planificar y tomar medidas que eviten posibles accidentes o el hecho de contraer diversas enfermedades». De hecho, en el ‘Manual de inmunizaciones en línea de la AEP‘ en su apartado de vacunación del niño viajero, se aconseja que «siempre que pueda evitarse, un lactante menor de 2 años no debe viajar a un país con riesgo de enfermedades tropicales«.
🍼 Consejos sobre los destinos para disfrutar del bebé de vacaciones
- Lo dicho hasta ahora no quiere decir que un bebé, en su primer verano, no pueda viajar fuera del país; pueden ir en avión con solo dos días de vida, pero lo recomendable es que lo haga con una semana en vuelos cortos y con tres en los de larga duración.
- ¿Dónde ir de vacaciones con un bebé? Conviene que el lugar vacacional elegido no sea muy lejos de casa, por si fuera necesario volver antes de lo previsto, por lo que Francia y Portugal podrían ser buenos destinos.
- No te olvides de su DNI o pasaporte, en España con el Libro de Familia basta.
- Una opción interesante es hacer turismo rural, visitar la costa o conocer a fondo una ciudad. Un apunte: hay que procurar que sea en lugares lo menos masificados posible y donde las temperaturas no sean extremas.
- Una fórmula que resulta es la de quedarse en alojamientos amigos de los niños (kids friendly) —con cocina, si es posible—, apartahoteles o en un alquiler vacacional, o en casa de familiares de confianza. No obstante, hay que avisar de nuestra llegada con un bebé porque es posible que faciliten la cuna, trona, sillita, la batidora para sus purés…
- En cada sitio hay que tener en cuenta sus peligros: hasta los seis meses hay que evitar llevarlo a la playa, sobre todo en las horas centrales del día; en destinos rurales, ¡cuidado con los mosquitos y la altitud,! pues si sube y baja demasiado deprisa a alturas de unos 1.500 metros podría sufrir otitis barométrica; y en la ciudad, conviene huir del ruido y la contaminación.
El viaje: siempre seguro y entretenido
Elijas el vehículo que elijas para viajar con tu hijo, su seguridad es prioritaria. En coche recuerda que no debe faltar el sistema de retención infantil (SRI) más adecuado por peso y edad y, en el resto de los vehículos, atento a ‘Cómo viajar seguros con los niños en todos los medios de transporte‘, porque también lo necesitarás.
Hay que procurar viajar en las primeras o últimas horas del día y que el niño vaya durmiendo, y no porque se vaya a marear (es difícil que suceda a estas edades, pues su sistema nervioso aún es muy inmaduro), sino porque todos viajaréis más tranquilos. Canciones, sonajeros, cuentos, agua si ya ha empezado con la alimentación complementaria… le tendrán algo entretenido si está despierto.
En los desplazamientos a pie, el cochecito o la silla de paseo pueden ser sustituidos por mochilas portabebés en muchos momentos. No ocupan mucho espacio en la maleta y resultan muy útiles en el aeropuerto y estaciones, en excursiones por los centros históricos llenos de calles empedradas y escaleras y, por supuesto, en las rutas de senderismo. Pero ponle ropa fresquita, pues tendrá más calor que si va en su cochecito. Tócale la nuca para saber si suda.
Protégele del sol…
A continuación se enumeran una serie de recomendaciones básicas:
👓 No exponer al bebé al sol
La exposición solar a estas edades debe ser mínima, por no decir nula. Y es que su barrera cutánea no ha terminado de desarrollarse. Si bien los menores de un año no deberían exponerse directamente al sol, la mitad de los españoles no sigue esta recomendación con sus hijos, según el ‘IV Estudio CinfaSalud‘, avalado por la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Si eres de los que se relajan con esta medida, debes saber que:
- Entre las 12:00 y las 16:00 horas los bebés no deberán estar jamás al sol, y sí bajo sombrillas, con gorras, gafas de sol, vestidos y bien hidratados.
- El mejor momento de exposición al sol es a partir de las 18:00 horas, pero conviene no abusar tampoco de él a esta hora.
👓 Poner fotoprotector si ya tiene seis meses
- A los bebés que no hayan cumplido los seis meses no se les debe aplicar fotoprotector solar. Deberán estar siempre a la sombra.
- Hasta los tres años los niños usarán fotoprotector con filtros físicos (óxido de zinc y dióxido de titanio), como recomienda la AEDV, pues hacen de pantalla y reflejan la luz solar. Hay que ponérselos siempre, incluso en días nublados, con fotoprotectores pediátricos con un SPF 50 que los cubran de las radiaciones UVA, UVB e infrarrojos (IR-A). Basta con aplicarlos 30 minutos antes de la exposición, cada dos horas y tras cada baño.
🌞 …y de su calor
El sol es peligroso para la piel, pero también puede provocar deshidratación y golpes de calor, un problema mortal del que advierte la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP): un niño en el interior de un coche aparcado al sol en verano y sin ventilación puede alcanzar los 42 o 43 grados de temperatura corporal y morir en el plazo de 30 a 60 minutos.
🌡️ Cómo prevenir un golpe de calor en los bebés
Pero no solo en los vehículos corren riesgos. Los niños, sobre todo los bebés por debajo de un año, son los grupos más sensibles a sufrir daños provocados por los golpes de calor. De ahí la importancia de la prevención, que en este caso consiste en:
- ofrecerles continuamente líquidos ya sea leche materna, como agua, si ya la toman.
- evitar la sobreexposición solar.
- bañarles con frecuencia.
- ponerles ropa holgada, ligera, transpirable y de colores claros (a veces, basta con el pañal).
- proteger su cabeza con una gorra o sombrero.
- nada de zapatos en sus pies; a lo sumo, calcetines suaves.
No le cubras en su capazo o sillita de paseo con una sabanita, muselina, toalla o mantita, aunque sean muy finas. Igual lo haces para protegerle del sol y los mosquitos o crearle un ambiente más tranquilo. En realidad, esta práctica genera un efecto invernadero: en media hora la temperatura del carrito puede aumentar 10-12 grados, según un experimento del pediatra sueco Svante Norgren, lo que incrementa las posibilidades de que se produzca el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Si, aun así, prefieres taparle, procura que haya siempre ventilación. ¿Alternativa? Busca sombra o usa la sombrilla.
Si está más irritable de lo normal puede ser por el calor. Además de calmar su sed, recurre al ventilador o al aire acondicionado. En este artículo sobre aire acondicionado con bebés, te recomendamos cómo usarlo de forma adecuada. Y, de noche, una sabanita que le cubra el tórax es más que suficiente.
Alimentación para hidratar y nutrir
Para no deshidratarse, la lactancia a demanda es la fórmula más eficaz. El niño tenderá a hacer tomas más cortas. «NO necesita ningún otro líquido, ni agua, ni infusiones. Ni siquiera en los meses de mucho calor, ni siquiera si lo llevan de vacaciones a la India en agosto», sostiene el Comité de Lactancia Materna de la AEP. Coloca entre la piel del pequeño y la tuya una gasa o tela de algodón, para evitar la transpiración excesiva.
Si optas por la lactancia artificial, dale el biberón más templado. Y no te preocupes por esterilizarlos. Te damos consejos para esterilizar los biberones en vacaciones.
Y si el peque ya come sólidos y toma el agua en vaso, ¿qué frutas y verduras? Atento a este artículo del pediatra Carlos Casabona.
💦 Al agua, bebé
Ante las dudas sobre la conveniencia de bañar al bebé en la playa, río o piscina en sus primeras vacaciones, estas recomendaciones pueden servir de gran utilidad:
- Pégate un chapuzón ¡con tu bebé! No sabe nadar, pero podrá disfrutar del agua.
- Desde los seis meses, hay cursos de matronatación para la adaptación y familiarización al medio acuático.
- Para quitarle el miedo al agua, no le sueltes en ningún momento, mójale los pies (primero con tu mano) y luego, poco a poco, las piernas y brazos y juega con él.
- Pasad juntos unos 10 minutos para que no coja frío ni se canse.
- Si llora, déjalo para otro momento.
- Por último, sécale rápido, sin descuidar los pliegues, cámbiale el pañal de agua y ponle ropa seca.
🌊 ¿En mar, piscina o río?
El bebé siempre tiene que ir protegido. Un traje de neopreno (hay desde tallajes muy pequeños) le conserva su temperatura corporal. Y a estas edades, ni manguitos ni flotadores; lo mejor, los brazos de sus padres y los chalecos salvavidas. en cualquier caso, toma en cuenta estos consejos:
- En el mar, ten cuidado con el salitre, las olas y las medusas.
- En la piscina hay que tener cuidado con el cloro.
- En los ríos, pantanos y piscinas naturales hay que ser prudente con la calidad del agua, las corrientes y la temperatura…
Ya sea en la playa, la piscina o en la naturaleza, cuando pueda sentarse bien y preferiblemente con agua de grifo se podrá llevar una piscina hinchable, siempre con mucho cuidado ya que con solo dos centímetros podría ahogarse.
¡Cuidado con los insectos!
Una mosquitera en la ventana y en su cunita y un insecticida eléctrico servirán para mantener protegido de insectos a tu hijo dentro de casa.
Fuera de casa, como recalcan desde la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), puede ser útil en entornos de mucha vegetación:
- vestirles con pantalones largos, camisas de manga larga y calcetines.
- evitar ponerles ropa de colores muy llamativos.
- no usar colonias o perfumes, que puedan atraer a los mosquitos.
- evitar las zonas donde proliferan (lagos, estanques) y las horas más activas (al amanecer y anochecer).
En cuanto a los productos que repelen los mosquitos no se recomiendan para los menores de 2 años. Tampoco se aconsejan los dispositivos electrónicos que emiten sonidos de alta frecuencia o las pulseras, ya que «no han demostrado eficacia» y, en el caso de las pulseras, podrían llevárselos a la boca.
Maleta y botiquín
Si te preguntas qué es lo más imprescindible para meter en la maleta, te damos unas pistas:
- Hay días en que con el pañal es suficiente, así que no metas mucha ropa en la maleta si el destino es caluroso (que sea fresquita de lino o algodón), y menos zapatitos.
- Lleva prendas de abrigo, pero sin pasarte, para lugares de montaña o de clima atlántico.
- Evita los bodis y la ropa ajustada que dan más calor. Y por la noche basta con un pijamita de verano como mucho.
- No te olvides de los pañales, toallitas húmedas, su chupete, sus juguetes y su arrullo o mantita preferida.
Dos consejos más: lava su ropa por separado y con detergente especial y cámbiale el pañal con frecuencia —o déjale un rato sin él—, pues en verano son más frecuentes las irritaciones y dermatitis en la zona.
Para prevenir, en el botiquín de tu hijo que no falte la crema para el pañal y su medicación habitual, como tampoco un termómetro, paracetamol o ibuprofeno, suero fisiológico y protector solar. La tarjeta sanitaria, la europea (TSE) o un seguro médico internacional son los documentos imprescindibles, según donde viajes con tu hijo.