La costra del lactante es una capa de escamas aceitosas y amarillentas de aspecto desagradable que aparece en el cuero cabelludo de muchos bebés sanos, a causa de la influencia de las hormonas maternas que les llegan inmediatamente antes de su nacimiento. Conocida también como costra láctea, este nombre puede hacer pensar que la leche tiene algo que ver con ella, lo cual no es en absoluto cierto.
Es una manifestación de seborrea, es decir, del exceso de actividad de las glándulas productoras de sebo que hay en la piel, en este caso estimuladas por las hormonas maternas, que al impregnar con su grasa las células que descama normalmente la piel, impide que se desprendan y hace que formen esas costras en el cuero cabelludo del bebé y, a veces, también en sus cejas.
Suele observarse por primera vez antes de los tres meses y, como muy tarde, deja de brotar a los diez o doce meses de edad. Normalmente no pica ni causa molestias de ningún tipo, de manera que sólo se trata por motivos estéticos.
Normalmente, la costra no pica ni causa molestias, solo se trata por motivos estéticos
En algunas ocasiones solo se forma sobre la fontanela, porque no se ha lavado con naturalidad, y desaparece cuando se lava sin temor con un champú suave normal. Pero cuando las costras son muy gruesas, deben reblandecerse untándolas con vaselina o aceite de oliva una hora antes del baño, con lo que después resulta fácil eliminarlas pasando un cepillo.
Este tratamiento es inofensivo y puede repetirse tantas veces como sea necesario, pero cuando la costra es rebelde, el pediatra puede recomendar un preparado con vaselina y ácido salicílico, que se deja actuando toda la noche, o incluso una loción o crema de corticoides. También puede usarse un champú antiseborreico (con selenio, zinc, alquitranes o ácido salicílico), cuidando de que no entre en los ojos del bebé.
En ocasiones, la costra del lactante es sólo una manifestación más de un problema general de la piel del bebé; el más frecuente es la dermatitis seborreica, una enfermedad hereditaria muy común que, además de las escamas del cuero cabelludo, ocasiona enrojecimientos en la zona del pañal, las axilas, tras las orejas y en otros pliegues de la piel.