El uso de los portabebés gana adeptos, debido a las ventajas que proporciona. Entre las más importantes del porteo están el contacto directo que garantiza entre el niño y la madre o padre, bebés que lloran menos horas al día, así como la posibilidad de tener las manos libres, como se recoge en este artículo a través de diversos estudios científicos. Además, enumera una serie de normas de seguridad para la correcta utilización de mochilas, fulares, bandoleras y otros recursos para llevar colgados a los pequeños.
Portabebés: déjate llevar pequeño
Llevar al niño en un portabebés, práctica llamada porteo, ofrece ventajas con respecto al cochecito infantil. De esta forma, el niño tiene contacto -tanto físico como visual- con el cuerpo de la madre o el padre, obtiene seguridad y calidez y, además, el adulto puede acceder con su bebé a lugares donde, con un cochecito, resulta mucho más difícil o imposible.
Los niños que viajan en portabebés, en lugar de en carritos, lloran menos, afirman los científicos
La asociación Babywearing International celebra cada año la Semana Internacional de la Crianza en Brazos. Durante ella, tanto este organismo como muchos otros en el mundo buscan promover esta práctica e informar de sus beneficios. Este año, la semana transcurrió entre el 7 y el 14 de octubre con la siguiente consigna: Get carried away. La asociación Red Canguro, referencia española para la promoción y difusión de esta costumbre, ha traducido el lema original en inglés por «Déjate llevar».
«Déjate llevar» es un mensaje con varios sentidos. Por un lado, alude a los niños, como una llamada para que se dejen llevar a través de las mochilas, fulares, bandoleras y otros tipos de portabebés. «Los niños que son llevados en portabebés tienen la oportunidad de explorar el mundo a mayor distancia de lo que el cochecito o sus pequeñas piernas les permiten», destaca Ann Marie Rodgerson, presidenta de Babywearing desde 2011. Pero, por otro lado, también es una invitación a madres y padres, con el fin de animarles a que se dejen llevar por el instinto de tener al pequeño bien cerca y por la necesidad de tener las manos libres para otras tareas, como la atención de otros hijos.
Los niños cargados en portabebés lloran menos
Hay estudios científicos que enfatizan las ventajas del porteo o de llevar al bebé en brazos.
Uno de ellos, que data de 1986, reveló que los pequeños de seis semanas de edad que eran cargados durante tres horas diarias dentro de un portabebés de tela lloraban y se quejaban un 43% menos que otros niños. Durante la noche, el descenso en los niveles de llanto alcanzaba el 51%.
En las conclusiones del artículo, publicado en la revista ‘Pediatrics’, los autores afirmaban que «el porteo suplementario modifica el llanto considerado normal, ya que reduce la duración y alteraciones del patrón de llanto infantil en los primeros tres meses de vida». Y añaden que «la relativa falta de porteo en nuestra sociedad puede predisponer al llanto», así como a los cólicos, en los bebés normales.
Los autores de otra investigación, publicada en ‘Child Development’, determinaron, por su parte, que «puede haber una relación entre el aumento del contacto físico, que logra eluso temprano de un portabebés blando, y la seguridad del apego entre el niño y su madre o padre».
Más allá de las ventajas que conlleva el portabebés, es fundamental tener siempre muy presente una serie de medidas de seguridad para su uso. La asociación Babywearing International enumera las más importantes:
1. Asegurarse de que el bebé pueda respirar bien. Hay que estar atento para que la tela nunca cubra el rostro del niño y para que la barbilla no quede pegada al pecho. Aunque el portabebés deja las manos libres para poder hacer otras cosas, la persona adulta debe estar en todo momento pendiente del cuidado del pequeño.
2. Emplear solo portabebés adecuados, según el tamaño, el peso y la edad del niño.
3. Nunca correr, sacudirse, saltar, ni realizar ninguna otra tarea que represente movimientos bruscos para el pequeño.
4. Jamás usar un portabebés al viajar en coche con el niño, ya que este sistema no está preparado para ofrecer seguridad en este medio de transporte. Por ello, se deben utilizar siempre los sistemas de retención apropiados y correctamente instalados.
5. Revisar con frecuencia que el portabebés se encuentre en perfecto estado.
6. Al colocar el niño, corroborar por más de un medio que está seguro: además del tacto, mirándose en un espejo, pidiendo a otra persona que lo confirme, etc.
7. Proteger al bebé de los elementos de la naturaleza: sol, viento, frío, lluvia, etc. Existen ponchos diseñados para este fin.
8. Tener cuidado con los objetos que el pequeño podría alcanzar con sus manos, en particular cuando se lleva en la espalda, desde donde puede llegar a cosas que están fuera del campo visual de su madre o padre.