¿Por qué me están pequeños los zapatos?, ¿por qué me aprietan los anillos? En los últimos meses de gestación es frecuente que las mujeres embarazadas tengan la sensación de que sus extremidades han aumentado de talla de forma significativa. La causa principal de este exceso de volumen en los pies, las piernas, las manos e, incluso, a veces la cara, es que durante el embarazo la mujer tiende a retener mucha mayor cantidad de líquido en su cuerpo y este responde con la aparición de edemas o hinchazones. Estos síntomas se pueden aliviar si se adoptan unas sencillas pautas de prevención. En el siguiente artículo, recopilamos las principales causas de la retención y ofrecemos diez consejos para aliviar sus síntomas.
Causas de la retención de líquidos
Durante el período de gestación, el cuerpo de la mujer sufre numerosos cambios. Uno de los más generalizados es el aumento de la retención de líquidos, generado principalmente por las fluctuaciones hormonales que se producen en el embarazo. Se considera que esta retención representa más de la mitad del incremento del peso corporal en la mujer embarazada.
Pero además de los cambios hormonales, otros factores característicos del embarazo elevan de forma simultánea la acumulación excesiva de líquidos en la gestación. El más destacado es el aumento significativo del útero materno en el tercer trimestre de gestación, de modo que presiona los vasos sanguíneos por los que se transporta la sangre de las extremidades inferiores al corazón, lo que provoca que se acumule líquido en los tejidos.
Síntomas frecuentes
El síntoma más característico que provoca la retención de líquidos en la mujer embarazada es la aparición de edemas, una hinchazón en distintos grados de magnitud de determinadas partes del cuerpo. El edema se produce con mayor frecuencia en piernas y tobillo, aunque en muchos casos puede afectar también a las manos, e incluso a la cara.
Estos síntomas son más comunes en el último periodo de gestación, sobre todo cuando la embarazada permanece muchas horas seguidas de pie o sin cambiar de postura, y se pueden incrementar a últimas horas del día o en jornadas más calurosas de lo habitual. También el edema o hinchazón se puede acrecentar en las mujeres que tienen mayor predisposición a la retención de líquidos ya sea por algún tipo de trastorno renal o circulatorio, como las varices.
Motivos de alarma
Los edemas del embarazo, aunque molestos, son casi siempre benignos y por tanto no son motivo de alarma mientras no presenten una magnitud excesiva y desaparezcan tras periodos continuados de descanso.
Sin embargo, si la hinchazón persiste y va acompañada de otros síntomas, como hipertensión arterial, alteraciones de la vista o dolor de cabeza, es necesario consultar con el especialista ante un posible riesgo de preeclampsia, una complicación que afecta al 10% de las gestantes y que puede resultar peligrosa si se diagnostica demasiado tarde.
10 consejos para prevenir la retención
Los especialistas recomiendan a las mujeres gestantes que incorporen a su día a día distintas pautas y hábitos que previenen el exceso de retención de líquidos. Entre ellos:
- Realizar pequeños paseos diarios de entre 20 y 30 minutos u otras actividades físicas que impliquen el movimiento de las piernas y faciliten el aumento del riego sanguíneo.
- Tumbarse dos o tres veces al día durantes 10-15 minutos con las piernas en alto por encima del nivel del corazón.
- Cuando se permanece sentada por un largo periodo procurar mantener las piernas en posición elevada. Si es posible, levantarse cada cierto tiempo y dar un paseo corto de cinco minutos.
- No exponerse directamente al sol ni a las altas temperaturas. Asimismo evitar acudir a saunas o los baños calientes muy prolongados.
- Evitar estar en posición de pie, quieta, y sin descansar durante mucho tiempo.
- Utilizar un calzado cómodo, de tacón bajo y que no oprima los pies, así como calcetines y medias de una talla adecuada para que no compriman excesivamente las piernas, los muslos ni la cintura.
- En el momento de dormir, intentar adoptar una posición de lado, preferentemente sobre el costado izquierdo, ya que favorece el flujo sanguíneo entre el corazón y las extremidades inferiores.
- Beber líquido abundante durante el día -al menos dos litros- ayuda a prevenir la hinchazón, pues la hidratación facilita la expulsión del líquido sobrante del cuerpo.
- Limitar el consumo de sal, ya que el exceso de sodio entorpece la circulación y favorece la retención de líquidos.
- Se recomienda incorporar a la dieta alimentos que sean ricos en potasio, puesto que ayudan a eliminar líquidos a través de la orina. Algunos vegetales como las espinacas, el calabacín y los champiñones, las patatas y las legumbres, o las frutas como el plátano, la piña y el albaricoque proporcionan potasio al organismo de la embarazada.