A los padres les gusta hablar de sus hijos y mostrarlos en fotografías. Es normal. Sin embargo, hay padres que comparten demasiado y caen en la exposición masiva de las redes sociales. Esas imágenes o vídeos que enseñaban a familiares cercanos y amigos ahora se pueden compartir con casi todo el mundo. Subir a las redes una fotografía de cada evento donde participe tu hijo, o ir documentando el crecimiento del pequeño mediante publicaciones de Facebook o Instagram, podría dañar la imagen del niño y poner en peligro su integridad. Este fenómeno se llama sharenting, una mezcla de las palabras compartir y paternidad (share y patering). ¿Cuáles son sus riesgos? ¿Cómo puede actuar el menor afectado? Aquí te lo contamos.
Basta con echar un vistazo al carrete de tu teléfono móvil y ver cuántas fotografías y vídeos tienes de tu hijo. ¿Te has preguntado cuántas de esas imágenes has compartido o deseas compartir con el resto del mundo? ¿Y hasta qué punto quieres ver información de los hijos de los demás por las redes? Pensamos que compartir algo curioso o gracioso de nuestros hijos mediante redes sociales o WhatsApp no tendrá mayor repercusión, sin embargo, no debemos olvidar que una vez que un contenido es colgado en Internet, jamás desaparece del todo, por más que se intente eliminar.
La problemática del sharenting, lejos de disminuir, se encuentra al alza. En España 9 de cada 10 madres y padres comparten online imágenes y vídeos de sus hijos una vez al mes, y solo el 24 % les pregunta si están de acuerdo, según un estudio realizado por EU Kids Online 2019. Además, el 42 % de los menores siente vergüenza de los contenidos que sus padres suben a Internet, de acuerdo a una investigación que Microsoft elaboró con datos recopilados en 25 países.
Riesgos del sharenting
El sharenting, además de ser incómodo para los niños, puede traer consecuencias muy graves: desde sufrir bullying en la escuela o ciberbullying en sus redes sociales, hasta ser víctimas de pedofilia, porque esos contenidos pueden ser utilizados en páginas de pornografía infantil. Igualmente pueden verse afectados por fraudes e incluso secuestros porque, en la mayoría de las ocasiones, se aportan en las fotografías y vídeos multitud de datos personales: los sitios que frecuentan, el colegio al que asisten o detalles de su habitación.
“Tenemos una generación de niños que cuando crezcan y sean más mayores se van a encontrar con toda su vida ahí publicada sin su permiso, sin su consentimiento y con todas las consecuencias que esto va a tener para ellos, en sus relaciones laborales y personales”, explica María Guerrero, psicóloga experta en familia y tecnología de Qustodio. “Todos tenemos derecho a decidir qué es lo que queremos lanzar a Internet y qué es lo que queremos compartir de nuestra vida. El problema es que esos niños no han decidido por ellos mismos qué parte de su vida quieren mostrar”.
¿Qué puede hacer un menor en desacuerdo con el sharenting?
Existen países en donde los menores pueden denunciar a sus padres y demás familiares, y el Estado puede sancionarlos y obligarlos a eliminar las fotografías y vídeos de sus hijos en la Red. En Francia, por ejemplo, existen sanciones que van desde los 45.000 euros de multa y hasta un año de cárcel por atentar contra la seguridad y bienestar de los hijos, por lo que los niños pueden denunciar con facilidad a sus propios padres. En Holanda también hay sanciones severas para quienes violen los derechos de la privacidad en los menores. En 2020, la justicia holandesa obligó a una abuela a eliminar más de 500 fotografías de sus nietos en Facebook y Pinterest, ya que ese contenido se había publicado sin el consentimiento de los menores ni el de sus progenitores.
En nuestro país, a pesar de que el artículo 4 de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor establece que los padres o tutores y los poderes públicos respetarán y protegerán los derechos del menor frente a posibles ataques de terceros, esto no siempre se cumple, ya que la decisión de colgar una foto de los hijos en las redes sociales pertenece a la patria potestad o del Ministerio Fiscal.
“En España, si ambos padres están de acuerdo, pueden colgar las fotos en las redes sociales. La ley dice que ellos deben evitar una sobreexposición de la imagen del menor en estos ámbitos y, si hay alguien, por ejemplo, que crea que se está haciendo mal con el menor, sí puede denunciar. Pero la ley no abarca mucho más”, explica María Guerrero.
Entonces, ¿qué puedo hacer si no quiero que mis padres publiquen nada de mi imagen en redes sociales o WhatsApp? Como aconseja la experta, “siempre será mejor hablar las cosas antes de recurrir a otras instancias. Si los hijos hablan con sus padres y les piden borrar ese contenido personal de las redes sociales, y que reflexionen ante ello, en principio, los padres deben tener sentido común y acceder a eliminar cualquier cosa que les pidan”. Guerrero insiste en que «es importante que los hijos entiendan que ellos pueden decidir y hablar con sus tutores, si no están de acuerdo con lo que cualquier persona publique acerca de ellos. Hay que negarse a que te hagan fotos si no quieres. No hay que acceder”.
Es fundamental que los padres reflexionen de los graves daños que pueden ocasionar a sus hijos al sobreexponerlos en las redes sociales. “Hay que recordar que, aunque se eliminen todas esas imágenes, siempre existirá una huella de ese contenido en Internet”, asegura Guerrero, por lo que se debe evitar subir contenido personal de los menores desde bien pequeños. “Con qué autoridad los padres van a pedirle un uso responsable de las redes sociales a sus hijos, si con esa irresponsabilidad han crecido ellos. Los padres siempre deben dar ejemplo”, concluye la psicóloga.