Enfrentarse a un largo viaje en avión con niños de corta edad puede resultar una pesadilla: no solo para el pequeño y su familia, sino también para el resto de los pasajeros. Por eso, los padres, ante todo, deben controlar a sus hijos durante el trayecto para que no molesten a los demás viajeros. Pero conviene tener en cuenta ciertas ideas para convertir el viaje en avión con los niños en una experiencia divertida y agradable para todos. A continuación, se recogen varias: elaborar un plan de viaje, preparar una mochila mágica, dibujar en las alturas, contar historias en el aire, hacer un maratón de películas o recurrir a la socorrida consola, pero en silencio para no incomodar al resto.
Viajar en avión con niños: control y responsabilidad de los padres
La primera premisa que deben tener en cuenta, tanto los padres como los hijos (si son un poco mayores), es que cuando se desplazan en avión no viajan solos. Es decir, tienen que compartir su espacio durante un tiempo más o menos prolongado con un buen número de personas que se merecen el máximo respeto.
Y es que viajar en avión con niños cerca, si no son los tuyos, puede resultar bastante molesto. Según una encuesta realizada por el portal de viajes Skyscanner entre 2.000 usuarios, al 59% de los pasajeros le gustaría que en los aviones se habilitara una sección exclusiva para las familias con hijos.
Los padres tienen la obligación de controlar a sus hijos durante el viaje en avión e impedir que sean una molestiaDentro de la obviedad de que los niños son niños y como tales suelen ser más movidos, gritones y puede ser normal que lloren de forma natural cuando son más pequeños, «los padres tienen la obligación de controlar a sus hijos en todo momento e impedir que sean una molestia», apunta el pedagogo Jesús Jarque. «No se puede exigir que los demás usuarios soporten el mal comportamiento de un niño en un vuelo«, añade este experto.
Niños en avión: ¿cómo entretenerlos?
Los vuelos de corta duración son fáciles de superar. Sin embargo, cuando el vuelo se prevé más largo (más de dos horas), las familias deberán hacer acopio de todos sus recursos para conseguir que los hijos estén tranquilos el máximo tiempo posible y puedan disfrutar de su viaje como una experiencia placentera y no una pesadilla. Estas son algunas propuestas:
1. Plan de viaje.
Antes de salir se puede trazar un plan de ruta con los niños para que sepan desde un primer momento cómo será el viaje y así puedan anticiparse a todo lo que ocurrirá.
Una buena idea es anotar (o hacer dibujos para los más pequeños) en un cuaderno, paso a paso, lo que sucederá y pedir al niño que tache cada acontecimiento a medida que ocurre: llegada al aeropuerto, facturación de maletas, paso por el control de seguridad, embarque, ponerse el cinturón, despegue, etc…
2. La mochila mágica.
Para que el pequeño se sienta un auténtico viajero, es imprescindible que lleve su propio equipaje, una pequeña mochila en la que transporte todos los tesoros que le entretendrán durante el vuelo. El día antes de la salida se le puede decir al niño que seleccione las cuatro o cinco cosas que considere imprescindibles llevar consigo y las meta en su mochila: lápices, cuentos, consola, pegatinas o su muñeco favorito.
Miriam Velasco, autora del blog Organízate tú mismo, comparte con los internautas un recurso que afirma «funciona muy bien». Consiste en llevar un par de cosas nuevas que dejar para las últimas horas de vuelo, como un puzzle, un juguete nuevo, «algo que les llame la atención y ayude a terminar el viaje con un niño entretenido y feliz», señala Velasco.
3. Dibujar en las alturas.
Colorear y dibujar es uno de los entretenimientos preferidos de los pequeños. Por eso, algunas compañías aéreas incluso proporcionan a estos pasajeros un equipo de dibujo para que se distraigan durante el vuelo.
Si no es así, es conveniente ir preparado desde casa y llevar para el viaje una libreta en blanco y una cartuchera con lápices de colores, o imprimir algunos de sus dibujos preferidos para que los pueda pintar durante el trayecto.
4. Historias en el aire para niños.
Una buena lectura infantil, si el pequeño sabe leer, es otro de los entretenimientos más efectivos para el vuelo. Por eso, adquirir antes de partir un libro o historieta gráfica de sus historias favoritas es garantía de éxito y distracción en el trayecto.
Para los más menudos, se pueden llevar algunos cuentos para leerles durante el viaje, e incluso se pueden descargar algunos audiocuentos para que los escuche relajado con un reproductor de música.
5. Maratón de películas.
Un aparato reproductor de DVD portátil o un ordenador puede ser el mejor aliado en un trayecto en avión con niños. Aunque en algunos vuelos de larga duración se proyectan películas para los pasajeros, no siempre son las preferidas de los pequeños, de modo que siempre es buena idea cargar para estos viajes largos con una buena colección de sus películas favoritas, o aún mejor: incluir alguna que todavía no hayan visto para sorprenderles y mantenerles pegados a su sillón sin pestañear. Es imprescindible no olvidar los auriculares -el resto de los pasajeros no querrán escuchar la película- y, por supuesto, cargar bien la batería del reproductor.
6. Consolas viajeras.
Si bien es conveniente limitar el uso abusivo de consolas y videojuegos por parte del niño, en ciertas circunstancias, como pueden ser los viajes largos en avión, estos dispositivos son un recurso más que idóneo para que los pequeños viajen relajados y, sobre todo, entretenidos. Dos consejos imprescindibles: verificar antes de partir que el aparato tiene la batería cargada y llevar auriculares, para que el sonido no moleste a los demás pasajeros.
Desde el pasado mes de diciembre, la Autoridad Europea de Seguridad Aérea autoriza a las compañías aéreas a permitir el uso de estos dispositivos en modo avión durante todas las fases del vuelo.