Kilos de más, estrías, manchas en la cara, estrés, ojeras… Las huellas del embarazo y los efectos de la constante dedicación que requiere un bebé hacen sus estragos en el físico de casi todas las madres después del parto. Aunque no sea prioritario, recuperar el atractivo y la forma física durante este periodo es importante para que la mujer se sienta bien consigo misma y afronte su lucha diaria con mayor ánimo y optimismo. Lograrlo es casi siempre una cuestión de tiempo, pero la mujer también debe esforzarse por minimizar las secuelas del parto, recuperar la luminosidad del rostro y cabello e intentar aplicar a su rutina algunas pautas que le ayuden a luchar contra el estrés y el cansancio.
Una cuestión de tiempo
Las huellas que deja el embarazo en el cuerpo de la mujer, sumadas al cansancio y a la falta de tiempo que sufre, por lo general, durante las primeras semanas posteriores al parto son las responsables de que las madres puedan sentirse poco atractivas. La mujer, tras dar a luz, suele percibirse con una imagen muy alejada de la que tenía antes de comenzar su gestación.
Hay que respetar el tiempo natural que requiere el cuerpo para volver a su sitio
Recuperar el buen estado físico y volver a sentirse nuevamente guapa es, ante todo, cuestión de tiempo y paciencia. Sobre todo, la mujer debe entender que hay que respetar el tiempo natural que requiere el cuerpo para «volver a su sitio», después de nueve meses en los que se han producido importantes cambios en su organismo y en su sistema endocrino.
Asimismo, debe ser consciente de que, en muchos casos, es imposible borrar todas las huellas del embarazo. Por ello, conviene que la madre asuma los cambios con naturalidad y optimismo.
Minimizar las secuelas del embarazo
Reducir el vientre es una de las mayores obsesiones de las mujeres después del parto. De forma natural el volumen de la tripa bajará, de manera lenta pero constante, durante el puerperio, hasta que el útero recobre su tamaño normal. El estado final dependerá, sin embargo, también de la grasa acumulada durante el embarazo.
Una vez pasada la cuarentena, seis semanas tras el parto en las que es habitual que la sexualidad de la pareja prescinda del coito, la mujer puede empezar a realizar sencillos ejercicios abdominales. Esta actividad ayudará a la madre a recuperar la forma.
Optar por una alimentación adecuada, que ayude a minimizar la hinchazón del vientre, es otra medida importante que se debe tener en cuenta. Hábitos como masticar la comida de forma pausada o ingerir suficiente líquido también colaboran en la reducción de la tripa de la madre tras el parto.
Recuperar la luminosidad del rostro y el cabello
Los cambios hormonales y el incremento del flujo sanguíneo durante la gestación explican, en algunos casos, que la embarazada muestre una piel reluciente y un rostro radiante. Estos signos desaparecen, sin embargo, tras el parto y dan lugar a una piel más apagada, estropeada y seca, debido al descenso de hormonas.
La pareja es fundamental para que la mujer se sienta de nuevo atractiva
Para reducir este efecto, se puede optar por aplicar algunas de las cremas y cosméticos específicos que aportan luminosidad al rostro y por una alimentación rica en vitamina A y C que ayuda a mantener la piel en buen estado.
Las modificaciones hormonales y el estrés son culpables, asimismo, de la caída considerable del cabello que sufren muchas mujeres después del parto. La pérdida de pelo se une, en ocasiones, a una merma de brillo y vitalidad. Aunque la caída es inevitable (se frenará transcurrido unos meses), se puede recurrir a tratamientos con ampollas revitalizantes que devuelvan la luminosidad y al uso de cremas y mascarillas reparadoras para devolverle algo de volumen.
Luchar contra el estrés y el cansancio
El cansancio por la falta de sueño, las tensiones por enfrentarse a situaciones desconocidas y el estrés, en general, que padecen las madres durante los meses posteriores al parto deja también su rastro en el físico femenino. Las ojeras y la palidez del cutis son el mayor enemigo para un rostro que quiere recuperar el atractivo.
Aunque muchas situaciones que vive la mujer durante el posparto son inevitables, sí se pueden poner en marcha algunas pautas que le ayudarán a reducir el cansancio y liberar tensiones psíquicas que repercuten en su belleza.
Intentar reservar unos minutos al día para dedicarlos a “ponerse guapa”, aunque sea tan solo ponerse un poco de colorete y peinarse con tranquilidad.
La colaboración de la pareja es fundamental para que la mujer se sienta de nuevo atractiva. Es importante que reafirme con asiduidad su autoestima con palabras de apoyo y ánimo.
Hablar con otras madres recientes puede ser beneficioso para compartir no solo los sentimientos y frustraciones, sino también consejos y trucos para sentirse bien.
Para mitigar el cansancio se puede recuperar el sueño perdido en la noche durante el día, en los periodos en los que el bebé duerme.
No hay que decir adiós a la vida social. Una cita con la pareja o una salida con amigos es la excusa perfecta para arreglarse y ponerse atractiva durante unas horas.
No es necesario sacar la ropa que se usaba antes del embarazo hasta que transcurra un tiempo razonable. Comprobar que no se entra en los pantalones puede ser una experiencia psíquica devastadora.
Es aconsejable optar por ropa holgada y cómoda que disimule las nuevas formas durante el puerperio. Las prendas ajustadas señalarán aún más los cambios físicos del posparto.