La fecha probable de parto es tan solo eso, probable. No es posible saber a ciencia cierta cuál será ni el día ni el momento justo en el que nacerá el bebé, aunque sí es posible intuirlo. Antes de ponerse de parto, la embarazada experimenta, por lo general, algunas señales que anuncian que el alumbramiento está cerca. Para aprender a identificar una falsa alarma y no acudir al hospital antes de tiempo, es preciso que la mujer sepa cuáles son sus signos y los diferencie de los verdaderos síntomas del parto.
El momento del parto es uno de los más temidos y, a la vez, más deseados por las mujeres durante su embarazo. Cuando llega la hora de dar a luz, la mujer se tiene que preparar para pasar por tres fases definidas con claridad.
El momento del parto es uno de los más temidos por las mujeres durante su embarazo
La inicial es el periodo de dilatación, que abarca desde que comienzan las primeras contracciones hasta la dilatación total del cuello uterino. A esta fase le sigue el periodo de expulsión del bebé y, finalmente, el parto concluye con el periodo de alumbramiento, que transcurre desde el nacimiento del niño hasta la total expulsión de la placenta.
Pródromos: señales que anuncian que el parto está cerca
Pero antes de que comience todo este proceso, la mujer suele experimentar distintos signos que anuncian que el momento de dar a luz está cerca. Estas señales anunciadoras, también llamadas pródromos del parto, no aparecen en el mismo momento en todas las mujeres: igual pueden darse unas horas antes de dar a luz, que unos días previos al alumbramiento.
La mujer debe aprender a diferenciar las falsas alarmas
Es aconsejable que la gestante aprenda a identificar estos pródromos y trate de no confundirlos con el inicio del periodo de dilatación para no crear, así, una falsa alarma. Estos son los signos anunciadores del parto más frecuentes:
Contracciones de Braxton-Hicks: son contracciones uterinas similares a las que se producen durante el periodo de dilatación, pero menos intensas. Pueden ser, sin embargo, molestas e incluso dolorosas en algunos casos.
Se distinguen de las del parto porque no aumentan en intensidad, duración ni frecuencia en cada intervalo, sino que se mantienen estables. Otra diferencia significativa es que estas contracciones en general desaparecen o se alivian cuando se cambia de posición o se descansa durante un rato.
- Pérdida de peso: uno de los signos anunciadores del parto es una brusca pérdida de peso, de entre medio kilo y un kilo, en un corto intervalo de tiempo.
- Reblandecimiento del cuello del útero.
- Descenso del abdomen al bajar el feto, compresiones pélvicas que provocan calambres en las piernas y dificultad al caminar.
- Expulsión del tapón mucoso.
Cambios en el estado de ánimo: es frecuente presentar inestabilidad psíquica, nerviosismo e insomnio, con sensaciones de sofoco y calor en la cara.
Síntomas evidentes de parto
Las señales certeras de que el parto, es inminente y de que, por lo tanto, sí que hay que acudir al hospital, son las siguientes:
- Contracciones: las verdaderas contracciones del parto son rítmicas y fácilmente perceptibles, ya que van acompañadas de un dolor intenso. Comienzan, por lo general, con intervalos de media hora, después de 15 minutos, diez minutos y, finalmente, cada cinco minutos, que es la frecuencia normal en el periodo de dilatación.
- Rotura prematura de la bolsa: aunque la bolsa de agua normalmente debe romperse cuando finaliza el periodo de dilatación, es habitual que se parta antes. Es una señal clara de que el parto tardará poco en producirse.
- Dilatación del cuello uterino: el parto comienza cuando el cuello alcanza los tres o cuatro centímetros de dilatación.