¿Estoy preparada para ser madre? La decisión no puede ser tomada a la ligera: un niño modifica de forma radical la vida de una mujer y su pareja. Este artículo ofrece diez preguntas, en forma de test, que conviene responder con sinceridad antes de atreverse a dar el paso.
1. ¿Estoy preparada para el cambio de vida que supone tener un hijo?
El nacimiento de un hijo -sobre todo, el primero- cambia para siempre la vida de una persona. Habrá cosas que posponer: ciertas salidas, algunas actividades profesionales, aficiones, etc. Hay que valorar si lo que se pierde es menor a lo que se gana con la llegada de un bebé.
Es conveniente tenerlo claro desde el principio, sobre todo, las personas muy volcadas con sus carreras profesionales o que dedican mucho tiempo a sus proyectos personales.
2. ¿Puedo afrontar nueve meses de embarazo?
El embarazo es una etapa muy intensa para la mujer. Y, cuando existe una pareja, también lo es para la segunda parte implicada. Habrá momentos bonitos pero, también, otros no tan agradables.
El embarazo implica náuseas y malestares que hay que conocer
Estos meses están caracterizados por síntomas como náuseas y vómitos, mareos, cansancio sueño, hinchazón de abdomen y pechos, dolores lumbares, etc.
Para evitar pasarlo mal después, conviene concienciarse lo antes posible de lo que esta etapa supone.
3. ¿Tengo asumido que tras el embarazo viene el parto?
Parece una obviedad, pero no está de más recordarlo. Los puntos negativos que se padecen a lo largo de nueve meses no lo son todo: concluyen con un parto.
No se trata de tener miedo al parto: el 6 % de las embarazadas padecen tocofobia, un temor irracional y obsesivo al momento del nacimiento, y el 13 % de las que no han tenido hijos prefiere posponer e, incluso, evitar el embarazo por este motivo.
Sin embargo, sí hay que pensar sobre lo que el parto, sea natural o por cesárea, implica.
4. ¿Llevo una vida saludable?
El embarazo puede conllevar problemas para las mujeres con sobrepeso. Además, durante la gestación, hay que evitar el tabaco y las bebidas alcohólicas o que contienen cafeína.Conviene olvidarse de los baños calientes y las saunas y del ejercicio físico de alto impacto, es decir, deportes que impliquen sacudidas bruscas, saltos o carga de objetos pesados.
También hay limitaciones en la alimentación de la embarazada: carnes crudas, embutidos, pescado azul, etc.
Para algunas mujeres estas restricciones no representan un problema, pero sí para otras, que deberán plantearse si están dispuestas a aceptarlas.
5. ¿Quiero ser madre o me afecta la presión social?
Muchas mujeres, sobre todo a partir de los 30 años, son víctimas de la presión social de su entorno, que las puede tratar de empujar a ser madres.
Según Diane L. Dell y Suzan Erem, autoras del libro ‘¿Realmente quiero tener hijos?’, si una mujer tiene la sensación de estar bajo presión, debe pensárselo dos veces. Hay que estar segura de que no se toma la decisión «por la presión de la familia o de los amigos», señalan Dell y Erem.
6. ¿Soy consciente de que un hijo modificará mi relación con mi pareja?
La llegada de un hijo modifica para siempre la vida de la pareja
La llegada de un hijo modifica para siempre la vida no solo de la mujer, sino también de la pareja. Muchas atraviesan crisis y algunas incluso derivan en la ruptura.
La psicóloga perinatal Anainés Cazador advierte de que «los primeros meses del bebé son complicados» para la relación de la pareja. En esos momentos, la comunicación y el apoyo mutuo son fundamentales.
7. ¿Cuento con apoyo para criar al bebé?
Un proverbio africano muy conocido afirma que «para criar a un niño hace falta la tribu entera». Si bien hay parejas que lo hacen sin ayuda (o con muy poca), tener cerca a la familia o a personas de mucha confianza es una ayuda valiosa.
8. ¿Dispongo de estabilidad económica para asumir la llegada de un hijo?
No se trata de que el dinero sobre. Tampoco es necesario comprar todos los artículos para bebés y niños disponibles en el mercado. Pero sí hay que procurar, al menos, una mínima estabilidad.
De otro modo, no solo será difícil asumir los gastos económicos que genera la llegada de un hijo, sino que, además, el embarazo se verá teñido de angustias y preocupaciones relacionadas con este tema.
9. ¿Tengo claro cómo afecta mi edad en la búsqueda embarazo?
La franja de edad de mayor fertilidad en las mujeres va desde los 18 hasta los 25 años. Tras los 30, la fertilidad cae.
Sin embargo, la edad media para tener un hijo es de 32 años en España, según datos de 2011 del Instituto Nacional de Estadística.
10. ¿Estoy preparada para no desesperarme?
Lograr un embarazo a la primera no es sencillo. El ginecólogo Isidoro Bruna explica que el 85% de las parejas lo consigue en el plazo de un año.
Hay que entender, además, que se puede formar parte de esa minoría a la que, por diversos motivos, le cuesta más lograr la fecundación. Conviene, por lo tanto, no perder la calma.