No solo los adultos, en especial las mujeres, sufren trastornos de la tiroides. También a los niños, desde bien pequeños, les puede pasar que esta glándula que tenemos en el cuello y que es responsable de que el metabolismo de muchos órganos vaya a buen ritmo no les funcione de manera correcta, con grandes efectos para su salud: desde no crecer lo suficiente o retraso mental hasta tener diarrea o insomnio con frecuencia. En las siguientes líneas explicamos los síntomas de los trastornos de tiroides más habituales en los menores, sus causas, tratamientos y consecuencias de no tratarlo.
Cuáles son los síntomas de problemas de tiroides en niños
En los adultos las pistas de que puedes sufrir de tiroides son muy variadas: tendencia a engordar, cansancio, alteraciones menstruales, estreñimiento, temblores, problemas para dormir… ¿Y en los niños? Dependerá de la patología que padezcan:
Síntomas de hipertiroidismo
Cuando la glándula tiroides funciona en exceso, algo que es raro en edad pediátrica y adolescencia (1-3 casos sobre 100.000 personas), esta superproducción de las hormonas tiroideas (T3 y T4) se manifiesta lentamente. Pueden pasar semanas, y hasta meses para que el pequeño empiece a sufrir sus síntomas, tal y como detallan desde la Asociación Española de Pediatría (AEP):
- Dificultad para conciliar y mantener el sueño.
- Más irritabilidad.
- Menor rendimiento escolar.
- Sudoración excesiva.
- Sensación de palpitaciones.
- Diarrea y pérdida de peso.
- En ocasiones, los ojos sobresalen de la cavidad orbitaria, como saltones (exoftalmos).
- En niñas adolescentes, oligomenorrea (el ciclo menstrual dura más de lo habitual) o amenorrea (sin regla).
Síntomas de hipotiroidismo
Si la tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas, estamos ante otro trastorno que aparece al nacer (hipotiroidismo congénito) o que surge en otro momento de la vida del niño (hipotiroidismo adquirido).
En el hipotiroidismo congénito, el bebé puede que tenga una lengua de mayor tamaño de lo normal. Pero, sobre todo, se advierte cuando se encuentra:
- muy inactivo, apático y con tendencia al sueño.
- estreñido.
- con dificultades para alimentarse.
Por su parte, en los casos de hipotiroidismo adquirido se aprecia también estreñimiento y somnolencia. Además, según la AEP, ocurre lo siguiente:
- disminución de la velocidad de crecimiento.
- sobrepeso.
- piel seca.
- disminución de la tolerancia al frío.
- cansancio.
- bajo rendimiento escolar.
Síntomas de tiroiditis
Poco frecuente en niños, la inflamación de la tiroides puede dar síntomas distintos, según la tipología, pero también similares a los de los otros dos trastornos descritos, tal y como explican desde la asociación de pediatras:
- Tiroiditis aguda bacteriana: dolor de cuello, fiebre, dificultad para tragar, ronquera y signos de hipertiroidismo.
- Tiroiditis subaguda o de Quervain (vírica): cansancio, malestar general, febrícula, hinchazón del cuello, faringitis, dolor cervical irradiado al oído y síntomas de hipertiroidismo.
- Tiroiditis linfocitaria crónica o de Hashimoto: al producirse autoanticuerpos contra el tiroides, el niño padecerá hipotiroidismo.
Causas del hipertiroidismo e hipotiroidismo infantil
Detrás del hipertiroidismo en niños lo más frecuente (95 %) es que esté la enfermedad de Graves. Y hasta en un 60 % de los casos hay antecedentes familiares. Esta enfermedad tiroidea autoinmune fabrica anticuerpos contra el receptor de la hormona TSH (producida por la hipófisis).
Imagen: Tim Bish
¿Por qué ocurre el hipotiroidismo congénito? Como explican los pediatras, una ecografía y una gammagrafía permiten ver si la glándula no funciona correctamente, no se ha formado de manera adecuada durante el embarazo o no está en su localización habitual. Pero ¿por qué pasa? En los casos permanentes (90 %) se desconoce el origen, mientras que en los transitorios la falta de yodo es lo más frecuente.
Este déficit de yodo, sin embargo, sí que puede originar hipotiroidismo adquirido. Aderezar las comidas con sal yodada ayuda a prevenir este trastorno. La tiroiditis de Hashimoto también lo causa, así como la radioterapia en la cabeza y el cuello para ciertos cánceres.
¿Tiene cura? Tratamiento
No existe un tratamiento que corrija la alteración autoinmune de la enfermedad de Graves, por lo que no tiene cura. Así que, en el hipertiroidismo en niños, el objetivo en principio es disminuir el exceso de producción de hormona tiroidea por medio de fármacos. Pero si hay efectos secundarios, se recae o no remite la enfermedad, se opta por tratamiento con yodo radioactivo o cirugía.
En la prueba del talón o cribado neonatal se detecta el hipotiroidismo congénito, entre otras muchas enfermedades, por lo que pronto (antes de los 15 días de edad) se empieza a tratar al bebé por vía oral con LT4 (levotiroxina) cada día. El tratamiento debe mantenerse de por vida, pero si la glándula está correctamente ubicada, desde la AEP se afirma a los 3 años se comprobará si la tiroides funciona bien por sí sola.
Consecuencias del hipertiroidismo e hipotiroidismo en niños
El hipotiroidismo adquirido es la causa más frecuente del incremento de tamaño de la glándula tiroides, más conocido como bocio. Como la tiroides no es capaz de fabricar una cantidad suficiente de hormonas tiroideas, intenta compensar esta falta aumentando de tamaño, algo que se nota en la parte central y anterior del cuello. Esto puede producir ronquera y hasta dificultad para tragar e incluso para respirar. Un bocio de tamaño moderado también es frecuente en los casos de hipertiroidismo. ¿Cómo se trata? Se requiere tomar una vez al día la hormona tiroidea o T4 en forma de pastilla.
Sin tratamiento, el hipotiroidismo congénito podría desencadenar en el recién nacido un déficit intelectual grave, además de retraso de crecimiento (disminución del tono muscular y de la actividad). Pero gracias a la detección precoz de los programas de cribado neonatal, se está evitando el daño cerebral (retraso mental) que antes estos niños presentaban con el diagnóstico clínico tardío, como se expone en este estudio sobre el hipotiroidismo congénito. Aun así, puede causar problemas de desarrollo sutiles e hipoacusia neurosensorial.
En el caso del hipertiroidismo infantil, además del bocio y retrasos en el crecimiento, en los lactantes podrían darse hipertensión, taquicardia, abovedamiento frontal y microcefalia. En niños y adolescentes, por su parte, produce alteraciones emocionales: dificultades del sueño, hiperactividad, labilidad emocional, disminución de la concentración y el rendimiento escolar. También sufren temblores, palpitaciones, taquicardia e hipertensión. Los niños pueden tener ojos rojos o prominentes y en los más mayores, en vez de tener pubertad precoz, se retrasa.