La maniobra de Kristeller, con la que se presiona el fondo del útero durante el parto para favorecer la salida del bebé, está desaconsejada por la OMS, el Ministerio de Sanidad y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Sin embargo, se realiza en más de una cuarta parte de los partos practicados en hospitales públicos españoles. Este artículo explica los riesgos de la maniobra de Kristeller y recoge la última iniciativa de sensibilización para acabar con esta costumbre.
Un parto respetuoso, sin la maniobra de Kristeller
La maniobra de Kristeller consiste en realizar presión sobre el fondo uterino durante el parto, con una o las dos manos o con el antebrazo, con el fin de acortar la duración del mismo e impulsar la salida del bebé.
La presión en el útero o maniobra de Kristeller se realiza en España en uno de cada cuatro partos vaginales
Este tipo de acción, aunque muy frecuente, está desaconsejada por diversos organismos, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) o el Ministerio de Sanidad.
En concreto, una encuesta realizada en 2010 por el Observatorio de Salud de las Mujeres (dependiente del Ministerio de Sanidad) reveló que en el 26,1 % de los partos vaginales atendidos en hospitales públicos españoles se había realizado la maniobra de Kristeller.
Riesgos de la maniobra de Kristeller durante el parto
La OMS, en el documento ‘Cuidados en el parto normal: una guía práctica‘, incluye la «presión del fondo uterino durante el parto» (la maniobra de Kristeller) en su categoría C, que reúne las «prácticas que debieran usarse con cautela hasta que nuevos estudios clarifiquen el tema».
Una guía del Ministerio de Sanidad recomienda no realizar la maniobra de Kristeller
La ‘Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal‘ (encargada por el Ministerio de Sanidad y elaborada por la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco) va más allá. Afirma que este procedimiento no incrementa la tasa de partos vaginales espontáneos, ni reduce la tasa de parto instrumental o cesárea.
Es decir, los beneficios comprobados son muy pocos. Los riesgos que entraña, en cambio, numerosos, explica la asociación El Parto es Nuestro. Para la madre, las posibles consecuencias son daños en el útero y el periné, hemorragias y rotura uterina. Además, se señalan el peligro de desprendimiento de placenta así como desgarros del canal vaginal. El bebé, por su parte, también puede sufrir lesiones y hematomas.
Por todos estos motivos, el Ministerio de Sanidad, a través de la ‘Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal’, recomienda «no realizar la maniobra de Kristeller».
Iniciativas para un parto más respetuoso
La asociación El Parto es Nuestro ha lanzado una campaña de sensibilización contraria a la maniobra Kristeller, para «exponer las consecuencias que pueden sufrir las madres y los bebés».
«STOP Kristeller: cuestión de gravedad» recopilará hasta 2013 distintos testimonios de mujeres a quienes se ha aplicado la maniobra de Kristeller durante el parto. La iniciativa también busca sensibilizar a los profesionales sanitarios, con el fin de erradicar esta práctica de los hospitales y maternidades.