Los avisadores sonoros se pueden instalar en cualquier puerta o acceso con una función práctica. Para este fin son recomendables los modernos sistemas electrónicos con sensores de movimiento. Pero si se quieren avisadores que se integren en la decoración, convienen los móviles colgantes que acompañan con un sonido agradable a quienes pasan por allí. Este artículo clasifica los avisadores sonoros en dos grupos y destaca los usos de los móviles artesanales. Además describe la historia del “atrapasueños”, un adorno emparentado con estos colgantes.
Dos tipos de avisadores sonoros
Existen dos sistemas de avisadores sonoros para puertas y accesos que a nivel estético y funcional son muy diferentes.
Por un lado, están los modernos dispositivos electrónicos que funcionan por medio de un sensor infrarrojo de movimientos, al igual que las puertas automáticas o las luces de las escaleras de muchos edificios. Estos aparatos se colocan en un sitio específico para que detecte el paso de cualquier persona que franquee una puerta y emita una señal sonora. Fríos e impersonales, buscan -y, en general, logran- pasar inadvertidos en algún rincón de la pared.
Los avisadores artesanales se construyen con piezas metálicas, conchas marinas, cañas u otros materiales
El otro grupo está conformado por los colgantes artesanales que se colocan en las puertas y que, al moverse cuando la puerta se abre, genera un sonido al entrechocar sus distintas partes. En estos casos, al aviso se añade el sonido agradable que recibe y da la bienvenida a la persona que entra. Además, suelen tener un aspecto muy bonito y se integran en la decoración de la estancia donde se encuentren. Por todos estos motivos, son los más comunes en los hogares, mientras que los primeros están, por lo general, en los locales comerciales.
Cruzar una puerta con sonidos agradables
Estos colgantes -que algunos llaman «atrapasueños sonoros»– tienen los más variados diseños, porque son de producción artesanal. Se componen de una estructura circular en la parte superior, que pende de un soporte en forma de L, el cual le permite estar unida a la puerta pero sin tocarla. Esto le da movilidad. De esa estructura circular cuelgan, a su vez, varias cuerdas o pequeñas cadenas, a las cuales están adheridos los objetos que, al chocar entre sí, generan el sonido.
Estos objetos pueden ser de metal, pero también piedras naturales, conchas marinas, cañas de bambú o de cualquier otro tipo que produzca un sonido agradable cuando se topan. Existe una gran variedad en cuanto a diseños, colores y tamaños.
Estos sistemas son muy agradables tanto para la vista como para el oído, ya que genera un sonido agradable que acompaña a la persona que atraviesa la puerta. Queda muy bien en accesos que dan al exterior, como un patio o incluso a la propia calle, pero también en accesos internos de la casa. Donde su uso es menos recomendable es en las puertas de los dormitorios, sobre todo si es compartido por dos o más personas, ya que cada vez que alguien entre o salga de la habitación podrá molestar con el sonido a quien esté durmiendo.
Los atrapasueños son unos adornos muy difundidos en muchos países del mundo. Consisten en un aro con una pequeña red en su interior y con varios colgantes que penden de él. Su fabricación es artesanal y se podrían calificar de “primos hermanos” de los avisadores sonoros que se cuelgan de las puertas.
Estos objetos son originarios de los ojibwa, uno de los pueblos nativos más grandes de América del Norte. Según la tradición, el aro estaba construido con madera de sauce y los adornos de las cuerdas colgantes eran plumas. La creencia era que la red filtraba los sueños: dejaba pasar solo los agradables, mientras que las pesadillas quedaban atrapadas y se evaporaban con la llegada de la luz del día. Había otros sueños que caían por las plumas y que son los que se olvidan al despertar.
En la actualidad, los atrapasueños están construidos con materiales diversos y se consiguen en casi todas las ferias y rastrillos. No se cuelgan solo en la pared de las cabeceras de las camas, para “proteger el sueño” de quienes duerman allí, sino en cualquier sitio de la casa para que cumpla una función decorativa.