Los rieles son un complemento imprescindible para colgar las cortinas, tanto en las ventanas como para separar ambientes en el interior de la casa o incluso en la ducha. Hay modelos en distintos materiales y diseños, que se adaptan a cada necesidad y al estilo de la decoración de la estancia donde se coloquen. Destacan las barras elegantes en madera o hierro forjado, las prácticas y ligeras de plástico o las de aluminio.
Los rieles para cortinas, detalle clave en la decoración
Los rieles o barras donde se colocan las cortinas son tan esenciales como estas en la decoración de una estancia. Cortinas, rieles y barras forman un conjunto y cada elemento no puede apreciarse por separado. Pese a que las cortinas se llevan la mayor parte de la atención, una mala combinación con las barras hace perder brillo y valor estético.
Las cortinas se colocan en las barras mediante anillas o con pliegues cosidos en la propia tela
Los rieles pueden estar elaborados con diferentes materiales: de madera, metálicos o de plástico. También responden a distintos estilos y tamaños. En general, las barras de madera son las más clásicas: generan a la vez una sensación de rusticidad y confortabilidad. A menudo, son de corte circular, de diámetro más bien grueso (unos 3 o 4 centímetros). La tonalidad de su superficie se puede elegir más o menos oscura, en función del color de la cortina y del resto de la decoración de la estancia.
Cuando se usan barras de madera, las cortinas a menudo se sostienen con anillas o con pliegues cosidos en la propia tela, los cuales dejan espacio suficiente para apreciar el diseño del riel.
Rieles de metal para cortinas
Si la elección es una barra o un riel de metal, las posibilidades se multiplican, ya que el material con el que se confeccione puede ser ligero, como el aluminio, o pesado, como el hierro. Estos últimos responderán a diseños más tradicionales -en muchas ocasiones con relieves, surcos o ranuras y, en sus extremos, remates forjados o con diseños especiales-, mientras que los primeros, que dan menos lugar a florituras, se relacionan con estilos modernos y minimalistas.
Destacan también los portavisillos: barras más pequeñas, destinadas a sostener los visillos que, en general, son muy ligeros.
Cuando la barra no esté trabajada de una manera especial, la posibilidad de verla es menos importante que en el caso de las barras de madera, por lo cual, las cortinas pueden estar cerradas en su parte superior. Es posible realizar un doblez, a través de cuyo interior se deslice la barra.
Por otra parte, los rieles también pueden sostener cortinas que se correspondan con el estilo de paneles japoneses. En tales casos, el sistema es más complejo, ya que por el riel se desliza otra pieza metálica que sostiene una parte de la tela. En esta parte está cosido un velcro, que a su vez sostiene el panel. Esto permite retirar el panel cuando se desee, sin necesidad de quitar la barra.
Rieles de plástico para cortinas
Algunas barras de plástico se sujetan a presión entre dos paredes, un método muy empleado para las cortinas de ducha
Los rieles de plástico son los de menor calidad y, como es lógico, menos encanto. Pero muchas de ellas cuentan con una importante ventaja: su sistema a presión permite instalarlos de la manera más simple, a presión, en cualquier espacio entre dos paredes u otros elementos que puedan servir como soporte. Este método se utiliza a menudo para la cortina de la ducha en el cuarto de baño, pero también sirve para cualquier otro ambiente de la casa.
Otra desventaja, además de su aspecto menos atractivo que las barras de madera o metal, es que no puede sostener mucho peso. Por este motivo, se emplean en el baño o bien para colgar cortinas ligeras, como recurso para separar ambientes en una misma estancia de la casa.
Con excepción de los rieles de plástico que se colocan a presión, los demás exigen agujerear la pared, el marco de la ventaja o el techo. Antes de hacerlo, hay que tener especial cuidado al tomar las medidas, para saber el tamaño que deberá tener el riel y el lugar exacto donde habrá que realizar los orificios.
Para ello, se debe tener en cuenta que, en general, la longitud de la barra debe ser mayor que el ancho de la ventana, en una medida suficiente para permitir que la ventana quede descubierta en su totalidad cuando se desee, con la cortina descorrida. El tamaño de los tornillos que utilizarán dependerá del peso del conjunto del riel más la cortina. En caso de que tal peso sea considerable (si la barra es de hierro, las cortinas de telas gruesas, etc.), es probable que convenga añadir un soporte en el centro, además de los colocados en los extremos.