El mantenimiento del césped requiere de un cuidado constante, que abarca el riego, el abono y el corte. En este último aspecto, el cortacésped se perfila como una herramienta indispensable para mantener una pradera en óptimas condiciones.
Del cortacésped manual al autopropulsado
La elección del cortacésped depende de las características del jardín. Hay que tener en cuenta factores como el tamaño y la naturaleza de la superficie, el tipo de césped, la comodidad de manejo, la posibilidad de instalar una toma de corriente y el presupuesto de que se disponga.
Cortadora de césped manual. Su uso se limita a jardines pequeños, ya que requiere de un mayor esfuerzo físico de quien la maneja.
Cortacésped eléctrico. Está indicado para superficies con un máximo de 600 u 800 metros cuadrados. Es sencillo y manejable, pero su mayor inconveniente es la necesidad del cable para alimentar el motor eléctrico, lo que dificulta su movilidad. Su altura y anchura de corte suelen ser menores que la de los cortacésped de gasolina. No son autopropulsados, por lo que es necesario empujarlos para poder realizar el corte.
Cortacésped de gasolina. Son más potentes y robustos que los eléctricos, ya que los motores suelen tener casi el doble de potencia que estos últimos. El motor es el que mueve las cuchillas y las ruedas. Una variante de este modelo es el cortacésped de colchón de aire que no lleva ruedas, funciona con electricidad y es adecuado para jardines pequeños. Son caros, pero el mantenimiento de sus motores suele ser reducido.
Cortacésped autopropulsado (tractor). Se aconsejan para superficies mayores de 3.000 metros cuadrados. La comodidad que ofrecen es cara, tanto por el precio de compra como por su mantenimiento.
La clave está en las cuchillas
Los cortacésped usan básicamente dos tipos de cuchillas: helicoidales y rotativas. Las primeras constan de un rodillo con cuchillas helicoidales y dos ruedas, y se usan para céspedes de corte bajo. Pueden cortar incluso a milímetros. El corte es más limpio que el de las rotativas. Las rotativas son las más comunes. Tiene una carcasa con cuatro ruedas y un motor a combustión o eléctrico, y poseen una o más cuchillas que rotan y se ubican en forma horizontal con respecto al pie. El inconveniente de estas cuchillas es que no pueden cortar el césped por debajo de 2cm.
Para un corte correcto la cortadora debe estar bien afilada y limpia. Antes de empezar el trabajo se deben revisar también el cable y los enchufes. Una vez terminada la labor, y tras haber limpiado la máquina, se debe guardar a la sombra en un lugar fresco.
Hay que evitar cortar el césped cuando está mojado, porque el corte puede quedar irregular. Cortar la hierba húmeda puede provocar también la aparición de hongos. Lo más recomendable es que el césped y la tierra estén secos.
Si el césped está afectado por hongos, tras el corte hay que limpiar la carcasa y las cuchillas de la cortadora con fungicida en disolución.
Cuando se utiliza el cortacésped hay que evitar los giros bruscos. Para realizar el giro hay que aprovechar los senderos. Otra opción es cortar una “franja de cabecera”, y girar el aparato al alcanzarla al final de cada franja de corte.
En cada ocasión, el corte debe realizarse en distintas direcciones, para evitar la inclinación de las briznas de hierba del césped.
Hay que tener en cuenta que el cortacésped puede lanzar objetos a alta velocidad, por lo que la salida de la cortadora debe quedar opuesta a paredes, ventanas y zonas frágiles.
Si se está atravesando un período de sequía o calor intenso, se puede aprovechar la hierba cortada para preservar la humedad del suelo.
Por seguridad, siempre que se vaya a utilizar un cortacésped se debe vestir con pantalón largo y calzado de goma para evitar cualquier incidente tipo corte o electrocución.