Las colas termofusibles se elaboran en forma de barritas o cartuchos, que se calientan al insertarlos en una pistola de encolar térmica. En el mercado se pueden encontrar colas de distintos colores, en función de su utilidad y características. La principal ventaja de este tipo de adhesivo es que la fijación es casi instantánea.
Funcionamiento de las colas termofusibles
Las colas termofusibles son capaces de unir diferentes materiales. Su utilidad y características definen su forma y colores, que son muy variados.
En barritas, se insertan en una pistola térmica dotada de una resistencia interna que, al calentarse, derrite el adhesivo. Éste alcanza unos 200º C de temperatura.
El adhesivo caliente se aplica en una de las superficies que se quieren unir, se ejerce cierta presión sobre las dos partes y se espera hasta que la cola se enfríe. Entonces, ocurre la adherencia total.
Para aumentar la resistencia de la cola sobre materiales de madera, solo hay que calentar la superficie con una pistola de decapar, un soplete o un secador.
Las colas termofusibles permiten pegar maderas blandas y duras, papel, cartón, diversos tipos de plásticos, metales de escaso grosor, como el aluminio o el cobre, la porcelana, materiales cerámicos, ladrillo, vidrio, espumas plásticas, cueros y tejidos.
Pueden emplearse como relleno y encapsulado, para anclar superficies
También pueden emplearse como relleno y encapsulado, para anclar superficies, como taponado, refuerzo, protección y aislamiento de materiales. Se utilizan también para envolver componentes, reducir vibraciones y evitar deslizamientos.
No obstante, no conviene utilizar este tipo de adhesivo en uniones de caja y espiga, ya que su resistencia es inferior a la de la cola vinílica.