Retirar la planta de la maceta en la que se encuentra es una tarea simple pero que exige atención y cuidado, ya que es importante que el cepellón (el conjunto de tierra que rodea a las raíces) se mantenga sano y entero. Para ello, se pueden dar unos pequeños golpes al recipiente o ayudarse con un cuchillo. Este artículo detalla cómo retirar una planta de una maceta y da pautas para trasplantarla a un tiesto de mayor tamaño o para solucionar un eventual riego excesivo.
Cómo retirar la planta de la maceta
Las plantas no pueden estar en cualquier maceta. Un tiesto demasiado grande hace que el ejemplar luzca mucho menos, ya que aparece como «perdido» en una superficie tan amplia. En ese caso, la recomendación es colocar varios por maceta. En cambio, un recipiente muy pequeño perjudica su salud, ya que limita el desarrollo de sus raíces y, por tanto, el sano crecimiento de todo el conjunto. En este último caso se hace necesario quitar la planta del tiesto para trasplantarla a una mayor o a la tierra del jardín.
Al retirar el ejemplar de la maceta es fundamental mantener el cepellón (el conjunto de tierra que rodea a las raíces) en las mejores condiciones posibles. Para lograrlo, conviene levantar el tiesto, sujetar el tallo de la planta con los dedos, de manera suave pero firme, y después volcar el recipiente. En el mejor de los casos, el cepellón saldrá de la maceta sin mayores inconvenientes.
Si no se desea conservar la maceta, se puede romper y así asegurarse de que el cepellón saldrá intacto
Si el cepellón no sale de manera sencilla, podrá deberse en general a dos causas: que esté demasiado húmedo o demasiado seco. La primera medida para aplicar es golpear varias partes del recipiente de forma ligera contra alguna superficie resistente, preferiblemente de madera. Después de algunos de estos golpecitos, es posible que el cepellón se afloje y salga con facilidad.
Si aun así el sustrato no cede, lo conveniente es utilizar un cuchillo: se introduce entre el recipiente y las paredes interiores de la maceta, para despegar ambas partes. De este modo, el cepellón saldrá.
También existe la posibilidad, sobre todo si la maceta es de plástico o muy antigua y no se desea conservarla, de cortarla o romperla. De esta manera, si se actúa con cuidado, se tendrá la seguridad de retirar el cepellón intacto.
Trasplantar a una maceta mayor
Si se ha de quitar una planta de su maceta para trasplantarla, antes de retirarla es necesario preparar el recipiente nuevo donde se ha de colocar. Conviene poner en la parte inferior algunas piedras pequeñas, que cumplan el rol de capa drenante, y sobre ellas una base de mantillo.
Es bueno aprovechar el trasplante para desenredar las raíces y quitar las partes que estén en mal estado
Si el trasplante se realiza porque el recipiente anterior quedaba muy pequeño, es posible que las raíces se vean en los límites del cepellón. Cuando esto ocurre, se puede aprovechar para desenredarlas o quitar las partes que se encuentren en mal estado. Esto les permitirá crecer con mayor fuerza en su nueva ubicación.
Una vez colocado el cepellón en la maceta nueva, se completa el espacio restante con el sustrato correspondiente.
Durante las primeras semanas tras el trasplante, es fundamental dar a la planta los mayores cuidados, para que el perjuicio ocasionado por el cambio de ubicación sea el menor posible. Habrá que regarla con frecuencia y procurar que reciba buena luz, aunque no la acción directa del sol ni de corrientes de aire.
Quitar la planta de la maceta puede ser necesario para un fin que no sea trasplantarla, sino solucionar el riego excesivo o el encharcamiento del sustrato. En ocasiones, esto es preciso para salvar la vida del ejemplar.
En estos casos, será necesario sacar el cepellón con mucho cuidado, ya que al estar húmedo en exceso será mayor la tendencia a que se deshaga. Una vez retirado, hay que envolverlo en varias capas de papel de cocina o de periódico. Si la tierra está tan mojada que empapa el papel, convendrá cambiar este último. Debe permanecer así unas 24 horas. Se puede aprovechar este tiempo para limpiar la maceta.
Cumplido ese lapso, se podrá volver a colocar el cepellón en el mismo recipiente. Se puede añadir algo de tierra, si es necesario. Luego, conviene evitar el riego del ejemplar durante algunos días.