El frigorífico se debe descongelar con cierta periodicidad -dos veces al año es una buena frecuencia- para garantizar su correcto funcionamiento, evitar gastos inútiles de electricidad y prolongar su vida útil. Si bien es un proceso simple, conviene tener presentes algunas recomendaciones. Este artículo explica cuándo se debe descongelar la nevera, describe los pasos para hacerlo y proporciona algunas sugerencias para lograr los mejores resultados.
Cuándo se debe descongelar el frigorífico
El frigorífico es uno de los electrodomésticos básicos e indispensables en un hogar, y también uno de los que más energía consume. Por eso, conviene aplicar todas las medidas que busquen sacarle el mayor provecho y alargar su vida útil. Una de ellas consiste en descongelarlo con cierta periodicidad.
¿Cada cuánto se descongela una nevera o un congelador? En general, se debe descongelar cuando en las paredes del congelador se forme una capa de hielo de más de medio centímetro (5 milímetros) de espesor, o cuando se haya acumulado en los espirales del compresor. Se estima que una buena frecuencia de descongelado es una vez cada seis meses.
¿Qué pasa si no descongelo? La importancia de descongelar la nevera radica en que, cuando estas capas de hielo cubren las paredes, el motor debe trabajar más para alcanzar las mismas temperaturas y, por lo tanto, gasta más energía.
❄ No frost, ¿hay que descongelar?
Existen frigoríficos que cuentan con el sistema llamado no frost, que quiere decir literalmente «sin hielo». Este mecanismo incluye un ventilador que distribuye el aire frío de forma homogénea por el congelador e impide que la humedad se condense en las paredes y otras superficies internas.
La gran ventaja es, por supuesto, que no hay que descongelar de manera manual, pero también tiene un lado negativo: estos aparatos consumen hasta un 35% más de energía.
Pasos para realizar el descongelado
Descongelar la nevera es muy sencillo. Pero, ¿cuánto tarda en descongelarse? Hay que tener en cuenta que es una tarea que por lo general lleva al menos un par de horas.
👉 Sacar los alimentos
Así que lo idóneo, antes de hacerlo, es consumir todos los alimentos que se tengan guardados en el congelador, o bien ya dejarlos fuera para consumir ese mismo día o en los siguientes. Si esto fuera imposible, habrá que tomar precauciones para evitar que los productos se descongelen (meterlos en otro congelador o guardarlos en un recipiente rodeados de hielo), ya que si se corta esa cadena de frío, se echarán a perder.
👉 Desenchufar el frigorífico
Luego se debe desconectar el aparato y esperar a que el hielo se derrita.
Este proceso se puede acelerar con un truco simple: introducir recipientes con agua caliente en el congelador. Otra posibilidad es pasar sobre las superficies cubiertas de hielo paños empapados en agua caliente. O incluso se puede aprovechar el aire caliente de los secadores para el cabello.
Si se opta por esta última alternativa, hay que extremar las medidas de seguridad, ya que si el frigorífico está conectado a la red eléctrica y entra en contacto con el agua, puede ocasionar problemas importantes e incluso poner en riesgo la vida de la persona que lo manipula.
Sugerencias para el descongelado del frigorífico
- Se debe evitar es el empleo de cuchillos, destornilladores u otras herramientas para fracturar o despegar el hielo de las paredes o espirales de la nevera. Estas piezas podrían afectar al aparato o a las manos de quien trabaje con ellos.
- Una medida importante es colocar papeles de periódico (o de otro tipo, siempre que sea muy absorbente) en el suelo, para evitar que el agua se esparza y provoque averías o accidentes. Del mismo modo, se pueden utilizar papel, paños o esponjas para quitar el agua del interior del frigorífico y del congelador.
- Por supuesto, cuando se descongela la nevera es el momento óptimo para realizar una limpieza a fondo, que elimine cualquier resto de comida o suciedad que quede en su interior y acabe también con los malos olores.
- Una vez que todo el hielo se ha derretido y el interior del frigorífico está limpio, se puede poner de nuevo en funcionamiento. Antes de hacerlo, conviene asegurarse de que todo esté seco. Luego se enchufa el aparato a la corriente eléctrica y se regula la temperatura. Lo recomendable es dejar que la nevera se enfríe durante un cuarto de hora antes de guardar los alimentos en su interior.