Decorar el marco de un espejo significa rejuvenecerlo y darle una nueva vida, si es un objeto antiguo, o personalizarlo para que sea único, en caso de conformar una nueva adquisición. Hay muchas variantes y posibilidades, tanto para modelos clásicos como si se desea un toque de modernidad, ya que se puede realizar un collage, pegar adornos, e incluso, usarlo para colgar pendientes o llaves. No solo se pueden adornar los marcos, sino que también es posible ocultar las manchas en la superficie del cristal.
Opciones para decorar marcos de espejos
El marco define el carácter de un espejo. No importa tanto dónde se encuentre -puede estar en el baño, en el salón o en el dormitorio-, sino cómo esté adornado. Incluso la ausencia de marco otorga un espíritu diferente al espejo. Este puede ser de diferentes formas y materiales. En el caso de un marco de madera, si la madera es antigua y está un poco desgastada, no representa un problema. Será cuestión de restaurarla, como si fuese una ventana de madera. El betún de Judea resulta un producto excepcional para este tipo de tareas.
Los marcos anchos de madera aportan muchas variantes, entre las cuales destaca -por la creatividad que permite desplegar- la elaboración de un collage. Para ello, se pueden emplear papeles de colores, periódicos, revistas de cómics, fotos propias, etc. Después de pegar el papel con cola, se barniza el conjunto o se utiliza la técnica del decoupage para garantizar su durabilidad. El resultado es un auténtico producto pop, personalizado y único.
El marco de un espejo se puede decorar con piedras, caracolas, hojas secas, semillas o pequeñas piezas de fantasía
Otra alternativa consiste en pegar en el marco objetos, como pequeñas piedras o cuentas de collares que ya no se usan, pendientes, caracolas, hojas secas, semillas, pequeñas piezas de fantasía, purpurina, etc. También se puede llenar el marco de grampillones (barritas metálicas como clavos, pero con punta en ambos extremos, dobladas por la mitad, que al clavarse en una superficie quedan como pequeñas asas de las cuales sujetar cosas). De esa manera, el espejo se convierte en un espacio donde guardar los pendientes, pulseras, llaves o cualquier otro elemento que se adapte. El límite es la creatividad y el gusto de cada persona.
Las opciones también están abiertas para los espejos sin marco. Se pueden crear marcos con materiales como madera y cerámica o emplear recursos muy originales, como pegar en todos los bordes del espejo pinzas de madera para la ropa, a las cuales se puede dejar su color original o bien pintarlas con anterioridad en los tonos deseados.
Espejos, decoración y carácter
Otro factor clave de los marcos es el tamaño: no es lo mismo el espejo del baño, que en general permite a la persona que se sitúa delante verse al menos del pecho hacia arriba, que un espejo pequeño colgado en la pared del salón o uno grande, de cuerpo entero, ubicado en una posición estratégica en el dormitorio. Estos elementos también ejercen un papel fundamental en la decoración.
En general, los espejos de los baños no tienen marcos. Sus bordes lisos ayudan a ampliar el espacio, ya que generan una sensación de continuidad con relación a la pared. En cualquier caso, a menudo, la función de marco la desempeña la iluminación: las luces situadas en torno al espejo, como en los camerinos de teatro o en los platós de televisión. Se debe procurar que el sistema no encandile a la persona que se observa y, al mismo tiempo, le permita ver de la manera más clara posible su imagen reflejada.
Los espejos más pequeños, situados en el salón, en el cuarto de baño o en otros lugares de la casa, pero como un complemento del espejo principal, dan mucho más juego en la decoración. Los espejos de pequeñas dimensiones (inferiores a 25 centímetros de lado) suponen un sinfín de posibilidades, tanto nuevos -comprados con el fin de decorarlo según el propio gusto- como antiguos.
Por su parte, un espejo clásico, vertical y con marco de madera dota de elegancia y líneas finas a un salón o a un pasillo. En este último espacio, además, proporciona la sensación de espacios más amplios.
Muchos espejos antiguos están daños, no solo en el marco, sino también en su propia superficie: con el paso del tiempo, sobre el cristal se forman manchas que afean su aspecto general. Para esto también existe una solución que recurre a la creatividad. Consiste en crear alguna figura sobre cartulina, cartón, goma EVA, etc., y pegarla con cola sobre la mancha en el cristal. Si las partes dañadas son varias, quien se dedique a la tarea tendrá que exprimir su imaginación para pensar en las posibles combinaciones: un sol y una luna, flores, varias estrellas, algunas nubes, personajes de dibujos animados (si es un espejo en la habitación de los niños), etc.
La desventaja de este recurso para aprovechar espejos antiguos es que solo resulta válido en superficies más o menos amplias, ya que si son demasiado pequeñas, cualquier figura sobre ellas puede quedar mal. De todos modos, lo importante es tenerlo presente y saber que se puede contar con él.