Los marcos dorados son un elemento decorativo que resalta la belleza de pinturas y fotografías. Sin embargo, con el paso del tiempo pierden el brillo y el color que los distingue. A menudo, sus relieves y molduras también se deterioran. La limpieza periódica y la aplicación de un fondo dorado son suficientes para recuperar el esplendor de los marcos menos dañados.
Limpieza
Las molduras doradas son delicadas. Su acabado no soporta la acción de productos agresivos. Si se emplean, es posible que aparezcan decoloraciones en la superficie. Por este motivo, se debe emplear una brocha muy fina para eliminar el polvo del marco.
Una vez que está limpio, es conveniente aplicar un producto específico para acabados dorados, con la ayuda de un pincel. A continuación, cuando todavía no se ha secado el limpiador, se recomienda lustrar la superficie con una muñequilla o un algodón para no retirar el dorado recién aplicado.
Relieves rotos
En ocasiones, las caídas y el paso del tiempo causan desperfectos mayores en los marcos. Las grietas y las roturas en molduras y relieves son los problemas más habituales. En primer lugar, se deben rellenar estas imperfecciones con pasta para madera. Si el cuadro tiene detalles decorativos, antes de que la masilla se solidifique por completo, se debe moldear con una punta de madera o un buril para conseguir un acabado similar al de los relieves en buen estado.
Las grietas y las roturas en molduras y relieves son los problemas más habituales en los marcos dorados
Cuando la pasta se haya secado, es necesario pulir la superficie con espuma o una lija extrafina para eliminar cualquier irregularidad en la nueva moldura. Después, se limpia la superficie con una brocha fina para retirar los restos de polvo que se hayan producido al lijar.
Una vez que el marco está limpio, hay que renovar el acabado dorado en esa zona. Es preciso aplicar con pincel un fondo de color oro, sin excederse con la cantidad para evitar colmar los relieves. El marco recuperará el brillo tras barnizar la superficie, una vez seca, con un producto especial para acabados dorados.
Es una herramienta muy apropiada para restaurar muebles delicados, enchapados y marquetería. Las muñequillas se utilizan en lugar de las brochas y los pinceles, cuando se quiere aplicar una capa uniforme de tinteo barniz y también para lustrar superficies. De esta manera, se evita que la madera absorba demasiado rápido el producto y se consigue un acabado homogéneo y sin irregularidades.
Las muñequillas tradicionales se fabrican con una bola de lana virgen envuelta en una tela blanca usada. Es posible elaborarla con tejido de algodón o lino. No debe desprender hilos ni fibras, que dejarían marcas en la madera. Con este retal, hay que cubrir una bola de algodón, doblar las cuatro esquinas y atarlas con una goma elástica.