Así como hay plantas y flores artificiales, desde hace unos años se comercializa la llamada agua sólida o simulada, una sustancia que a la vista parece agua dentro de un recipiente de cristal transparente, pero que en realidad se mantiene rígida. De esta manera, como se explica a continuación, se convierte en un estupendo complemento para plantas artificiales y también para otros adornos, como piedras o conchas marinas. Este artículo se refiere además a su modo de preparación y al valor de los recipientes de cristal.
El agua simulada, un gran complemento para las plantas artificiales
El agua sólida o agua simulada es un producto no muy conocido pero que en los últimos años, poco a poco, ha ido ganando espacio en las tendencias decorativas relacionadas con las plantas y flores. A partir de la mezcla de materiales simples, esta sustancia permite crear la ilusión de que hay agua en un recipiente de cristal transparente, cuando en realidad es un material -como su nombre indica- sólido o rígido.
El agua sólida está compuesta por la mezcla de una resina incolora y un endurecedor
Con el agua sólida es posible crear conjuntos decorativos muy bonitos con plantas o flores artificiales, piedras, conchas o caracolas marinas y cualquier otro producto que se desee. El efecto visual será igual a si estuviesen sumergidas en agua, con la gran ventaja de que se ensucia mucho menos y no necesita mayores cuidados ni mantenimiento.
Cómo se prepara el agua sólida
El producto se comercializa como dos sustancias separadas en sendas botellas. Por un lado está la resina incolora, que es la base del material. Por el otro, un endurecedor. Al entrar en contacto, ambos materiales conforman una mezcla que, al secarse, da como resultado el agua simulada.
El proceso de preparación es simple: se mezclan dos partes iguales de ambas sustancias hasta obtener la cantidad deseada, en función del tamaño del recipiente (jarrón, florero, etc.) donde se ha de colocar. Se revuelve durante unos cinco minutos, para garantizar que ambos líquidos se mezclen bien. Luego se vierte en el recipiente y se colocan las piezas decorativas. Como en ese momento el material es líquido, se pueden sumergir las bases de los tallos de plantas o flores artificiales u otros objetos.
Por último, hay que dejar que el agua simulada seque bien. Este proceso es un poco lento, ya que tarda dos o tres días completos. Para acelerarlo, conviene dejarlo en una habitación con una temperatura templada o cálida, incluso cerca de alguna fuente de calor, como un radiador o una estufa. Cumplido ese tiempo, el material habrá adquirido una consistencia sólida, que al tacto parece una especie de gelatina, pero más rígida.
El agua sólida constituye un muy buen recurso para crear piezas de decoración, arreglos florales o centros de mesa con flores o plantas artificiales. Y no solo lo es por su valor en sí mismo, sino porque permite sacar el mayor provecho de los recipientes de vidrio y cristal, tan valiosos para la decoración de ciertos ambientes.
Si bien es el cristal transparente el que más y mejor permite lucir el agua sólida, también se pueden emplear recipientes coloreados (aunque siempre, por supuesto, translúcidos). Al quedar semioculta, el agua sólida pasará más inadvertida y, en consecuencia, perderá protagonismo, pero al mismo tiempo contribuirá a que el efecto de verosimilitud de las plantas artificiales sea aún mayor.
Las piezas de cristal más apreciadas son las provenientes de Murano, una isla italiana ubicada muy cerca de Venecia, y de Bohemia, una de las tres antiguas regiones que componen la República Checa. En España también existen fábricas de cristal de muy buena calidad, como la Real Fábrica de Cristales de La Granja, ubicada en Segovia. De todos modos, para la decoración del hogar no hace falta gastar demasiado dinero en estos productos, sino que con unos buenos arreglos se puede obtener un óptimo resultado por poco dinero.