El estilo colonial es un tipo de decoración clásica que busca obtener calidez a partir de materiales naturales y simples en ambientes no demasiado recargados, pero en los cuales adquiere suma importancia cuidar los detalles. Este texto describe las principales características de la decoración colonial, un estilo con personalidad, tanto en el mobiliario como en detalles relacionados con el tipo de lámparas, el uso de elementos vintage, la presencia de elementos orientales y la vegetación más apropiada.
Decoración colonial, un estilo con personalidad
El estilo colonial posee, según los expertos, un toque enigmático. Este tipo de decoración cuenta con muebles de grandes dimensiones, colores oscuros y profusión de materiales naturales, como madera, mimbre y cristal. El mobiliario es por lo general de maderas duras, y cuando no lo son, se puede utilizar barniz tinte color teca para obtener este gusto decorativo. Las esterillas de caña de bambú o similares también contribuyen mucho a lograr estas sensaciones.
Empapelar las paredes con motivos clásicos es de gran ayuda para configurar un espacio con una decoración colonial
De este modo, se puede obtener tanto en el salón como en otras estancias de la casa, e incluso en espacios exteriores, una decoración con mucha personalidad, que transmita la serenidad y, a su vez, el halo siempre novedoso que generan los ambientes exóticos o cuyo carácter no se llega a conocer del todo.
Colocar en las paredes papel pintado con motivos clásicos será de gran ayuda para configurar un espacio con este estilo. También los libros antiguos, como las enciclopedias o colecciones similares, aportan encanto a estos lugares, con la calidez de sus lomos gastados. Además, estos ejemplares añejos pueden ejercer otras funciones, además de las meramente decorativas, y servir para guardar objetos, como álbumes de fotos o incluso como parte del mobiliario en patas de mesas o estantes.
El mobiliario y los detalles
Los muebles rústicos de madera son los que más contribuyen a la creación de un aire colonial, y permiten obtener grandes resultados si se combinan con artículos vintage o con creaciones confeccionadas a base de objetos reutilizados. Piezas antiguas, como teléfonos, tocadiscos, mapas o carteles callejeros, pueden ser el mejor complemento decorativo para estas estancias. Lo mismo ocurre con las lámparas construidas a partir de botellas u otros objetos.
La presencia de un jardín zen proporciona una paz y una serenidad especial a un espacio de estilo colonial
A menudo se define el mobiliario colonial como la fusión de los estilos de oriente y occidente. Por definición, los espacios coloniales han sido sitios de mezcla, de fusión y obtención de nuevos resultados a partir del encuentro de dos cultura. Por eso, artículos de la cultura oriental, como lámparas de papel, paneles shoji y otros, también pueden tener un lugar fundamental en la configuración de estos ambientes.
Con respecto a la vegetación más apropiada, las posibilidades son muy amplias: desde plantas tropicales adaptadas a interiores, como las clásicas colgantes o trepadoras, hasta piezas que exigen escasos cuidados, como ramas o varas naturales o cañas de bambú. También las flores de papel dan mucho juego, e incluso ejemplares de bonsáis. La presencia de un pequeño jardín zen proporciona una paz y una serenidad especial a un espacio de estas características.
En teoría, todos los muebles y demás elementos que forman parte de una decoración colonial deberían ser artesanales. Si bien no es indispensable que sea así en su totalidad, la presencia de objetos fabricados por medio de técnicas no industriales brinda un atractivo muy particular a las estancias de este estilo.
También se puede sentir en estos espacios el atractivo de evocar épocas pasadas. Algunos elementos que sirven para añadir este carácter rústico tan especial son las vigas a la vista en el techo, alfombras o esterillas artesanales en el suelo y, desde luego, velas para obtener una iluminación romántica o muy cálida en momentos especiales.