Desde el jazmín común hasta el amarillo, el chino, el morisco o el silvestre, Cuando llega el verano los parques, terrazas y jardines se llenan del aroma y color de los jazmines en flor. Las 200 especies de este arbusto trepador de origen árabe se pueden cultivar en maceta o en el jardín. Sus pequeñas flores son en la mayoría de las especies de color blanco, aunque se pueden encontrar ejemplares de color amarillo y rosado. El crecimiento de los jazmines es tan rápido que conviene podarlos con regularidad.
Características y cuidados
El jazmín es un arbusto trepador idóneo para cubrir y decorar con sus abundantes y aromáticas flores paredes, fachadas, muros o pérgolas. Sus flores, de cáliz acampanado, son blancas, amarillas o rosadas y forman pequeños ramilletes rodeados por ramas con 5 o 9 hojas de color verde oscuro.
Los jazmines necesitan abundante luz, sobre todo si se cultivan en el interior de la vivienda. Si están en el exterior se debe evitar la exposición directa a los rayos del sol.
El crecimiento de los jazmines es muy rápido, por lo que conviene podarlos con regularidad
Por lo que respecta al suelo no son muy exigentes, basta con que la tierra esté bien hidratada y tenga el drenaje adecuado para evitar la aparición de hongos. En verano hay que regarlos cada dos días, con cuidado de no mojar las flores. Durante los meses de invierno basta con hidratarlas una vez a la semana.
Aunque soportan bien el frío, los rigores del invierno no dejan que la planta florezca. Durante los meses estivales soportan bien el calor siempre que haya humedad en el ambiente, de lo contrario las flores adquirirían un tono marrón claro.
El crecimiento de los jazmines es muy rápido, por lo que conviene podarlos con regularidad. La poda se debe realizar también tras la floración para garantizar que la del año siguiente alcance todo su esplendor.
El Jazmín tiene unas 200 especies, entre las que destaca el jasminum officinale, también conocido como jazmín común, blanco o morisco. Este arbusto trepador que puede alcanzar diez metros de altura está presente en numerosos jardines y balcones donde sus blancas flores emiten un aromático y dulzón aroma en los atardeceres estivales.
De color blanco son también el jazmín real o español (Jasminum grandiflorum) y el jazmin chino (Jasminum polyanthum), el de Arabia (Jasminum sambac) o el de las Azores (Jasminum azoricum). La principal característica del primero es que sus flores solo duran un día, pero tiene tantas que este hecho apenas se nota. El jazmín chino o jazmín de invierno tiene una floración intensa y perfumada que se produce desde finales de dicha estación. El de Arabia o jazmín diamela tiene unas grandes flores y es el más utilizado como planta de interior. Las flores del jazmín de las Azores son pequeñas y estrelladas, y están dispuestas en inflorescencias.
Las flores del jazmín de las Azores son pequeñas y estrelladas, y están dispuestas en inflorescencias
Entre las variedades de jazmín de color amarillo destacan el jazmín de invierno o de San José (Jasminum nudiflorum), el jazmín de primavera (Jasminum mesnyi), el jazmín italiano (Jasminum humile) y el jazmín silvestre (Jasminum fruticans). El jazmín de invierno es una planta de exterior que florece a finales del invierno. A diferencia del resto de jazmines, sus flores apenas tiene aroma. El jazmín de primavera tiene una floración muy prolongada que empieza a finales del invierno y llega hasta bien entrado el verano. Sus abundantes flores salpican las ramas que caen en cascada. El jazmín italiano tiene unas flores muy perfumadas que son muy utilizadas en perfumería. Por último, los jazmines silvestres son de origen mediterráneo y crecen de forma silvestre por toda Europa.