Cualquier terraza o balcón puede contar con un improvisado jardín en miniatura. Basta con unas cuantas macetas y jardineras, que ocuparán las especies más adecuadas para esta ubicación. Siempre hay que fijarse en la orientación, la climatología y el espacio disponible para disfrutar todo el año, sin salir de casa, de un vergel urbano.
Un jardín en miniatura
Cuando se va a cultivar un pequeño jardín en una terraza o balcón se debe tener en cuenta la orientación de esta parte de la vivienda. De este modo, se escogerán plantas que aguanten el sol u otras capaces de crecer a la sombra.
Si la zona es soleada, será idónea para el cultivo de geranios, petunias o rosas. En caso de que las plantas estén la mayor parte del día a la sombra, la mejor elección son las hortensias, los ciclámenes, las fucsias o las begonias, entre otras especies vegetales. Si el clima de la zona es muy frío y son habituales las heladas, las plantas aromáticas, como el tomillo o el romero, son la elección adecuada.
Cuando la terraza disponga de un muro que facilite el crecimiento de plantas trepadoras, se pueden elegir ejemplares como la hiedra, el jazmín de invierno, la vid americana, la buganvilla o la madreselva.
Algunas plantas pueden llegar a florecer en cualquier época del año con los cuidados necesarios. El hecho de que tengan flores durante cualquier estación favorece que estos ejemplares sean muy apropiados para dar un toque de color a las terrazas.
Es el caso del áster del cabo (felicia ameloides), que a pesar de ser de floración anual (durante el verano), puede resistir el invierno si recibe la luz suficiente. Las flores rojas, brillantes y en forma de embudo de la cufea (Cuphea hyssopifolia) brotan todo el año. No obstante, es una planta que no soporta demasiado bien los rigores del invierno de zonas climáticas demasiado frías, por lo que es necesario trasladarla al interior de la vivienda en invierno si se reside en una zona climática fría.
El recipiente y el sustrato adecuados
Macetas y jardineras son los recipientes apropiados para las plantas de balcones y terrazas. De diversos colores, tamaños y materiales, en ellas se pueden crear jardines de pequeñas dimensiones, ya que acogen todo tipo de especies vegetales. Es posibles colocarlas en el suelo o en forma de «voladizo», en lugares de tamaño reducido. En los balcones cuya estructura no permita cargas excesivas, se pueden colgar las plantas en las paredes, aunque también se puede aligerar el peso con recipientes de materiales como el plástico.
Respecto al sustrato, es preferible usar tierras ligeras con mezclas de turbas, arena y compost. Antes de rellenarlas, es necesario proporcionar un drenaje adecuado para que las plantas no sufran asfixias ni sus raíces se pudran debido al exceso de agua. Para ello, se puede usar arcilla expandida, grava o trozos de maceta rotos.
Un error frecuente cuando se cultivan plantas en macetas o jardineras es el exceso de riego, que pudre las raíces. Otro problema de estos recipientes es el espacio, muy reducido como para que se desarrollen las raíces de las plantas, por lo que éstas necesitan un abono que enriquezca el sustrato.
Un error frecuente es el exceso de riego, que pudre las raíces
Para saber cuándo regar, el método más sencillo es introducir los dedos en la tierra y comprobar si está húmeda o seca. Como ocurre en los jardines, se debe regar por la mañana temprano o al atardecer, nunca en las horas más soleadas. Si se tiene la costumbre de poner un plato debajo de la maceta para que recoja el agua sobrante del riego, éste se debe vaciar poco después de regar, ya que el agua estancada puede pudrir las raíces de la planta.
Para aportar humedad, se pueden pulverizar con agua las hojas, pero sin mojar las flores para evitar estropearlas. También se puede aumentar la humedad ambiental si se agrupan las macetas para crear un microclima.