Las baldas empotradas en la pared posibilitan aprovechar al máximo el espacio de la cocina. Con ellas se puede disponer con facilidad de los utensilios de uso más frecuente, así como de vajillas o especias. Este artículo destaca la importancia de que los estantes estén en el lugar apropiado, su utilidad para guardar alimentos, la limpieza de las baldas y también una variante a las estanterías: los carritos y las islas de cocina.
Los estantes, en el lugar clave
Para sacar el mayor partido en la cocina a las estanterías, es importante que se ubiquen en lugares clave, cerca de las manos y a la vista de quien prepara los alimentos. En este sentido, la pared justo sobre el fregadero y la encimera es un sitio que da mucho de sí a la hora de aprovechar los espacios.
La pared encima del fregadero y de la encimera constituye un espacio que se puede aprovechar muy bien, dada su cercanía con el espacio de trabajo
Estanterías poco profundas empotradas en esta zona permiten acceder con facilidad a cubiertos, rollos de cocina e ingredientes básicos, sin tener que abrir cajones ni puertas. También es posible incluir sobre el fregadero un escurridor de platos, que permitirá mantener despejada la encimera, mientras que una barra con ganchos sirve para colgar cucharas, espumaderas y otros utensilios.
Más o menos cerca de los quemadores o la placa de vitrocerámica o inducción, es muy práctico colocar unos pequeños anaqueles donde guardar los especieros, para que estén cerca cuando se necesiten. De todos modos, es importante dejar una cierta distancia, ya que si están demasiado cerca de los fuegos, por un lado se ensuciarían mucho y, por el otro, incluso podrían causar accidentes.
Con ganchos individuales, se pueden colgar en la pared algunas ollas y sartenes que darán un toque de rusticidad a la decoración, al mismo tiempo que se ahorra espacio en algún mueble. En este sentido, lo más idóneo es que el material tanto de los ganchos como de las ollas sea el cobre y con diseños que les permitan lucirse.
Estanterías ordenadas para los alimentos
Otra sugerencia consiste en ordenar los alimentos que se emplean a diario en los estantes ubicados a la altura de los ojos, y dejar los más altos y más bajos para los alimentos de reserva o aquellos elementos que se usan con menor frecuencia. La vajilla de uso cotidiano, por su parte, también puede estar disponible sobre una estantería. En este caso, no hace falta que se encuentre cerca de la cocina, sino más bien de la mesa que se use para las comidas con mayor asiduidad.
Conviene que las baldas sean de poca profundidad, para que no queden objetos ocultos detrás de otros
Algunos alimentos (como arroz, pasta, harina o azúcar) permanecen con sus envases abiertos durante cierto tiempo y, a menudo, sus restos se desparraman en el fondo de los muebles, con el consiguiente trabajo de limpieza al que obligan. Para conservarlos mejor, se pueden colocar en botes transparentes y guardar estos en los mismos muebles o sobre estantes de pared. De esta manera, no solo será más fácil encontrar cada producto, sino que además será posible corroborar si falta algo en la lista de la compra con un simple vistazo.
Limpieza e instalación de las estanterías
Debido a que la cocina es una de las áreas del hogar más expuestas a la suciedad, es conveniente elegir para todo el mobiliario -y las estanterías no son una excepción- materiales y superficies fáciles de limpiar. Si los estantes son de madera, se aconseja optar por recubrimientos en melamina o con terminación lacada, de tal modo que sea posible limpiarlas con un paño humedecido y con un poco de líquido limpiador.
Las estanterías se pueden empotrar en la pared de forma individual o por medio de un sistema de rieles, o integrarse en un mueble dispuesto en el suelo o sobre la encimera. En todos los casos, conviene diseñarlas con poca profundidad para que no queden objetos ocultos detrás de otros (además de la dificultad para verlos, se pueden producir pequeños accidentes al intentar sacarlos) y que todo esté cerca.
Cuando el espacio no es suficiente, existe la alternativa de recurrir a un carrito con ruedas o una isla de cocina para ampliar la superficie de trabajo en la cocina.
Los carritos con ruedas resultan muy cómodos, porque además de otorgar más espacio útil en el momento de preparar los alimentos, sirven para el traslado de materiales al comedor. Además, el espacio que proporcionan se multiplica, al incluir muchos modelos baldas, soportes y cajones. En general, son sencillos de limpiar y se pueden conseguir por precios asequibles.
Las islas, por su parte, son fijas, pero también ofrecen espacios de almacenaje en la parte inferior. Exigen que la superficie de la cocina sea bastante amplia, pero sí así ocurre estos complementos constituyen una excelente ayuda en el momento de la preparación de los alimentos, sobre todo cuando se cocina para varias personas.