Las estanterías de diseño no solo permiten guardar y exhibir libros y películas, sino que también integran el conjunto en la decoración del salón y lo dotan de un aire de modernidad. Estos muebles se caracterizan por el uso de líneas curvas, el aprovechamiento de los espacios vacíos y otras características alternativas a los muebles convencionales. Este artículo describe cómo las estanterías de diseño añaden valor a la colección de libros del salón, su uso para separar espacios y los sitios originales donde pueden ubicarse.
Estanterías de diseño, libros con valor añadido
Algunas estanterías para libros, sin dejar de lado su función habitual, se convierten en piezas fundamentales de la decoración del salón. Formas curvas, que dejan espacios vacíos o aprovechan las dimensiones de maneras alternativas, rompen la monotonía de las estanterías típicas y lineales e introducen un valor añadido y original a la colección de libros, discos o películas.
En general, las estanterías de diseño cuentan con una capacidad de almacenaje menor que las tradicionales del mismo tamaño. Por tal motivo, antes de comprar o realizar una estantería de diseño, conviene evaluar con atención cuál será su capacidad y si será suficiente para los objetos que se desee o necesite guardar en ella.
Las estanterías de diseño disponen de baldas rectas inclinadas o curvas o bien varían la profundidad y la altura de los anaqueles
Muchos modelos de estanterías de diseño disponen de baldas rectas inclinadas o curvas, que evocan diferentes estilos plásticos o arquitectónicos. Otros juegan con las líneas y los volúmenes, mientras cambian la profundidad y la altura de los anaqueles. La variedad es, en realidad, interminable.
Una figura interesante para reproducir con este tipo de muebles que ponen el foco en el diseño es la de un árbol. Las «ramificaciones» serían las variadas superficies horizontales para apoyar los libros y, además, generar la idea de un «árbol del conocimiento». Según el tipo de muebles, los estantes pueden ubicarse contra una pared o bien en medio de una estancia.
Estanterías con libros para separar espacios
Las estanterías son un buen recurso para dividir espacios en el salón. En estos casos, es aconsejable utilizar un mueble sin fondo, para que se observe el contenido por ambos lados. Además, los huecos permiten ver a través y dejan pasar la luz.
El tipo de separación no solo dependerá de la forma y diseño, sino también del tamaño de la estantería. Si es un mueble bajo, de hasta un metro de altura, planteará una división más simbólica y en el caso de que en su parte superior haya una superficie lisa, se puede emplear para apoyar fotos, adornos u otros objetos (incluso, más libros). Si el mueble es más alto, sobre todo si tiene más de 1,80 metros (supera la línea de la vista de una persona de estatura media), planteará una división más «real».
Otra alternativa es una estantería en forma de torre, muy útil para generar rincones destinados a la lectura u otras actividades. Las estanterías que cuentan con acceso por sus cuatro lados aseguran, además de belleza, una buena capacidad de almacenaje.
Los libros en estanterías situadas debajo de las escaleras o en sitios difíciles de alcanzar generan una curiosidad extra
La originalidad de las estanterías no solo radica en su forma, sino también en el lugar donde se instalen. Libros situados debajo de las escaleras o en sitios difíciles de alcanzar generan una curiosidad extra, mucho más si el libro es una pieza valiosa, como una edición antigua, un ejemplar dedicado o muy difícil de conseguir, etc.
En otros muebles se diseñan algunas de sus partes como anaqueles para libros. Sofás y mesas ofrecen sus patas o lados posteriores para que un libro aparezca allí donde menos se lo espera o esté siempre a mano, mientras aguarda a que la persona se ponga cómoda y retome la lectura.