Los contadores de electricidad miden la energía eléctrica que se consume. Pueden instalarse en módulos, paneles o armarios, pero siempre han de cumplir un grado mínimo de protección. Este grado de seguridad está marcado por las normas UNE 20324 y UNE-EN 50102, que fijan los criterios para instalaciones de interior y exterior. Para conocer el consumo de energía, basta con leer cada contador. De hecho, el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT) establece que estos han de facilitar la lectura “de forma directa”, con partes transparentes “resistentes a los rayos ultravioleta”. Pero, además, la instalación de contadores ha de cumplir otros requisitos.
Medidas de protección
La normativa vigente marca las condiciones que deben reunir tanto los contadores de electricidad como los espacios que los albergan. Así, cuando se utilicen módulos o armarios, estos deben disponer de ventilación interna para evitar condensaciones, sin que disminuya el grado de protección, y deben tener unas dimensiones » adecuadas para el tipo y número de contadores, así como del resto de dispositivos necesarios para la facturación de la energía».
Por otro lado, cada derivación individual debe contar con su propio sistema de protección, compuesto por fusibles de seguridad que se instalan antes del contador, en cada uno de los hilos de fase. La misión de los fusibles, que deben estar precintados por la empresa distribuidora, es cortar el suministro eléctrico en caso de cortocircuito. Respecto a los cables, deben diferenciarse según los colores establecidos para identificarlos, presentar un aislamiento adecuado y no contribuir a la propagación del fuego en caso del incendio.
Colocación individual o concentrada
Los contadores se pueden instalar de dos maneras: individual o concentrada. La primera disposición se utiliza cuando el suministro pertenece «a un único usuario independiente o a dos usuarios alimentados desde un mismo lugar», según regula el REBT. Los requisitos que debe cumplir esta instalación son: fácil lectura del equipo de medida, acceso permanente a los fusibles generales de protección, garantías de seguridad y mantenimiento.
El usuario de una instalación individual es responsable del mantenimiento del contador, cuando esté instalado dentro de su local o vivienda
La responsabilidad de los usuarios de una instalación individual afecta al «quebrantamiento de los precintos» que coloquen los organismos oficiales o las empresas suministradoras, así como a la rotura de cualquier elemento que esté bajo su custodia, «cuando el contador esté instalado dentro de su local o vivienda». En el caso de que el contador se instale fuera, el responsable del mantenimiento del contador será el propietario del edificio.
Por su parte, las instalaciones concentradas se realizan en edificios y locales comerciales, edificios de viviendas y edificios destinados a una concentración de industrias. De acuerdo a este modelo, los contadores se pueden instalar en uno o varios lugares, pero todos ellos tienen que disponer de un armario o local adecuado. En concreto, cuando el número de contadores sea superior a 16, la concentración se realizará de la siguiente manera:
- En edificios de hasta 12 plantas, se colocarán en la planta baja, entresuelo o primer sótano.
- En edificios superiores a 12 plantas, se podrán concentrar por plantas intermedias, en grupos de seis o más plantas.
Los locales en los que se instalen contadores deben estar dedicados “única y exclusivamente” a este fin. Para ello, además de los contadores, la compañía eléctrica tiene permiso para colocar un equipo de comunicación y adquisición de datos que permita mejorar la gestión del suministro, así como el cuadro general de mando y protección de los servicios comunes del edificio.
El local en cuestión debe cumplir las condiciones de protección contra incendios que establece la norma NBECPI-96 para locales de riesgo especial bajo. Asimismo, ha de estar situado en la planta baja, entresuelo o primer sótano del edificio -excepto cuando existan concentraciones por plantas-, en un lugar lo más próximo posible a la entrada del inmueble y a la canalización de las derivaciones individuales. Su acceso ha de ser de fácil y libre -diferente del de otros servicios, como el cuarto de calderas o el cuarto de contadores de agua-, no debe servir de paso ni de acceso a otros locales, tiene que estar separado de otros locales “que presenten riesgos de incendio o produzcan vapores corrosivos” y no estar expuesto a vibraciones ni humedades.
Por último, estos locales deben disponer de ventilación e iluminación suficiente para no dificultar la comprobación de los componentes, sumideros de desagüe para evitar inundaciones en caso de avería, paredes capaces de resistir la concentración de contadores y una altura y anchura mínimas de 2,30 y 1,50 metros, respectivamente.