Al instalar un toallero en el cuarto de baño se deben tener en cuenta las características del toallero elegido, su ubicación y el sistema con el cual se deba empotrar a la pared o apoyar en el suelo. Este artículo detalla los tipos que existen y su instalación, incluidos los radiadores toalleros, consejos para la colocación y las posibilidades que otorgan los toalleros extensibles y desmontables.
Colocar un toallero en el cuarto de baño es una tarea simple, pero requiere tener en cuenta algunos detalles importantes, sobre todo en relación con el tipo de toallero elegido, su ubicación y la manera de instalarlo.
Tipos de toalleros y su instalación
Los toalleros pueden ser de varias formas diferentes y de ellas depende la forma de instalarlos. La principal diferenciación se hace en función de cómo se sostienen.
Los toalleros pueden ser de pared o de pie y, en general, se diseñan en madera, metal o acero inoxidable
De pared: son los toalleros más clásicos. Pueden tener una o más barras horizontales y en general dos soportes que se ajustan a la pared, uno en cada extremo de la estructura, por medio de tacos y tornillos o alguna sustancia adhesiva (como la silicona). Hay algunos modelos de diseño que introducen variantes sobre ese esquema, como puede ser una barra que se empotra a la pared de forma vertical y desde la cual parten las barras horizontales encargadas de sostener las toallas. Los materiales más comunes son distintos tipos de madera o metal (el más común es el acero inoxidable), que se empotran por medio de tornillos, o cerámica, que se pega con algún adhesivo.
De pie: ocupan bastante más sitio que los de pared, de modo que solo se recomiendan para cuartos de baño espaciosos. Como su nombre indica, poseen un pie que los sostiene, el cual debe ser lo bastante grande para mantener el equilibrio de toda la estructura. Pueden ser de una o más barras.
Consejos para la colocación del toallero
Si se ha de instalar un toallero empotrado a la pared por medio de tornillos, deben tenerse en cuenta algunas recomendaciones. Primero, cuidar que la barra quede en posición horizontal, para lo cual se requiere de un nivel. Conviene sostener con las manos el toallero en el lugar elegido y, una vez asegurada su horizontalidad, trazar marcas en la pared para conocer con exactitud el sitio donde se tiene que perforar.
Se debe procurar que los toalleros estén lo más cerca posible del lavabo y de la bañera o el plato de ducha
Antes de utilizar el taladro sobre el alicatado, siempre es aconsejable, para evitar grietas en los azulejos, colocar dos tiras de cinta de carrocero cruzadas de forma perpendicular, de modo que su intersección quede sobre el punto donde se ha de agujerear. Y luego, con un punzón y un martillo, efectuar unas pequeñas muescas, que sirvan como guía a la broca. Después de esto, se procede a taladrar la pared con brocas cuyo diámetro sea igual al de los tacos.
Una ventaja de los toalleros de pie es que, al no estar fijados a ninguna parte de la estancia, se pueden mover y cambiar de ubicación siempre que se desee.
De todas maneras, no es frecuente cambiar el sitio de los toalleros. Su ubicación debe responder a una necesidad lógica: se debe procurar que los soportes para toallas grandes estén cerca de la bañera o plato de ducha, mientras que hace falta al menos un soporte para toallas pequeñas junto al lavabo.
La consecuencia de que los toalleros no estén cerca de los lugares indicados es que termina mojándose el suelo. Además, durante el invierno, conviene tener las toallas lo más cerca posible de la bañera o la ducha, para evitar el frío que se sufre al cambiar del calor de área de baño a la temperatura más templada del resto de la estancia.
Instalación de radiadores toalleros
Una alternativa interesante, que gana cada vez más espacio en los hogares españoles, es la de los llamados radiadores toalleros. Son piezas que reúnen en un mismo elemento dos funcionalidades: el sistema de calefacción y el soporte para las toallas. Representan un detalle de estilo (ya que muchos modelos tienen aspectos muy modernos y atractivos), permiten ahorrar espacio (gracias a que ocupan menos lugar que los radiadores tradicionales) y, además, hacen que las toallas se sequen con mayor rapidez y que estén calientes, algo que se valora al salir de la ducha o la bañera en épocas de bajas temperaturas.
La instalación de estos radiadores toalleros es un poco más compleja que la de un toallero normal y depende del sistema con el que funcione el aparato en cuestión: puede ser eléctrico, de tal modo que exija conectarlo a la red de la casa, o trabajar con agua, conectados al sistema de calefacción general (que puede alimentarse gas, gasoil, energía solar, etc.). En cualquier caso, requiere de procedimientos similares a los necesarios para instalar un radiador normal, por lo cual se aconseja que esta tarea la asuma un especialista.
Existe otra variante que se comercializa en el mercado: toalleros extensibles y desmontables que cumplen varias funciones. Están pensados para funcionar como toalleros normales pero que, cuando es necesario, se convierten en tendederos, a través de un sistema “telescópico” que permite extenderlos y dejar a la vista una serie de pequeños alambres en los que se puede colgar ropa. Es un artilugio útil para épocas de mal tiempo, de frío y humedad, cuando cuesta que las prendas se sequen y no se pueden tender en el exterior.
Pero además son desmontables. Las barras van sujetas a unos soportes que se empotran a la pared (a través de tacos y tornillos). El conjunto viene con dos juegos de soportes: uno para colocar en el cuarto de baño y otro para el exterior. De este modo, el tendedero también se puede utilizar en la terraza o el balcón en épocas de buen tiempo. El aspecto negativo es que, si se usa el tendedero fuera, el cuarto de baño se queda con un toallero menos.