Los usos de una linterna son múltiples. Hay tantos modelos como situaciones en las que utilizarlas. El mercado cada vez cuenta con una oferta más amplia para satisfacer cualquier necesidad. Por ello, antes de adquirir un producto u otro, conviene analizar la utilidad que se le dará y las prestaciones que serán imprescindibles.
Los trabajos domésticos de bricolaje exigen sistemas sencillos de utilizar. Puesto que no siempre se podrán sujetar con las manos, es conveniente decidirse por modelos con sistema clip o similar. Estos productos se enganchan en el cinturón de trabajo o en un bolsillo para facilitar el manejo de las herramientas y la localización de la propia linterna. Asimismo, es conveniente que cuente con un diseño ergonómico, mango antideslizante, fácil acceso al pulsador y al compartimento que alberga las baterías y unas dimensiones manejables.
Un diseño ergonómico, un mango antideslizante y la facilidad de acceso al pulsador son prestaciones que se deben valorar
En cuanto a las luces, algunos aparatos poseen varios tipos de luminarias o diferentes modos de iluminación para emplear según la situación. La potencia de las luces, así como la zona que son capaces de iluminar, varía según los modelos. Los más actuales optan por sistemas LED o de xenón, que emiten una luz blanca y brillante, cuyo rendimiento es superior al de las linternas convencionales.
Por otro lado, cuando se realicen trabajos en zonas húmedas o de agua, se puede optar por linternas con protección de goma. Estos aparatos disponen de una cubierta especial para resistir el contacto con la humedad y evitar el deterioro del mecanismo interno. Incluso algunos modelos están preparados para soportar cierta profundidad e iluminarse al contacto con el agua.
El peso de la linterna es importante. Son aconsejables aparatos poco pesados, manejables. En este sentido, hay que tener en cuenta el peso de la linterna con baterías, ya que será de esta manera como habrá que utilizarla durante los trabajos. Algunas linternas llegan a superar el medio kilo sin pilas.
Para solventar esta circunstancia, se comercializan linternas que funcionan sin baterías. Son aparatos más sencillos, limitados en sus prestaciones, pero que pueden resultar muy útiles en determinados trabajos. Hay que cuidar, eso sí, que la energía no se agote durante su uso -los modelos más extendidos se cargan al agitarlos- y tener en cuenta que su potencia es menor que la de otros aparatos con pilas, por lo que su luz, también.