Las llaves, tanto fijas como ajustables, se utilizan para aflojar y apretar tuercas, tornillos y pernos de varias dimensiones. Para tareas no especializadas de bricolaje, basta con tener tres llaves inglesas (ajustables) de distinto tamaño y abertura. También será muy práctico contar con un juego de llaves Allen y con una llave de boca mixta o combinada.
Llaves de boca fija
Las llaves fijas, o de boca fija, son herramientas manuales que se utilizan para hacer esfuerzos de torsión al apretar o aflojar tuercas, tornillos y pernos (pieza metálica parecida a un tornillo, pero de mayo tamaño). De formas muy diversas, tienen como mínimo una o dos cabezas, el mismo número de bocas y un mango o brazo. Son robustas y resistentes y, en general, están fabricadas con una aleación de acero templado.
Algunas de las llaves fijas más utilizadas son las Allen, de «boca abierta», estrella acodada, carraca, vaso, tubo, pipa doble y en cruz.
Las llaves Allen tienen forma de «L» y se emplean para apretar y aflojar tornillos de cabeza hexagonal interior, mientras que las de estrella tienen esa forma en la boca, lo que permite un mayor número de posiciones al sujetar la tuerca.
De formas muy diversas, tienen como mínimo una o dos cabezas, el mismo número de bocas y un mango o brazo
Respecto a la llave de carraca, una vez que se acopla al tornillo o la tuerca, ejerce fuerza para apretar o aflojar. Al mover en el otro sentido, se genera un sonido que da nombre a la herramienta. Dado que no hace falta acoplar y desacoplar la llave en cada giro, el trabajo se realiza con más rapidez.
La llave de vaso se compone de un tubo cuyo extremo tiene forma de hexágono, que se inserta en la cabeza del perno o la tuerca. La rotación se realiza mediante una llave aplicada de forma transversal al cuerpo del tubo.
Las de tubo constan de un tubo hexagonal recto o en ángulo, con una o dos embocaduras y dos agujeros donde se acoplan unas barras cilíndricas que accionan la herramienta.
Uso correcto de las llaves
Para un uso correcto, en cada caso se debe utilizar la llave que se ajuste a la perfección a la tuerca o perno. La llave tiene que abrazar a la tuerca y formar un ángulo recto con el eje del tornillo que aprieta. La torsión se debe realizar hacia uno mismo, nunca se debe empujar. Además, no se debe sobrecargar la capacidad de una llave mediante la colocación de tubo sobre el mango. Nunca se debe golpear la llave con un martillo.
Las llaves ajustables tienen la particularidad de poder variar la apertura de sus quijadas, o “boca”, en función del tamaño de la tuerca, por lo que se puede emplear la misma llave para distintos trabajos. Se utilizan para aflojar tuercas y pernos de distintas dimensiones. Entre este tipo de herramientas destacan la llave inglesa y la llave grifa.
Se utilizan para aflojar tuercas y pernos de distintas dimensiones
La llave inglesa tiene una mordaza compuesta por una parte fija y otra móvil que se abre y se cierra gracias a un tornillo sinfín (transmite el movimiento entre ejes que están en ángulo recto y cada vez que el tornillo sinfín da una vuelta completa el engranaje avanza un diente) ubicado en la base de la boca. Esta última está algo inclinada con respecto al eje del mango para facilitar el ajuste a las distintas medidas de tuercas y tornillos.
La llave grifa es muy similar a la inglesa. Su parte móvil se desplaza mediante un tornillo sinfín, pero su boca está perpendicular al mango, lo que facilita el ajuste. Se utiliza sobre todo en fontanería, para atornillar tuberías gracias a sus mordazas, que son ajustables y dentadas, de manera que se permite un mayor agarre en las piezas cilíndricas.