Las barandillas de los balcones son una parte fundamental de la casa, tanto por razones de seguridad como de estética, pues son visibles desde el exterior y forman parte de la fachada del edificio. Sin embargo, a menudo no se presta a su cuidado y mantenimiento la atención que se debería. En este artículo se detallan las complicaciones que genera el óxido en las barandillas de los balcones, cómo eliminarlo y quién debe asumir los costes de las reparaciones, ya que estas zonas se consideran elementos comunes de los edificios.
El óxido en las barandillas de los balcones
Uno de los problemas más frecuentes de las barandillas de los balcones es el óxido. Como están expuestas a la intemperie, y por lo tanto a las condiciones climáticas más desfavorables (lluvia, sol, viento, etc.), necesitan de tratamientos especiales para poder tolerarlas.
Si se detecta la acción del óxido sobre la barandilla del balcón, conviene actuar lo antes posible
Conviene revisar de forma periódica la barandilla para ver en qué estado se encuentra. Si se nota que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que se le dio pintura, habrá que actuar para evitar que se produzcan daños, mientras que si ya se aprecia la acción del óxido, lo recomendable es intervenir lo antes posible.
Uno de los principales inconvenientes que se presentan a la hora de limpiar las barandillas metálicas de los balcones, al igual que ocurre con las verjas de los jardines, es la cantidad de rincones y esquinas de difícil acceso que pueden tener. Incluso las barandillas más simples, de barrotes rectos verticales, poseen varios de estos recovecos. Mucho más, las que tienen curvas y dibujos artísticos.
Cómo quitar el óxido de las barandillas
Si las manchas de óxido son pequeñas y superficiales, la manera más sencilla de quitarlas es con papel de lija o un cepillo de cerdas metálicas. Tras retirar la suciedad, se debe limpiar bien con agua y jabón, aclarar, dejar secar y, por último, aplicar al menos una capa de minio o pintura antióxido. Luego, lo idóneo (u obligatorio) será pintar la barandilla para darle el color adecuado.
Si se emplean productos químicos para eliminar el óxido, se recomienda el uso de guantes gruesos y mascarilla
En cambio, cuando el óxido afecta a un sector importante de la barandilla, o cuando lleva ya mucho tiempo sobre el metal y ha arraigado bastante, la tarea es más difícil: no basta con el papel de lija o el cepillo. En estos casos, es posible quitarlo con productos naturales, como vinagre blanco o una pasta creada con la mezcla de agua y bicarbonato de sodio. Hay que aplicar estas sustancias sobre la superficie afectada para que actúe durante un rato. Después se quita, se limpia con agua y jabón y se deja secar.
Aun así, es posible no obtener resultados. En esas situaciones, la alternativa es recurrir a limpiadores químicos, sustancias mucho más abrasivas disponibles en el mercado. Por eso, se deben seguir con atención las instrucciones detalladas en la etiqueta del producto, y durante su uso, hay que extremar las precauciones: se recomienda el empleo de guantes gruesos y mascarilla, para evitar su inhalación.
Más allá de esta protección especial en el caso de los limpiadores más abrasivos, se debe tener en cuenta una medida de seguridad general: colocar alguna protección en la parte inferior, para impedir que se derramen sustancias líquidas o -por accidente- caiga algún objeto sólido desde el balcón hacia el vacío. Y sobre todo, cuando abajo haya otro balcón, una terraza o patio vecino o la vía pública.
“Las fachadas, con los revestimientos exteriores de terrazas, balcones y ventanas, incluyendo su imagen o configuración, los elementos de cierre que las conforman y sus revestimientos exteriores” son elementos comunes del edificio del que forman parte. Así lo establecen la ley 49/1960, de 21 de julio, conocida como Ley de Propiedad Horizontal, y el artículo 396 del Código Civil (modificado por la ley 8/1999, de 21 de julio).
Por tal motivo, las reformas o reparaciones de los balcones -si bien estos son de acceso exclusivo para los habitantes del piso, pero de propiedad comunitaria- son responsabilidad de la comunidad de vecinos. Es decir, cuando se requiera efectuar una modificación en el balcón, tanto si se trata de una reparación como de aplicar pintura, se debe notificar al administrador de la comunidad, y será esta la que deba costear los gastos. Por supuesto, esto no cuenta cuando se trata de una barandilla situada en una casa o propiedad individual.