Las piezas de cerámica antigua, muy valiosas para la decoración de ciertas estancias, pueden perder atractivo debido a imperfecciones o daños en su superficie, como fisuras, grietas o desconchones. Este artículo explica procedimientos sencillos para restaurarla y los pasos para hacerlo, desde la limpieza de la superficie hasta el uso de cemento blanco o masilla epoxi y el acabado del trabajo.
Procedimientos sencillos para restaurar cerámica antigua
Las piezas de cerámica antigua son objetos especialmente valorados por los aficionados a la decoración clásica y por quienes gustan de combinar elementos modernos con otros clásicos para componer contrastes. El problema es que, en muchos casos, tales piezas presentan imperfecciones, pequeñas marcas, roturas, etc., que pueden dañar de modo indisimulable su aspecto y hacer que se luzcan mucho menos o incluso que no queden bien.
Estas pequeñas roturas se pueden reparar mediante la aplicación de unos sencillos procedimientos. En ocasiones, incluso, lo más difícil no es la propia reparación, sino el trabajo posterior que se debe realizar para que el aspecto de la parte arreglada sea similar al del resto de la pieza. A continuación, el procedimiento paso a paso para restaurar vasijas y otros objetos de cerámica antigua.
Limpiar bien la superficie de la cerámica
En general, los daños en las piezas de cerámica antigua pueden ser de dos tipos: por un lado, pequeñas fisuras o rajaduras, y por el otro, muescas o desconchones en la superficie. Cada uno de estos daños se debe trabajar de distinta forma. Sin embargo, el primer paso es similar para ambos casos: la limpieza de la superficie.
Si el alcohol puede alterar el color original de la pieza, conviene limpiarla solo con agua y jabón neutro
Para lograrla, un buen método consiste en pasar un paño o algodón empapado en alcohol, para quitar no solo el polvo sino también pequeños restos de grasa o suciedad resistente. Pero conviene tener cuidado antes de aplicar el alcohol, ya que este puede dañar o alterar el color original de la pieza. Por eso, si se trata de una pieza muy delicada o valiosa, lo aconsejable es pasar alcohol primero por alguna parte pequeña y poco visible (como la superficie inferior) para corroborar que no provocará perjuicios.
En caso de que el alcohol altere el color original de la pieza, o que se sospeche que puede hacerlo, la recomendación es limpiar la pieza con agua y jabón neutro. Habrá que limpiar con mayor esfuerzo y tardará más en secar, pero será más seguro para la calidad final del trabajo.
Reparar con cemento blanco o masilla epoxi
Una vez que se ha limpiado la superficie a conciencia, sí que hay que diferenciar entre si se ha de corregir una grieta o si es un desconchón. Para el primero de los casos, el material más conveniente para emplear como mortero es el cemento blanco, al que se le deben añadir colorantes específicos para darle un tono lo más cercano posible al original de la pieza.
En ocasiones, lo más difícil es lograr que el aspecto de la parte arreglada sea similar al resto de la pieza
En el caso de un desconchón, conviene utilizar masilla epoxi (una masilla compuesta sobre la base de poliepóxido o resina epoxi), la cual permite modelar una pequeña pieza que, al secarse, queda bien adherida a la superficie sobre la que se ha colocado y posee una gran resistencia.
En ambos casos, la aplicación del material se puede efectuar con una espátulas pequeña, aunque en el caso de la masilla también se puede colocar con los dedos. Esto dependerá de las preferencias y de la habilidad manual de quien se encargue de la reparación.
Conviene trabajar con precisión en el momento de aplicar el material, con el fin de que el cemento o la masilla ocupen de la forma más exacta posible el espacio donde la cerámica se ha deteriorado. De todos modos, también se recomienda que quede un poco de material sobrante, que luego se puede corregir con la aplicación de pequeñas limas o lijas finas.
Es importante tener en cuenta durante la aplicación del cemento o la masilla que estos materiales queden bien extendidos a través de toda la superficie dañada de la pieza de cerámica, ya que esto es lo que garantizará una buena adhesión y, por lo tanto, una buena terminación del trabajo.
El acabado del trabajo estará dado por la pintura o el barniz con que se recubra la reparación. Al igual que lo descrito para antes de pasar alcohol sobre la superficie de la pieza, conviene aplicar la pintura o el barniz antes sobre otra superficie similar a la pieza y sobre el mortero elegido, ya sea cemento blanco o masilla epoxi. De esta forma, se podrán realizar distintas pruebas hasta lograr el tono deseado. Este consejo se debe atender sobre todo al momento de restaurar piezas muy valiosas.