La tradición de felicitar la Navidad con tarjetas se mantiene. En muchos casos, todavía esta costumbre se conserva a través de envíos postales; en otros, junto a los regalos de Nochebuena y Reyes; y también, en ciertas ocasiones, son un regalo en sí mismas. Las tarjetas artesanales hacen que estos obsequios sean más expresivos y originales. Este artículo repasa el clásico navideño de las tarjetas de Navidad y enumera seis ideas para la confección de tarjetas artesanales. También destaca la opción de originales marcapáginas navideños.
Las tarjetas de felicitación, un clásico navideño
En las fiestas navideñas, las tarjetas son uno de los regalos más típicos, tanto para los tradicionales envíos postales -aunque cada vez más en desuso- como para acompañar los obsequios entregados en mano o, por supuesto, como regalos en sí mismas. Los marcapáginas cumplen una función similar y vale la pena aprovecharlos cuando se conoce que la persona obsequiada es amante de la lectura.
Más allá de que en el mercado existen innumerables modelos de tarjetas, también se puede recurrir a diseñar y confeccionar uno mismo las tarjetas y marcapáginas que se han de regalar. De esta manera, se obtienen dos grandes beneficios: por un lado, la posibilidad de personalizar de forma total el mensaje y los saludos; y, por el otro, volcar todo el cariño en la tarjeta, ya que, en general, se agradece más un regalo que ha costado un esfuerzo realizar que algo comprado sin más.
Seis ideas para elaborar tarjetas navideñas artesanales
Las tarjetas pueden ser muy simples o un poco más sofisticadas. A continuación se destacan algunas posibilidades para elaborar tarjetas con las cuales expresar el afecto a las personas queridas en Navidad.
1. Tarjetas simples. Las tarjetas pueden ser muy sencillas, elaboradas con una pieza de cartulina. Existe la opción de plegarlas, al modo de las tarjetas tradicionales, para que cuente con un mensaje en la portada y luego se pueda abrir y tener más saludos dentro, o de que sea una sola pieza sin dobleces. La forma clásica de las tarjetas es rectangular, pero también se pueden recortar con formas curvas, de «nubes», con las puntas redondeadas o lo que la propia creatividad disponga. Además de mensajes escritos, en las tarjetas se pueden incluir dibujos, fotos y cualquier otro tipo de ilustración.
Las tarjetas pueden ser rectangulares, con forma de «nubes», con las puntas redondeadas o como la creatividad disponga
Estas tarjetas -al igual que las más complejas- se pueden confeccionar o adornar con todo tipo de materiales: papeles de colores, rotuladores, lazos o cintas de tela, botones, goma eva, purpurina, etc.
Estas tarjetas simples, además, en caso de que no se plieguen, se pueden realizar sobre una base de cartón. El cartón corrugado es una estupenda opción para dar a las tarjetas una base rústica, sobre la cual pegar un papel o cartulina más delicada y que contendrá el mensaje de salutación.
2. Tarjetas «interminables». Las neverending cards se utilizan mucho en los últimos tiempos. Mediante la combinación de varias piezas de cartulina dobladas y pegadas de manera especial, se logra el efecto de una tarjeta que se abre y se despliega una y otra vez, «sin fin» (de ahí su nombre). Su elaboración no es en absoluto tan difícil como puede parecer al ver el resultado final. Los únicos materiales necesarios son cuatro rectángulos de cartulina del mismo tamaño y cuyo largo sea el doble que su ancho, pegamento, un lápiz y una regla. Lo demás es seguir los pasos que indica este tutorial e inspirarse al momento de escribir y decorar los mensajes.
3. Tarjetas 3D. Como su nombre indica, son tarjetas que no se quedan en las dos dimensiones del papel, sino que incluyen alguna figura en su interior que, al abrirse, permite apreciar un relieve. En general, se realizan con figuras de cartulina, que se pliegan y se adhieren al interior; en esta época, por lo general, es un árbol de Navidad. Un ejemplo de tarjeta 3D navideña es el que se explica en este vídeo.
4. Tarjetas pop-up. También son 3D, pues «se salen» de las dos dimensiones, pero son algo más complejas. A diferencia de las anteriores, el cuerpo principal de la tarjeta está compuesto por dos pliegos de cartulina del mismo tamaño. El que queda del lado externo hace las veces de tapas, mientras que el del lado interno se recorta o troquela y se dobla de distintas formas para dar la forma deseada: figuras o mensajes escritos. También en este tipo de tarjetas hay diferentes grados de dificultad, desde un texto simple (como el que se aprecia en este vídeo, en el que la tarjeta no es navideña pero permite entender su confección), hasta este otro algo más complicado. Aquí, incluso, hay ejemplos tanto de 3D como de pop-up.
Las tarjetas pop-up, «squash» o «hinchables» generan un agradable efecto sorpresa en la persona obsequiada
5. Tarjeta «squash». Se llaman así porque la palabra inglesa squash se puede traducir por «apretado» o «abultado». Consiste en una tarjeta que, cuando está plegada, se ve como un simple cuadrado de cartulina, pero al desplegarse aparece con una forma muy curiosa y original. Al igual que con la tarjeta interminable, su confección parece muy complicada cuando se ve el producto final, pero en realidad es bastante sencillo. Hay que recortar tres cuadrados de cartulina del mismo tamaño y, luego, doblarlos y pegarlos entre sí de la manera en que se detalla en este tutorial. Después, como en los demás casos, dejarse llevar por la imaginación para dar a la tarjeta una decoración original y divertida.
6. Tarjeta «hinchable». Este tipo de tarjeta es en especial atractivo, porque, además de original, requiere la participación de quien la recibe como regalo. Es incluso más fácil de hacer que las anteriores, ya que no exige pegar y casi tampoco recortar. La clave está en el modo de doblar el papel, tal como se explica en este vídeo. La persona obsequiada debe soplar para inflarla y poder ver el mensaje escrito en su interior. El efecto de leer algo escrito en la parte interior de un cubo de papel plegado de forma tan artesanal se asemeja al de observar una miniatura construida dentro de una botella.
Los marcapáginas son una muy buena alternativa a las tarjetas navideñas. Pueden ser rectangulares o reproducir con su forma la silueta de alguna figura representativa de las fechas, como un pino, el gorro de Papá Noel, etc. Es recomendable que los marcapáginas no sean demasiado gruesos, para que no resulten incómodos ni afecten el estado del libro en cuyo interior se encuentren.
Existen, de todos modos, variantes a los marcapáginas tradicionales. La más común es la que, en lugar de ser una pieza que solo se introduce entre las hojas del libro, consiste en un pequeño “sobre” con forma de triángulo, con el cual se envuelve el extremo superior de la página en cuestión. Ese sobre se obtiene al plegar de forma especial un pequeño cuadrado de papel o cartulina, como se detalla en el sitio Somewhat Simple (está en inglés, pero las imágenes permiten entenderlo sin problemas). Luego, como siempre, queda en la propia creatividad toda la decoración con que se desee personalizar esta pequeña pieza, que puede constituir un regalo simple, muy económico y con mucho encanto.