Después de los planes y los preparativos, llega por fin el día de Nochebuena, y siempre quedan cosas por terminar, sobre todo, cuestiones relacionadas con la decoración. A continuación se enumeran algunos trucos y claves para cuidar que todo esté en su lugar: el orden en toda la casa, también en el recibidor y los pasillos; las guirnaldas y otros adornos para las paredes; cómo conseguir una mesa acogedora; e incluso organizar algunas sorpresas para los comensales.
El orden en toda la casa
A veces, los preparativos de una comida o una cena especial, como son las de Navidad, hacen que se ponga especial cuidado en el acondicionamiento del salón o el comedor, pero que se descuiden otros espacios, como el recibidor o los pasillos. Sin embargo, si al llegar a casa la primera impresión que se obtiene es de desorden, es posible que la predisposición con la que se afronte la velada no sea la mejor.
Los típicos colores navideños, el rojo, el verde y el dorado, también representan la buena fortuna y la abundancia en el feng shui
El feng shui aplicado a la Navidad procura eso: evitar que haya obstáculos en los lugares de paso, la contaminación visual y, en general, el desorden. Un sitio en equilibrio favorece la relajación y anima a vivir la ocasión con buen humor. Con el mismo fin también conviene que no haya -siempre que sea posible- objetos asociados con momentos negativos o tristes.
Y mucho mejor si el acceso al hogar genera la sensación de dar la bienvenida a quienes llegan desde fuera. Para ello, además de que el recibidor y los pasillos estén despejados y ordenados, es muy propicia la calidez que generan algunas luces suaves que no deslumbren; arreglos con colores navideños, como el rojo, verde y dorado, que en el feng shui, además, representan la buena fortuna y la abundancia; y buen aroma, que puede provenir de velas, flores o inciensos encendidos.
Guirnaldas y adornos en las paredes
Muchas personas disfrutan mucho más de la Navidad si la pasan con niños, porque ellos aportan fantasía e inocencia y hacen que el momento de los regalos sea mucho más especial. Pero la aportación de los pequeños puede ir mucho más allá también en la decoración del hogar.
Es posible preparar guirnaldas y otras manualidades para adornar puertas y paredes de forma casera y artesanal, con objetos cotidianos y de bajo coste, o bien reutilizando materiales.
Los adornos que más ilusión hacen a los niños son los relacionados con Papá Noel y los regalos, de modo que se entusiasman al confeccionar los típicos calcetines o gorros. Para esto se pueden emplear piezas de fieltro, paño u otros tejidos, y hasta reutilizar prendas propias que ya no se usen.
Otra alternativa es preparar coronas navideñas con CD, piñas u otros productos naturales.
La decoración navideña puede incluir también dibujos coloreados por los pequeños. En Internet hay muchas páginas donde conseguir dibujos navideños y de muchos otros motivos para imprimir y pintar.
Una mesa acogedora
En torno a la mesa es donde se pasan la mayoría de las horas en las fiestas de Navidad. Por eso, conviene hacer de ella un sitio acogedor. Esto se puede lograr con variados recursos.
Las vajillas pueden ser de muchos tipos, pero un simple juego de platos blancos es perfecto para la ocasión. El color lo aportarán los manteles individuales y los centros de mesa.
Una opción interesante es la de incluir tiras de LED sobre la mesa, aunque con cuidado de que no deslumbren ni resulten invasivas
Existen muchas variantes para los centros de mesa, que van desde el uso de velas de diversos tamaños, hasta adornos diseñados en principio para puertas, pasando por los que se logran con la introducción en un recipiente de cristal de objetos de lo más variados (bolas del árbol de Navidad, terrones de azúcar, piñas, rocas u otros productos naturales, etc.). También se pueden componer centros de mesa de estilo rural, con hojas o pastos secos, ramas de árboles y frutas, o con estilo marino, con caracolas, conchas o piedras de colores en un recipiente de cerámica o mimbre.
Una opción interesante es la de incluir luces en la propia mesa, como una tira de LED que serpentee entre los platos. El resultado es bonito, pero se debe evitar que resulte demasiado recargado o invasivo. Lo más apropiado es que sean luces tenues, de un solo color o, en todo caso, que queden algo ocultas por los centros de mesa u otros objetos.
Una idea que siempre resulta muy agradable, y garantiza buenos momentos, es preparar sorpresas para las personas con las que se comparte la mesa en las comidas y cenas navideñas. Pueden consistir en obsequios materiales, pero también de otro tipo.
Una propuesta es elegir música especial para la ocasión: organizar una selección con las canciones favoritas de los demás comensales o con temas cuya letra aluda a esa persona o a una circunstancia en particular (embarazos, bodas, final de carrera, etc.).
Otra variante es elaborar unos “cheques regalo” con distintos valores, como un abrazo, un paseo juntos, una comida hecha en casa, etc. Estos obsequios los puede hacer todos una misma persona, o bien plantearlo como un juego y que cada comensal elija una tarjeta al azar y luego la regale a quien prefiera, etc. Para ello, se puede recurrir a juegos de mesa sencillos, que permitan la participación de todos. Se trata de una forma sencilla de vivir una Navidad diferente.