La decoración del cuarto de baño es tan importante como la de cualquier otra estancia de la casa. Cuando se habla de austeridad, no se la debe confundir con pobreza o escasez: el objetivo consiste en lograr un espacio despejado pero con estilo. La clave está en las tonalidades predominantes, en la manera de combinar los colores y en que la presencia de muebles sea la menor posible.
En el baño los colores que predominan por lo general son el blanco o las tonalidades claras, como el amarillo o el gris, tanto en los azulejos de las paredes como en los suelos, los sanitarios (taza del váter, lavabo, bidé, bañera, etc.) y los muebles. Esta es la primera clave para alcanzar un entorno de austeridad con estilo: que haya uno o a lo sumo dos colores que predominen como fondo en este espacio.
Se puede apelar a un tercer color, más fuerte o llamativo -como pueden ser el rojo o el azul-, que añada un toque decorativo y destaque ciertos puntos, como la roseta de la ducha, las cenefas en las paredes, las asas de las puertas de los muebles, etc. En este caso, lo importante radicará en las combinaciones: cuidar que el tono del color sea el mismo y no abusar de él.
El mobiliario en el cuarto de baño
Los muebles en el cuarto de baño conviene reducirlos, dentro de las posibilidades, a su mínima expresión. Los hogares modernos suelen dedicar una superficie muy pequeña a esta estancia, y en general no nos sentimos cómodos en lugares demasiado pequeños. Debido a ello, los tonos claros, que resaltan la luminosidad de los espacios, son importantes para crear la sensación de mayor amplitud, pero también cobra relevancia que no haya demasiados muebles apoyados en el suelo o colgados de las paredes.
Por eso, el consejo es dejar fuera -en alguna despensa o espacio destinado a ello- todo lo que no sea imprescindible guardar en el cuarto de baño: toallas, productos de cosmética, botiquín, reservas de papel higiénico, etc.
En la zona del lavabo conviene evitar cualquier sensación de agobio por falta de espacio
En particular, el área que debe estar despejada es la del lavabo. Es la parte más transitada del cuarto de baño (si solo una visita tiene el único objetivo de lavarse las manos, es ese el único lugar que se ocupa) y por ello tiene la prioridad a la hora de generar comodidad y evitar cualquier sensación de agobio por falta de espacio.
El espejo, por su parte, para contribuir con la austeridad, deberá carecer de marcos abigarrados y de cualquier aditamento que recargue su aspecto. En cuanto a las luces, ha de procurarse una correcta iluminación con el menor número posible de focos.
Los sanitarios suspendidos -es decir, váter y bidé (y también muebles) empotrados en la pared y sostenidos sin tocar el suelo- han dominado la tendencia en los últimos años en lo que a cuartos de baño minimalistas y austeros se refiere. A su manera, llevan un grado más allá la idea de dejar el mayor espacio posible libre en la estancia. Aunque exigen que el resto de la decoración esté a tono con su modernidad, constituyen una alternativa de diseño muy interesante para tener en cuenta.