Cuando las pequeñas dimensiones de un jardín, o la falta del mismo, impiden tener un estanque de tipo tradicional, es posible fabricar uno en miniatura que ocupe poco espacio. Basta con una maceta, un recipiente de plástico o un barril de madera para tener un jardín acuático en la terraza, el balcón o el porche.
Recipientes adecuados
Si el estanque tiene como base un recipiente de madera, ha de impermeabilizarse con una lámina de plástico en su interior. Lo mismo ocurre en el caso de los depósitos metálicos. Por lo que respecta a las macetas de arcilla o terracota, éstas deben tener el interior vidriado.
Además, las paredes del receptáculo elegido han de ser gruesas para garantizar una temperatura constante del agua.
Se puede instalar un elemento acuático que asemeje ser mayor de su tamaño real mediante la colocación de recipientes adicionales.
Cuidados y mantenimiento
Una vez elegido el receptáculo, hay que disponer las plantas. Para ello, la opción adecuada son cestas o tiestos enrejados forrados con arpillera. Hay que tener en cuenta las exigencias de cada tipo de planta con respecto a la profundidad del agua. Algunas necesitan una profundidad de 30 a 40 centímetros de agua, por lo que se pueden plantar en el sustrato del fondo de la tina.
Colocadas las distintas especies en el sustrato (especial para plantas acuáticas) de las cestas, se rellena la superficie de éstas con grava para que la tierra no se derrame o caiga de la misma. Si se quieren crear diferentes niveles o alturas, basta con colocarlas sobre ladrillos o tiestos invertidos.
Durante el otoño se deben retirar las plantas más sensibles para que hibernen
A continuación, se cubre el sustrato de la base de la tina con grava y grandes guijarros. Para evitar que estos se agiten al llenar la tina con agua, hay que meter en la misma un cubo en el que se introducirá la manguera de modo que el agua rebose por el caldero y se anule así la presión del agua.
Si el agua del grifo es muy caliza (dura), se puede mezclar con agua de lluvia para descalcificarla y que alcance un pH de entre 6 y 7.
Cuándo plantar
Respecto a la época idónea para plantar en un estanque, ésta va desde principios de mayo a finales de junio.
Al principio se pueden formar depósitos de algas, sobre todo con temperaturas muy cálidas. Si esto sucede, basta con retirarlas tan a menudo como sea necesario. También hay que eliminar las plantas parásitas y las marchitas.
Durante el otoño se deben retirar las plantas más sensibles para que hibernen. Si el tamaño del recipiente lo permite, se puede transportar todo el conjunto a un lugar libre de heladas.
También hay que tener en cuenta que las plantas acuáticas necesitan al menos entre cuatro y seis horas de sol diarias.
Por último, si es posible, cuando las plantas se hayan aclimatado se pueden introducir peces al final de primavera o al comienzo del verano, ya que el agua está a la temperatura adecuada.
Las plantas acuáticas se clasifican en flotantes, oxigenadoras, de ribera o palustres y de aguas profundas. Todas ellas tienen en común la necesidad de una gran cantidad de agua en sus raíces para vivir. Las menos apropiadas para este tipo de estanque son las oxigenadota, ya que no aporta ningún valor decorativo.
Las de aguas profundas como la flor de loto o los nenúfares, cuyas hojas flotan en la superficie, tienen, en cambio, las raíces en la zona más profunda del estanque.
Las flotantes, como su indica, flotan en la superficie mientras sus raíces están sueltas dentro del agua. Entre las más decorativas figuran la lenteja, la lechuga, el helecho y el jacinto de agua.
Respecto a las plantas de ribera o palustres, se plantan en los bordes del estanque, en aguas poco profundas, con cinco a diez centímetros de agua sobre el nivel del cuello.