En las tardes y noches de verano es posible deleitarse al aire libre en espacios exteriores, como balcones, patios y terrazas, con la calidez y la relajación que brinda la luz de las velas decorativas que adornan estos lugares. En el presente artículo se destacan las posibilidades de disfrutar de terrazas y balcones iluminados por velas, y el gran valor decorativo que estas otorgan. Además se recuerdan las medidas esenciales para garantizar la seguridad al utilizarlas.
Terrazas y balcones iluminados por velas
Durante el verano, la terraza y el balcón se convierten en sitios especiales. Son una especie de refugio donde buscar algo de fresco, sobre todo al caer la tarde y durante la noche, tras las altas temperaturas del día. Por eso, muchas cenas o momentos de relajación transcurren en estos lugares al aire libre. La colocación de velas precisamente contribuye a esa relajación y hasta puede constituir la iluminación principal para algunos momentos.
Los espacios exteriores se alumbran de forma parcial, con el objetivo de crear ambientes relajados
El objetivo principal de la iluminación de la terraza o el patio no es otorgar una claridad total, como ocurre en los espacios interiores, sino alumbrar de forma parcial. Por eso, en general se usan lámparas de iluminación localizada sobre la mesa u otros objetos, o situadas para que alumbren a contraluz o desde abajo. Este tipo de luces son propicias para crear ambientes relajados.
Es posible combinar algunas de esas lámparas con la luz de velas decorativas, y también, en determinados momentos, apagar todas las lámparas eléctricas y dejar solo las velas. Uno de los factores que también pueden resultar determinantes en este sentido es la cantidad de luz artificial que la terraza reciba de la calle o de viviendas vecinas. No es lo mismo el patio de una casa de pueblo que un balcón en el centro de una gran ciudad.
Las velas y su valor decorativo
La iluminación con velas tiene un valor decorativo en sí misma, sin que haga falta adornarlas de modo especial. Pero las velas se pueden «vestir» de fiesta, acompañadas sobre todo por productos naturales: hojas, flores secas, piedras, conchas de mar, etc. También se puede recurrir a un centro de mesa, que cuente con una o varias velas y que, de manera sencilla, se pueda transportar de un sitio a otro, tanto en el interior como en espacios exteriores de la casa.
Algo que brinda una especial belleza a las velas, y que además protege la llama de las corrientes de aire, es ponerlas dentro de botes o recipientes de cristal. Estos botes facilitan la decoración, ya que basta con meter otros elementos en su interior -junto a la vela- para lograr bonitas combinaciones. Pueden ser objetos de lo más variados, como arena, botones, corchos y hasta agua, si se cuenta con velas flotantes.
Muchas velas encendidas generan efectos visuales muy atractivos, mientras que unas pocas favorecen la calidez y la intimidad
Las velas se pueden colocar en distintas ubicaciones: en una mesa que ocupe el centro del espacio, sobre algún mueble ubicado en un costado, sobre la barandilla del balcón, en el suelo, etc. Si lo más importante es su valor decorativo, se debe procurar que proporcionen una iluminación mínima: si toda la luz proviene de una vela situada a espaldas de una persona, es posible que esta se sienta algo incómoda.
La cantidad de velas también es importante. Un buen número de velas encendidas, distribuidas en una estancia, genera efectos estéticos muy atractivos y, como es lógico, mayor cantidad de luz. Si se busca crear un espacio de mayor intimidad y relajación, conviene colocar pocas velas, o una sola, en sitios estratégicos, para que den una luz tenue y discreta.
Manipular fuego siempre entraña un riesgo. Por eso se debe prestar atención para evitar que las velas queden cerca de cortinas u otras telas o materiales inflamables de la casa, así como, al estar en el exterior, cuidar que la llama no pueda encender la rama de un árbol ni ningún otro elemento que pudiera derivar en un incendio. También hay que asegurarse de apagarlas bien cuando se dejan de usar. Además, se debe tomar la precaución de que queden fuera del alcance de niños pequeños y mascotas.
Un correcto cuidado de velas, portavelas y centros de mesa no solo permite prevenir incendios y accidentes domésticos, sino además, prolongar la vida útil de estas piezas decorativas, para que se puedan emplear en ocasiones posteriores.