Las verjas cumplen la doble función de delimitar áreas en el jardín y brindar seguridad y privacidad al interior de la casa. Para ello, se emplean desde las clásicas rejas de hierro forjado hasta modernos paneles de cemento. De sus características depende, además, gran parte del estilo de la decoración de este espacio verde. Este artículo detalla las características de las verjas que delimitan el jardín, los materiales en que se construyen y sus usos para separar espacios dentro de un mismo terreno. Además, se refiere a la utilidad de los setos, auténticos muros naturales.
Verjas que delimitan el jardín
Las verjas colocadas alrededor del jardín se utilizan para demarcar los límites del hogar e impedir el acceso a través de lugares que no sean la puerta de entrada. Su diseño más tradicional consta de barras verticales, que no se pueden escalar, a menudo terminadas en punta en la parte superior para desanimar a quienes pudieran intentar saltarlas.
Las verjas tradicionales son de hierro forjado, de gran altura y por lo general se ven en casas grandes y antiguas
Con frecuencia, a este esquema básico se añaden adornos, como pequeñas piezas que se unen a cada barra en el centro o cerca del extremo, curvas que forman dibujos simétricos, etc. Estos detalles convierten a las verjas y vallas en auténticas piezas decorativas, que dotan de personalidad al jardín y lo convierten en un elemento con el cual este espacio puede ganar en originalidad.
Las verjas tradicionales están elaboradas en hierro forjado y son de gran altura (pueden alcanzar los 2 metros). Coronan, en general, los jardines de las casas más grandes y antiguas.
En la actualidad, estas piezas se usan poco, debido a que son muy costosas, y se reemplazan por otras fabricadas con metales más económicos. Su apariencia es de un estilo más moderno, pero un acabado especial de pintura puede recrearse el aspecto de la herrería antigua.
Materiales de las verjas del jardín
Las rejas de metal, fabricadas con varillas de perfil cuadrado, son las más usadas por su resistencia y durabilidad. Admiten una gran cantidad de diseños, que se adaptan al estilo de cada jardín, y se pueden pintar con frecuencia para renovar su color y aspecto general.
Las verjas también se usan para proteger plantas, marcar senderos o resguardar zonas del tránsito de mascotas
A menudo se emplean también vallas de madera, que dan un toque decorativo menos rígido y más ameno que las verjas de metal. La madera utilizada requiere un tratamiento protector para resistir las condiciones del exterior y, de todos modos, es menos duradera que el metal. Una ventaja es la aislamiento sonoro que proporciona, inexistente en el caso de las verjas de hierro.
Otro material económico y de alta resistencia es el cemento. Con él se fabrican placas que se instalan en el perímetro del jardín. Por su apariencia, estos paneles solo combinan bien con jardines de estilos modernos o contemporáneos. Para quitar uniformidad y dar calidez al conjunto, se recomienda colocar cerca luminarias y canteros fabricados también en cemento y dejar entre las placas rendijas de hasta 10 centímetros, para que pueda fluir la luz natural.
Verjas para dividir espacios en el jardín
Las verjas no solo son útiles para rodear el perímetro externo del jardín y de la casa, también se instalan en su interior para delimitar distintos espacios. En este sentido, mediante unas vallas de baja altura, se protegen plantas que requieran cuidados especiales, se marcan senderos o se resguardan zonas del tránsito de las mascotas.
Si se opta por destinar una porción del jardín a cultivar una pequeña huerta, las vallas también sirven para asegurar que los animales (si los hay) no dañen las plantas ni las contaminen con sus heces. En estos casos también es posible emplear, como material para las vallas, alambres normales o de espinos. Su aspecto más rústico no desentona con la huerta a la que protege. Lo que sí es preciso es tener en cuenta que la distancia entre los alambres impida el paso de los animales.
Existen numerosas especies de arbustos y árboles pequeños con los que se pueden crear setos vivos. Sus ramas y hojas perennes crecen de forma tan apretada que permiten establecer auténticos cercos naturales en el jardín. Para realizar estos setos, los pasos son sencillos: plantar el arbusto, podarlo durante su crecimiento para darle forma hasta que alcance la altura deseada y luego darle mantenimiento de jardinería. Se requiere, por supuesto, paciencia.
Otra variedad natural, efectiva para cerrar espacios interiores en el jardín y crear senderos para personas y mascotas, la constituyen los entrelazados de brezo. Con este sencillo material se consigue dar al jardín un efecto decorativo adecuado para múltiples estilos, tanto rústicos como modernos.