Las molduras de escayola, las cenefas autoadhesivas o las vigas falsas son los ornamentos más frecuentes en la decoración de los techos. Para quienes desean crear un ambiente especial o dotar de un toque original a la vivienda, existen varias alternativas. En el caso de las vigas, son muy empleadas para recrear ambientes rústicos, gracias a su fácil colocación y un mantenimiento poco exigente.
Las vigas de poliuretano son una opción más económica, que aguanta mejor la humedad y los cambios de temperatura
Estas falsas vigas pueden ser de poliéster, escayola, pladur, fibra de vidrio o poliuretano, entre otros materiales. Generalmente, las últimas son las más empleadas para imitar a las tradicionales vigas de madera ya que, al ser sintéticas, aguantan mejor la humedad y los cambios de temperatura. Su deterioro es prácticamente nulo, al contrario de lo que ocurre con materiales vivos como la madera.
Por otro lado, las vigas de poliuretano son una opción más económica, ya que este material es una resina sintética que se obtiene a partir de poliésteres y, además, suelen ser huecas. Esto hace que resulten muy útiles para tapar grietas de los techos o esconder cables. Lo que no es aconsejable por su ligereza es colocar focos de luz incrustados en las vigas. A veces, no soportan bien el peso.
Cómo fijar las falsas vigas
Para fijar las falsas vigas al techo existen varias posibilidades. Se pueden emplear abrazaderas ajustables para garantizar un agarre seguro, tirafondos o tornillos adecuados para insertar en el techo o masillas y productos adhesivos específicos. También existen bridas decorativas de poliuretano que imitan a las originales de hierro o madera y se fijan fácilmente con cola. Son muy prácticas para ocultar el encuentro entre dos vigas.
Cada viga debe contar con varios puntos de sujeción y, si es muy pesada, se puede emplear una silicona especial para fijarla
Respecto a la colocación de las vigas, la primera que se instala es la que ocupa el centro. A partir de ella, se marcan los lugares en los que se fijarán el resto de vigas, que han de quedar distribuidas de manera regular para dar un aspecto natural. Cuando la longitud de las vigas es superior a la que se dispone para colocarla en el techo, hay que cortar la parte sobrante con una sierra.
Es conveniente que cada viga cuente con varios puntos de sujeción: uno en el centro y el resto distribuidos a lo largo de la superficie. Si la viga es maciza o pesada, es adecuado emplear además una silicona especial para fijarla. En este caso, hay que tener cuidado al pegarla, ya que se pueden producir burbujas de aire si se hace muy rápidamente.
Este tipo de vigas resisten muy bien el fuego, son más económicas que las de metal y su ligereza permite transportarlas con facilidad
El poliuretano también se puede emplear para construir vigas decorativas de aspecto metálico. Una alternativa a los modelos que imitan la madera, que resulta más apropiada para conseguir ambientes modernos, tipo loft. Incluso se fabrican vigas de aluminio o con aspecto oxidado, para dar un mayor toque de realismo. Las ventajas de estos productos frente a los originales, es que consiguen el mismo efecto, pero son más ligeros, por lo que su colocación es también más sencilla.
Otras características son que resisten muy bien el fuego, son fáciles de transportar (pesan entre cuatro y seis kilogramos) y cuestan menos que las originales de metal. En cuanto al acabado, se pueden encontrar en brillo, mate o tonos envejecidos y admiten varias tonalidades para que puedan combinarse con el resto de la decoración de la casa.