Los visillos permiten el acceso de la luz natural y aportan intimidad. Por ello, utilizados solos o combinados entre sí, con cortinas o estores, son una excelente alternativa. Fabricados con telas y materiales sintéticos ligeros, facilitan diseños modernos y atractivos. Incluso se pueden colocar a media altura para que resten visibilidad, a la vez que permiten aprovechar al máximo la luminosidad exterior.
Los visillos: intimidad y luz
Los visillos representan una ventaja inestimable en relación con las cortinas corrientes: dejan pasar una gran cantidad de luz natural a la estancia donde se colocan. Esa capacidad, que no anula su función de impedir las vistas desde fuera y, por ende, de aportar intimidad, es el principal valor de estos accesorios. Son válidos tanto para el salón como para el dormitorio, así como para cualquier otro espacio de la casa donde se desee aprovechar la luz del día.
Existe la alternativa de combinar el uso de visillos con cortinas más gruesas o estores, de manera que sea posible regular el acceso de luz. En ese caso, la capa más cercana al cristal de la ventana la constituirá el visillo. Luego se colocará la cortina gruesa. Mientras esta última deja pasar poca luz e inhabilita las vistas, si se descorre y se deja solo el visillo, se tendrá la posibilidad de observar desde dentro hacia fuera, pero no al revés. También es posible superponer dos visillos, lo cual otorga nuevas variantes y combinaciones.
Cuanto más gruesa y oscura es la tela del visillo, permite pasar menos luz y dificulta más la visión
En general, los visillos están confeccionados con telas muy finas, como hilo, lino, tul u organza. También los hay elaborados con materiales y fibras sintéticas, e incluso, hay visillos de diseños especiales y modernos, creados sobre la base de tiras de plástico transparente. Los más corrientes, de todos modos, son los de telas ligeras. El grosor de la tela, así como su color, dependerán del gusto de quien la elija, aunque deberá tener en cuenta que ambos factores influyen en la cantidad de luz que dejan pasar y en el grado de visibilidad que otorgan (cuanto más gruesas y oscuras, menos luz dejan pasar y más dificultan la visión).
Diseño y estilo de los visillos
Dado que uno de los principales objetivos de los visillos es dejar pasar la luz natural, suelen estar confeccionados con colores claros (blanco, amarillo, beis, etc.). Los diseños, además, tienden a la sencillez: por lo general, son lisos. En ciertos casos, incluyen algunos motivos que se repiten sobre su superficie. La tendencia indica que esos motivos son, a menudo, vegetales (dibujos de hojas, flores, ramas, etc.). El color de estos motivos dependerá de la mejor combinación con el estilo del resto de la estancia: si hay contrastes marcados, podrán ser de algún color intenso, como verde o rojo; si todas las tonalidades siguen la misma línea, convendrá no salirse de los tonos claros o el pastel.
Si se utiliza poliéster con un entramado irregular, se puede obtener una textura muy parecida al papel o al pergamino
También pueden contar con rayas o franjas verticales, un diseño con reminiscencias clásicas, pero que se renueva en la actualidad con tonos más modernos. Por lo general, las franjas alternan el blanco con algún color claro.
Puesto que a menudo la tela con la cual se elabora el visillo es muy ligera, se realiza un dobladillo en la parte inferior, de manera que le aporte peso y le ayude a mantener sus líneas verticales rectas. Esta labor no exige mayor cuidado, excepto cuando el diseño incluye las mencionadas rayas o franjas verticales: en este caso, sí hay que tomar precauciones para que las líneas coincidan entre sí al coser el doblez.
Variantes para visillos modernos
Una moda de los últimos años impone el uso de cortinas largas. Al estar realizadas con un material grueso, la tela no queda arrugada en la parte inferior, sino que parecen «arrastrarse» y aumentar el volumen. Las líneas quedan algo inclinadas, en vez de verticales, y el efecto óptico es positivo. Esta tendencia se ha «exportado» a los visillos, en los que también hacen falta ciertas condiciones: la tela no puede ser de las más finas y livianas, sino que se necesitará algodón o un material de textura similar para que quede bien.
Otro toque de modernidad puede aportarlo el diseño del visillo. Es posible realizarlo con tiras finas de plástico. Otra alternativa es utilizar una tela de poliéster con un entramado irregular, con la cual se obtiene una textura muy parecida al papel o al pergamino. En una estancia con bibliotecas o una buena cantidad de estantes con libros, el resultado de la combinación puede ser excelente.
Si se cuenta con ventanales muy amplios, no es imprescindible que los visillos o las cortinas los cubran en su totalidad. En ventanas o puertas acristaladas de unos dos metros de altura, se puede cruzar una barra a una altura de 1,70 metros y que el visillo cuelgue de ella. Así se impide la vista de un lado al otro. De tal forma, la franja superior de 30 centímetros que quede descubierta permitirá la entrada de la luz natural en la estancia sin limitaciones.