La actual crisis económica y financiera provocará una reestructuración del sistema bancario español, según afirmó ayer el gobernador del Banco de España, quien reconoció que el mayor impacto en los balances y cuentas aún está por venir a causa del repunte de la morosidad, el encarecimiento de la financiación y el recorte del negocio.
«Como nacionalicemos los sistemas financieros, algo que ya está ocurriendo en cierta medida, el desastre puede ser equivalente al de la Gran Depresión», aventuró Fernández Ordóñez
Durante su comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso, Miguel Ángel Fernández Ordóñez explicó que el sistema bancario español ha demostrado «su solidez y solvencia» en los 20 meses transcurridos desde el surgimiento de la crisis financiera internacional. «Pero eso no significa que sea inmune», alertó. Si alguna entidad entra en dificultades, «el Banco de España actuará como siempre: con el objetivo de que ni los depositantes ni los acreedores se vean en absoluto afectados y, por supuesto, con discreción y profesionalidad».
El gobernador apuntó que la fórmula más adecuada de rescate bancario pasa por acudir al Fondo de Garantía de Depósitos. «El Banco de España tiene una tradición bastante positiva de resolver este tipo de problemas, y tiende a buscar soluciones privadas, sin poner dinero público», aseveró. No obstante, recordó que el Gobierno ha dejado abierta la posibilidad de una recapitalización de entidades con dinero público «porque cerrar la puerta al posible uso de medidas de este tipo en algún momento no parecería una actitud prudente». Por eso precisó que «una recapitalización puede ser útil si hace falta para salvar a una entidad, pero debe ser temporal y condicionada».
La clave, según el gobernador, es que las familias recuperen la confianza en su futuro y que las empresas generen empleo
Lo que sí rechazó Fernández Ordóñez fue las nacionalizaciones bancarias. «Como nacionalicemos los sistemas financieros, algo que ya está ocurriendo en cierta medida, el desastre puede ser equivalente al de la Gran Depresión», aventuró.
Menos crédito
De noviembre a enero, el crédito neto a empresas y familias apenas creció el 2,1% en comparación anual, y esa tasa seguramente incorpora líneas de préstamo a las compañías que no serán renovadas a su vencimiento. El gobernador del Banco de España, que aportó este dato, dio a entender que la restricción crediticia irá a más porque bancos y cajas «sobrerreaccionan» ante el clima económico de recesión -hasta exagerar los riesgos de los prestatarios- y porque las dificultades de financiación mayorista y las exigencias de capital limitan la capacidad de asumir riesgos.
Fernández Ordóñez consideró «un error» creer que la salida de la crisis depende exclusivamente de la concesión de más créditos. A su juicio, la clave es que las familias recuperen la confianza en su futuro y que las empresas generen empleo. Y para que bancos y cajas abran de nuevo el grifo de la financiación, abogó por la aportación de garantías del Estado a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO).
La Comisión Europea presentó ayer las nuevas propuestas (36 en total) que ha elaborado un grupo de expertos, dirigido por el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Jacques Larosière, para mejorar la regulación de los mercados financieros y evitar que se reproduzcan crisis como la actual.
El grupo presidido por Larosière pretende potenciar considerablemente las competencias de los denominados Comités de Nivel 3 ya existentes, es decir, las autoridades europeas bancaria, de seguros y de valores. A su juicio, estos comités deberían tener, entre otras funciones, capacidad de arbitrio en caso de discrepancias entre reguladores nacionales, imponer estándares de supervisión y decisiones de carácter técnico sobre instituciones concretas, vigilar y supervisar las actuaciones de los colegios de reguladores, y autorizar y supervisar las actuaciones de ciertas instituciones que operan a escala comunitaria, como las agencias de calificación y ciertas infraestructuras post-comerciales.
En este esquema, los reguladores nacionales continuarían supervisando el día a día del sector financiero y se crearía una institución, el Consejo Europeo de Riesgos del Sistema que estaría compuesto por los miembros del Sistema Europeo de Bancos Centrales, los presidente de los Comités de Tercer Nivel y la Comisión Europea, con cometidos de supervisión macroeconómica, del que emanarían “alertas tempranas” para toda la estructura supervisora.
De forma paralela, el Ejecutivo comunitario hizo públicas las directrices para la profundización en el saneamiento del sector financiero, en la que figura la adquisición, con fondos públicos, de los denominados “activos tóxicos”. El esquema comunitario prevé el reconocimiento previo, por las instituciones financieras, del grado de exposición a dichos activos con pleno detalle. Habrá una identificación coordinada de los “activos tóxicos” y de su valoración.