Los fondos de inversión protegen los ahorros, en especial durante los tiempos malos para las finanzas. Al suscribir un fondo de inversión se pretende obtener el máximo rendimiento del patrimonio. Pero, además, los fondos de inversión ofrecen otras fórmulas para proteger el dinero: desde combinarlos en un mismo producto hasta diversificar la inversión para mantener su rendimiento. Las estrategias que pueden emplearse son muchas. En este artículo se desgranan las cuatro claves para aprovechar los fondos de inversión al máximo y potenciar su rentabilidad.
Fondos de inversión: ¿cómo cuidan tu dinero?
Los fondos de inversión piden fijar el perfil de la inversión: plazos, nivel de riesgo y aportaciones. Estas variables serán determinantes para preservar los ahorros.
Pero ahorrar estará favorecido por el cambio de actuación en los hábitos de inversión. Y, en otras ocasiones, gracias a la selección de los fondos de inversión adecuados.
1. Fondos de inversión diversificados
Diversificar es la vía más efectiva para ver crecer los ahorros con los fondos de inversión. Esta estrategia se fundamenta en la elaboración cuidada de una cartera de fondos en la que estén representados la mayoría de los activos financieros: fondos de renta fija, variable, alternativos, etc.
Esta actuación logrará contrarrestar la mala evolución de algunos de ellos, a través de la elección de los mejores modelos de gestión en cada ocasión. Puede que no se logre un rendimiento espectacular a los ahorros invertidos, pero al menos se estarán eliminando muchos riesgos en la exposición hacia estos productos.
2. Invertir sin riesgo
La mejor manera de invertir sin riesgo es evitar la exposición a los mercados más volátiles con mayores incertidumbres en su evolución. De esta forma, la presencia de fondos emergentes o de renta fija de baja calidad deberán estar limitados a una mínima parte de la inversión y con una toma de posiciones en los mercados bursátiles muy selectiva, que irá en función del comportamiento de sus principales índices.
De cualquier modo, conviene optar por varios modelos de gestión en la renta variable, si es posible complementados para rentabilizar los ahorros. También conviene reducir la entrada a los bonos más problemáticos, una actuación necesaria para dar estabilidad a los ahorros invertidos.
3. Combinar renta fija con variable
Esta línea de actuación logra formalizarse a través de los fondos de inversión mixtos. Es una forma de abrir posiciones en las bolsas de todo el mundo, pero protegiendo los ahorros por medio de la renta fija e, incluso en ocasiones, por los formatos alternativos.
Hay infinidad de modelos que garantizan esta estrategia de inversión. Algunos de ellos están diseñados para un perfil donde prima la seguridad de los ahorros: en escenarios alcistas no serán los que más tiren al alza por su rentabilidad, pero al menos habrá más seguridad de que no sufrirán pérdidas espectaculares.
4. Fondos de inversión flexibles
Las inversiones flexibles son determinantes para conseguir los anhelados deseos del pequeño inversor. Los fondos deben basarse en modelos que puedan amoldarse a todas las situaciones de los mercados financieros. Como consecuencia de esta actuación, los ahorros podrán aprovechar todos los escenarios posibles, desde los marcadamente alcistas a los recortes en su cotización.
Uno de los ejemplos más claros para entender esta fórmula son los fondos de retorno absoluto, ya que permiten ganar dinero con la Bolsa a la baja, a contracorriente de los mercados.
Una de las estrategias más comunes que tienen las gestoras para proteger las aportaciones de sus clientes es ofrecerles fondos de cualquier naturaleza con la divisa cubierta, preferentemente con el euro. De esta forma, el titular de estos productos estará protegiendo su dinero, en caso de que el mercado de divisas marque unos cambios que no sean favorables a sus intereses. Buena parte de los fondos de estas características están elaborados con esta particularidad, tanto en los basados en la renta fija como variable.
La incorporación de este modelo de inversión no conlleva gastos adicionales en sus comisiones, ni otros desembolsos en su gestión, ya que están basados en la evolución de la cartera de inversión elaborada por los gestores y son muy efectivos para escenarios en donde la volatilidad de las divisas es, en casos, hasta extrema y puede afectar al rendimiento de estos productos. En ciertas situaciones son necesarios contratarlos, con el objetivo de mantener los ahorros con mayor estabilidad y sin sobresaltos.