Buena parte de los problemas financieros con el banco proceden de gestionar los ahorros de manera irresponsable, pero también por tener una cultura financiera bastante deficiente. Para evitar escenarios no deseados, en este artículo se exponen ocho reglas básicas que pueden ayudar al usuario bancario a tratar con la entidad y a tomar sus propias decisiones financieras. Entre estas lecciones están cuándo no hay que pagar comisiones y por qué se puede cambiar de entidad cuando se quiera.
Lección 1. No pagar comisiones innecesarias
No todas las operaciones bancarias conllevan penalizaciones por su formalización. Pero para evitar las comisiones, no queda más remedio que detectar esos productos o servicios sin comisiones y elegirlos al contactar con la entidad financiera. No obstante, esta estrategia supone una mayor vinculación o la domiciliación de la nómina y algunos recibos domésticos.
Lección 2. Libertad para abrir relaciones con otros bancos
Ser titular de una cuenta corriente en un banco no impide que se pueda contratar un préstamo personal o una hipoteca con otras entidades. Hasta es recomendable optar por esta actuación para aprovechar las mejores ofertas que lanzan desde la competencia. Y es que con aplicar esta sencilla estrategia comercial se pueden ahorrar muchos euros.
Lección 3. Mantener liquidez en la cuenta
Si no se quieren sorpresas negativas, no quedará otra que evitar que las cuentas se encuentren en números rojos. Es la mejor manera de impedir una serie de gastos no previstos durante el año en forma de nuevas comisiones y fuertes penalizaciones por estos movimientos.
Lección 4. Leer los contratos bancarios
Con toda seguridad, antes de ponerse en contacto con la entidad, habrá que echar cuentas. Ante un error, una reclamación al banco o cualquier otra circunstancia, conocer en detalle los productos suscritos será el mejor aval para mantener una relación fluida, a fin de que puedan eliminar alguna comisión o cargo abonado de modo incorrecto.
Lección 5. Informarse
Puede que la entidad se haya equivocado al pasar un cargo a una cuenta. Pero también puede deberse a un olvido sobre los tratamientos fiscales de los productos bancarios suscritos. Sean cual sean -imposiciones a plazo, cuentas de ahorro u operaciones de compra y venta en Bolsa-, el consejo es, siempre, informarse.
Lección 6. Saber qué es lo que se contrata
No se puede dejar en manos de las entidades financieras la decisión de suscribir un producto para el ahorro o la inversión, sino que habrá que consultarlo con fuentes fiables que ofrezcan la más alta de las garantías. En ocasiones, los bancos tan solo están interesados en vender, más allá de la cultura financiera que se tenga.
Lección 7. Reclamar cualquier error del banco
Los bancos no son perfectos y cometen equivocaciones. Cuando esto suceda no habrá más remedio que interponer una reclamación. Aunque antes se deberá estar más vigilante a los movimientos de las operaciones, sea cual sea el producto: cuentas, imposiciones, plan de ahorro, etc.
Lección 8. Cuidado con los productos tóxicos
Por mucho que insistan desde la entidad, hay que tener cuidado con los productos tóxicos. Conviene ponerse en guardia y llegar a la conclusión de que no es la mejor solución. No en vano, se tiene más que perder que ganar.
Si no se cuenta con la cultura financiera necesaria para realizar las inversiones, una solución a este problema puede residir en la inversión delegada. Consiste en dejar en manos de la entidad cómo impulsar estas operaciones, hasta el punto de que decidan el importe, destino y estrategias de las inversiones. Para que este proceso se desarrolle de modo correcto se deberá ser muy sincero sobre los objetivos que se persiguen, sin olvidar qué habrá que llevar un seguimiento puntual de las operaciones e incluso tomar alguna deterninación si el caso lo requiriese.