Las personas mayores de 60 años que necesiten adaptar su vivienda pueden beneficiarse de las ayudas que conceden las cajas de ahorros. A través de diversos programas de su Obra Social, otorgan préstamos sin intereses ni comisiones para eliminar o modificar barreras arquitectónicas que limiten sus movimientos. En algunos casos, se exige tener un grado de minusvalía superior al 60%, siempre que los ingresos sean inferiores a 18.000 euros.
Programas sociales y microcréditos
Los baños y las entradas al inmueble son las zonas de más difícil acceso para las personas mayores, los lugares que a menudo necesitan un proyecto de rehabilitación. Sin embargo, adaptar las duchas y eliminar las barreras arquitectónicas para disponer de mayor movilidad es un trabajo caro. La Obra Social de algunas cajas de ahorros cuenta con programas específicos destinados a adaptar estas viviendas. Sus beneficiarios deben cumplir una serie de requisitos, como tener una edad mínima, una minusvalía de hasta el 60% o superior y, en ocasiones, residir en una determinada comunidad autónoma.
Se pueden encontrar tanto ayudas como microcréditos específicos, cuyas señas de identidad son unas condiciones de contratación más suaves que las fijadas para los préstamos habituales: intereses del 0% y ninguna comisión.
A través de su Obra Social, las entidades otorgan préstamos sin intereses ni comisiones para eliminar barreras arquitectónicas
Las obras subvencionadas son, sobre todo, las adaptaciones de duchas, asideros y elevadores de inodoros, como en los casos de Caja Vital y Cajastur. Las ayudas de la primera entidad alcanzan hasta el 90% del importe de la obra (en función de los ingresos de los beneficiarios). La caja asturiana también financia las reparaciones para hacer más accesible la casa. Para beneficiarse de sus ayudas, además de ser mayor de 65 años o tener un grado de minusvalía igual o superior al 65%, es preciso residir en una vivienda en propiedad de un municipio de Asturias, cobrar la pensión o nómina por abono en una cuenta en Cajastur y tener unos ingresos inferiores a 18.000 euros.
Con una óptica diferente, asistencial, Unicaja cuenta con programas de ayuda destinados a mayores de toda España. Financian la estancia en residencias asistidas y las plazas en centros de día. Además, subvencionan el apoyo y el servicio de teleasistencia domiciliarios.
Los pequeños préstamos son otro modo elegido por las cajas de ahorros para financiar las obras de rehabilitación de una vivienda. La Caixa los brinda a personas con discapacidad temporal o permanente que necesiten financiación para adquirir o adaptar elementos, eliminar barreras arquitectónicas o contratar servicios.
Las ayudas oficiales para la rehabilitación urbanística se canalizan a través del Ministerio de la Vivienda. Las concede en condiciones preferentes para edificios y viviendas con una antigüedad mínima de 15 años. Los inmuebles, además, deben ser adecuados en estructura y funcionalidad o alcanzar esta adecuación tras la reforma.
Los beneficiarios son tanto los usuarios de las viviendas (propietarios o inquilinos) como las comunidades de vecinos. Se les conceden préstamos que pueden alcanzar la totalidad del presupuesto. El plazo máximo de amortización para los trabajos de rehabilitación es de 10 años, con un periodo de carencia de un año.
